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Ya era sábado y no podía de evitar más a Lauren. Luego del beso las cosas habían estado tensas, prefería estar todo el día en la oficina que verla. No tenía ánimos de discutir, menos con una niña que poco entendía la vida. Irme temprano en la mañana y llegar pasada las 12 era la estrategia perfecta, Lauren dormía como oso en invierno y lo agradecía. Sin embargo, todos los días veía un puesto en la mesa, con utensilios y un plato frío que Jauregui había preparado. Extraña mezcla que era la ojiverde, era como un montón de malas decisiones y maltrato quisiera opacar esa parte dulce que buscaba salir, pero no podía porque el mundo era un lugar aterrador.

- Buenos días _____ - Una voz interrumpe mis pensamientos.

- Cómo amaneciste Lauren? Hay café recién preparado por si quieres servirte - Trato de sonar los más neutral posible. 

- Lo que yo quiero es hablar ____, sé que la jodi, pero....

- Son las 9 de la mañana y aún no termino mi café, tengo muchas cosas por hacer, además...-No pude terminar al ser interrumpida, igualmente como yo lo hice con ella.

- Basta, si? Estarás acostumbrada que tu palabra suene más fuerte, pero aquí no, conmigo no. -Ahora sí tiene mi total atención- Lo siento, no estaba bien, me cuesta eso de la estabilidad y yo solo te vi ahí, junto a mí. Sé que no es excusa, te falte el respeto, y lo lamento.-Sus ojos mostraban arrepentimiento, se volvieron más claros y no pude evitar grabarlos en mi cabeza.

- Esta bien, te perdono, tampoco tuve el derecho de evitarte. Quieres hablar sobre lo que ocurrió antes de todo aquello?

- Te refieres a Camila? -Asiento mirándola como se sentaba en el sillón negro de en frente- La verdad no, estuve meditándolo estos días y me arrepiento de como la trate. Me sentí enojada, ella era feliz con alguien y yo solo tengo un estúpido novio que ni siquiera quiero realmente.-Un gran suspiro sale de sus labios- Ella es feliz, eso debería bastar para mí. De eso se trata, supongo... de eso se trata amar.-Me observa buscando un comentario y no puedo evitar pensar en Adèle. 

- Supongo, la verdad no sé que decirte.

- Haz amado? Tanto como para hacer cualquier cosa por el otro? Hasta poner en juego tu felicidad.

Pienso unos segundos antes de contestar, mil ideas vienen a mi mente.

- Lauren, tú felicidad nunca podrá depender de una persona. Siempre hay alguien que estará dispuesta a amarte como quieres y mereces. Ahora bien, por supuesto he amado, mi sobrino me enseño a hacerlo. Adèle fue una mujer increíble, pero siempre hay cosas más grandes, un amor más fuerte, una razón más profunda. Y las personas somos complicadas, siempre tenemos un motivo para las cosas, amar tampoco es gratis.

- Cuál es la razón para que me dejarás quedarme contigo? Todo tiene un motivo, sobre todo en la política. Cuál es el tuyo?

Debo pensar rápido, Jauregui es demasiado temperamental e inteligente, el más mínimo descuido y mis planes se irían a la basura.

- Jhon, él me dijo que querías estudiar Ciencias Políticas. 

-Qué te dijo qué? -Su rostro se alarma- Se supone que sería un secreto, una idea que no saldría de su despacho- Se levanta enojada hacía la cocina.

- Lauren tranquila, no le veo lo malo. Podría hasta recomendarte, ayudarte. Por qué no lo intentas? Cualquier universidad estaría feliz de aceptarte.

- Nadie aceptaría a una drogadicta, queer y cantante pop en mallas.

- De verdad crees eso de ti? -Ambas estábamos al lado de la cafetera, con una ventana acompañándonos.-  Por dios, eres hermosa Lauren, tu voz es preciosa, te he escuchado mientras tomas tus eternas duchas. Cualquier plantel te aceptaría, suerte al que elijas- Nuestros ojos se conectaron, los suyos se aguaron y los míos la veían con total atención, si parecía la mujer más linda del mundo en este momento.

- Perdóname por esto también. - Sus manos tomaron mi cara, sabía lo que vendría, debía alejarme, debía. Su cara se iba acercando, no pude evitar suspirar antes de que me besará. Tibios, suaves, pero agresivos; no había otra cosa que describiera sus besos.

- Lauren, basta, no.

- Por qué? Qué tiene de malo? Estás saliendo con alguien más? - Con la última interrogante se aleja un poco de mi cuerpo.

- No es eso, solo no puede ser. Eres la sobrina del Senador Jauregui, eres mi trabajo, no puedo...

- Tú trabajo?- Sus brazos se cruzaron y sus pobladas cejas se juntaron.- De eso se trata, sabía que la gente hacía cosas humillantes por la gracia de mi tío, pero por dios ____, lo hubieras dicho antes de abrirme contigo.

- Elegí mal las palabras Lauren, solo... -Me vuelve a interrumpir, creo que se le esta haciendo una costumbre.

- Bastante mal, pero tranquila, a penas sea la presentación de la ONG, me largaré.

- No Jauregui, solo faltan dos semanas, y sabes que no puedes volver a tu hogar, tu hermano te odia. - La jodí, que tenía ese café que me tomé, solo he dicho estupideces.

- Eres la reina de las idiotas. - Su mirada me enfría- Ve y lame los zapatos de mi tío de otra forma, yo me voy de aquí.

Toma su billetera y sale del loft. 

Política , amor y JaureguiWhere stories live. Discover now