Capítulo II

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"...todavía recuerdo cómo me dolió el cuerpo cuando me arrojaron al mar. Aún me duelen los brazos por todo lo que tuve que nadar antes de encontrar tierra. Todavía hoy, años después, sigo sintiendo la felicidad plena de tocar tierra y sentirme a salvo... sigo pensando en cómo el destino me llevó hasta ella y desearía haber podido ayudarla un poco más, tal como ella me ayudó a mí"

Una brisa fría se coló por su blusón de lino, provocándole escalofríos. Para ser primavera, el tiempo estaba algo extraño, no es como si en la costa hiciese tanto calor, pero no era habitual el frío que estaban viviendo desde hace unos días en el pequeño pueblo de pescadores en donde vivía ahora.

Tomó un chal negro y se lo colocó sobre los hombros, manteniendo libre el uso de sus manos mientras tejía la red de pesca que debía remendar. De hijo del capitán de flota más grande jamás conocido, a un pequeño artesano de redes para pescadores, esa era ahora su realidad desde hace seis meses atrás.

Había llegado a Pohang en un viaje que le había tomado varios días a pie, heridas sangrantes, ayuda de varios campesinos y la imperiosa necesidad de encontrar refugio, pues sabía que JongIn cumpliría con su palabra de darle solo un día de ventaja antes de salir a buscarlo. La huida no había sido fácil, menos dejar su casa, la vida que conocía para instalarse en un pueblo costero que apenas sabía que existía, ya era parte del pasado.

- ¡Hey, tejedor!

TaeMin se volteó cuando oyó el seudónimo con el que le llamaban, viendo frente a él a una pareja de viejos pescadores. Dejando la red a un lado, se incorporó y se inclinó en un saludo.

- Señor Cho...

- ¿Cuándo tendrás las redes listas chico? Las necesitamos para salir a la pesca...

- ...me tomará solo un par de días terminar de repararla

- Debes tenerla para mañana – sentenció el hombre - ...dicen que el clima despejará y no podemos seguir en la costa

El castaño vio al cielo, notando las nubes que no tenían intensiones de irse, al menos no hasta el final de la semana y recién era martes.

- No parece que el clima mejorará, Señor Cho

- Si te digo que mejorará, es porque lo hará – dijo con molestia - ...quiero esa red para mañana al amanecer, si no la tienes, me tendrás que devolver el dinero que te pagué

- Pe-pero...

- ¿Pero?

Él suspiró.

- La tendrá para mañana...

Los hombres se rieron de él y luego se fueron, conversando quizás qué cosas entre ellos. El asunto siempre era así; TaeMin agradecía ser hábil de manos y haber aprendido con JinKi a enmendar redes, eso le estaba dando un trabajo, comida en su mesa y un techo bajo su cabeza, pero ¿Por qué tenían que odiosearle tanto? Maldita sea, sus dedos le iban a sangrar, otra vez, como siempre sucedía cuando le presionaban a terminar un trabajo mucho más rápido que el acuerdo inicial, y ni siquiera le pagaban demasiado por el esfuerzo que hacía.

Sentándose, el castaño retomó su labor, maldiciendo cuando se enterró la aguja en su pulgar. Adolorido llevó el dedo a su boca, limpiándose la sangre que brotaba de éste.

Entonces, oyó pasos tras él.

- ¡Le dije que la tendrá para mañana! – alegó sin voltearse, suponiendo que sería el molesto Señor Cho.

- ...no te enseñé a ser tan torpe con la aguja, no entiendo por qué sigues clavándotela en los dedos...

Sorprendido de escuchar aquella voz, TaeMin se incorporó, volteándose para confirmar que la persona que estaba hablándole, era realmente quien creía que era.

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⏰ Last updated: Nov 15, 2020 ⏰

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[ El Corazón de un Tritón ]Where stories live. Discover now