♤CAPITULO 11♤

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Después de la reunión Ruggero se dirige camino a su casa, está desesperado por saber como está Luna; estaciona su auto lo mas rápido posible, como de costumbre cuando va a trabajar ocupa su traje, siempre tiene ropa en su oficina por cualquier emergencia.

Abre la puerta, camina hasta la cocina encontrándose con la pequeña en su sillita donde come, se ve mejor.

-Hola- le dice Ruggero a la pequeña sonriendole, se acerca para arrodillarse y verla bien- ya estas mejor.

La bebé solo sonríe, luego coloca su mano en la mejilla de Luna para tocarla, le gusta tocar su piel tan suave.

-¿Y tu mamá?- pregunta de manera calmada, de repente Karol ve a su jefe acariciando a su niña no deja de sentir una sensación hermosa que por lo menos ame a los bebés, pensando y recordando bien, Sebastían nunca ha jugado con su bebita.

La sonrisa de Ruggero es la que la cautiva más sin duda alguna nunca pensó que ese hombre tuviera sentimientos pero quien lo diría, está siendo testigo de un acto impresionante, lleva en sus manos una canasta llena de ropa, estaba decidida ir a lavar todo en la lavadora.

-¿Y vino?- pregunta ella sin hacerle ningún gesto de alegría.

Ruggero se levanta y se limpia su traje para luego mirar a su doctora.

-tenía que ser curado- ella solo asiente para caminar al cuarto de la lavandería, por el otro lado del magnate se va al cuarto donde será tratado.

Después de comenzar el lavado se va donde la bebé para cargarla y se va al cuarto, el coche se encuentra ahí, solo es cosa de poner a su pequeña.

Ruggero se encuentra ya acostado en la cama sin la camisa, ella como siempre se coloca sus guantes para poder empezar, quiere iniciar una conversación pero no sabe de qué, decide quedarse callado hasta ahorita.

Recuerda los primeros días de cómo la trato y eso no es de perdonar pero espera una pequeña compasión, también recordó el día que la vio desnuda, se veía tan sensual con ese brasier que no se le olvida del color que era, eso nunca lo olvidaré ¡Carajo!, decide preguntarle si le gustaron las rosas.

-¿Recibió las rosas?- pregunto sin mirarla ya que ha empezado la curación.

-Sí- dice a secas, la verdad no se explica por que insiste tanto- ¿por que me las distes?

- Por que quiero que me perdones- confiesa dando por sorpresa a Karol, quien se ha quedado paralizada, traga grueso y sigue con la curación-¿me perdonaste?

-Mira Ruggero, no es fácil- exclama alejándose de la persona- llamarme de esa manera sin ir directo es demasiado.

-Lo sé, pero tengo mis motivos sólo déjame explicarte- dice Ruggero levantándose pero ella lo detiene.

- No te pares, debo terminar- le hace caso omiso, y se levanta se posiciona quedando enfrente de ella, Ruggero es un poco alto así que la cabeza de Karol queda a la altura de su cuello, es un hombre musculoso aunque las heridas no dejan de notarse pero eso no le quita lo atractivo, Karol traga grueso ante la presencia- ¿qué quieres Ruggero?, ya has hecho suficiente para lastimarme, lo único que quiero es hacer es mi trabajo.

-Solo quiero que me escuches- le responde gritando, ella solo lo ve confundida- por favor solo escúchame.

-Ok- dice cuando lo agarra de los hombros- pero acuéstate y deja que termine.

Ruggero solo asiente para luego hacer lo que le ordeno, Karol terminó de curarlo y después se retiró con la bebé hasta la lavadora, para ver el proceso de este, luego fue a bañar y cambiar a la bebé y después intentar darle un poco de comida; las horas pasaron y se dio cuenta que eran pasadas de las siete, Ruggero no la ha visto ya que estaba en su oficina trabajando, ni el tuvo tiempo para hablar con ella, no tenía apetito así que se quedo ahí sin comer.

PUEDE SER QUE TE ENAMORES [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora