7.

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Ashley.       


Con Danna nos adentramos  a la gran casa de Tommy, en donde sería la fiesta, y se podía oler fácilmente el alcohol y la juventud. La música a todo volumen inundo mis oídos, obligando a mi cuerpo moverse al ritmo de esta pegadiza tonada.

Todo el instituto se encontraba en la fiesta con vasos de plástico rojos con alguna bebida que desconozco en este momento, pero al igual necesito tomarla. Agarro la mano de Danna y tiro de ella hacia la primera mesa con esos vasos rojos.

– ¿No piensas tomar?

Pregunto después de dar un gran trago de mi cerveza.

 – No sé, no tiene pinta de saber rico.

 Y mira con rechazo el contenido del vaso sujetado a su mano.

– ¡Oh!  Vamos Danna, no seas una niña de mamá. Es solo cerveza.

– ¿Obligando a tu amiga para que tome, Thomsson?

Alguien habla a mis espaldas. Travis, él es el único que posee esa voz. No nos volvimos a hablar desde la vez que fui a su casa para hacer el trabajo, la única vez que me hablo fue para saber si iba a ir a la fiesta de Tommy.

Me doy vuelta sobre mi eje para encararlo.

– ¿Qué quieres, Mills?

Digo resaltando su apellido, como el hizo con el mío.

Da unos pasos hacia a mí y acerca su boca hacia mi oído.

– Solo quería decirte que te ves muy caliente con este vestido.

Susurra en mi oído mientras me agarra de la cintura y los pelos de mi nuca se erizan.

– Pero, sería mejor sin el vestido y en mi cama. Abajo mío para ser más específico.

****

Mis pensamientos están alborotados al igual que mi cabello, la fiesta de Tommy ya termino y no sé a dónde estamos yendo con un tipo al volante que tampoco sé quién es. Mi cabeza duele demasiado, es como si cada movimiento que haga activa el dolor que siento.

– ¿A dónde vamos y quien diablos eres?

Pregunto sobando mi cabeza.

– A un lugar que te encantara.

El chico dice sin dejar de prestarle atención a la carretera sonríe de lado.

– El único lugar que me encantaría ir ahora es a mi cama, tomar una pastilla para el dolor de cabeza que tengo, que ya se está haciendo demasiado molesto. Y no creo que te guste verme con un humor de las mil putas.

– Tengo buenas noticias, iras a una cama.

Dice mirándome, yo solo sonrío. Eso es lo que necesito mi cama para dormir hasta a la tarde del siguiente, o de este día porque no sé qué hora es.

– Pero no será en tu cama.

– ¿A qué te refieres?

Okay, me duele la cabeza y este hombre no va al grano y eso me está molestando.

¿Por qué no va al puto grano de una vez por todas y se deja de rodeos?

– Hoy dormirás conmigo, preciosa.

¿En qué rollo me metí?

¿En dónde esta Danna?

****


– Travis, por favor, tienes que ayudarme. No vi a Ashley desde que estaba bailando con ese chico raro y no me contesta las llamadas.

Le digo a Travis parada en la puerta de su auto. Él es el único que me puede ayudar en encontrar a Ashley.


– Danna, seguro que se fue con algún tipo a algún hotel.

Dice sin interés.

– Tú no entiendes, ella siempre me avisa si se va con alguien o no. ¿Y si esta en problemas?

Y Travis se ríe a carcajadas, ¿Qué fue lo gracioso?

– No entiendo de que te ríes.

Lo miro de mala gana deseando poder darle la bofetada más fuerte que tuvo en su vida.

– No puedes comportarte como si fueras la madre de Ashley. Ella sabe lo que hace.

– Ella estaba pasada de tragos. ¿Y si se aprovecharon de ella?

– Entonces, eso ya no es asunto mío.

Y me da su típica mirada de ''No me importa ni mierda''

– ¡Eres un idiota!

Reúno toda la fuerza que hay en mi cuerpo y le doy una bofetada, su cara gira hacia la izquierda y lleva su mano en donde hace un segundo estuvo la mía. Se siente tan bien haberle pegado, se lo merecía, pero la mano me quedo doliendo. El chico que está en el asiento del copiloto mira nuestra escena como si se tratara de una película.

– ¡¿Pero qué mierda te pasa?!

– ¡Estoy pidiendo tu maldita ayuda para encontrar a mi mejor amiga y a ti te importa una mierda!

Escupo con odio.

– ¿Sabes qué? No me importa, buscare yo sola a mí amiga. Y tú te puedes ir a la mierda.

– Hey, espera.

Escucho hablar por primera vez al copiloto, me doy vuelta y el chico sale de si asiento y cierra la puerta del auto detrás de él.

– Si quieres te puedo ayudar.

– ¿En serio Derek, la vas a ayudar?

Dice el Idiota (con mayúscula porque ese es su nombre desde ahora para mi) de Travis desde su lugar.

– Si, capas que si le haya pasado algo, Travis. Uno nunca sabe.

¡Al fin alguien que me hace caso!

Este chico definitivamente no es como Travis.

– Dos contra uno, Travis. Vas a tener que venir con nosotros.

Sale del auto y lo cierra de un portazo, yo solo lo miro victoriosa junto con el chico que no se el nombre.

– Voy a llamar de nuevo a (tn)

Marco el número de ella y espero.

Primer tono...

Segundo tono...

Tercer tono... nada.

– Creo que es la quinta vez que le llamo y no me contesta. Trata tu Travis.

Luego de unos minutos no conseguimos que nos atienda ni a él, ni a mí.

Trato de concentrarme en que capas apago su celular para que no la moleste mientras esta con algún chico, capas que es eso. Mañana me va a llamar pidiendo me disculpas por no atender, ya que estaba por ligar con alguien.


****

– Si en serio piensas que me voy a acostar contigo estas equivocado.

Creo que es hora de llamar a Danna para que me venga a buscar, esto no me gusta nada. Desbloqueo mi celular y me llegan las notificaciones de siete llamadas perdidas; cinco de Danna y dos de ¿Travis?

Marco el número de Danna y solo llego a escuchar el primer tono cuando el chico me arranca el celular de mi oreja.

– ¡¿Qué te pasa?!

Digo tratando de sacarle mi celular.

– ¿Piensas que te voy a dejar pedir ayuda, cariño?

¿Amor? No, gracias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora