Guerra de Bromas

Ciencias

Me apoye contra el marco de la puerta, el timbre había sonado hace alrededor de diez minutos y recién se me ocurría aparecer en el salón de clases. Todas la miradas, que antes seguían los pasos del viejo profesor, se posaron en mi mientras yo sólo sonreía hipócritamente al profesor, quien siquiera volteó a mirarme.

-Señorita llega tarde.- De todas formas, esta era mi primera clases en este asqueroso instituto - Que sea su primera y última vez.- Me encaminé hacia una de las mesas vacías, ya que todas las demás eran en pareja y no tenia la menor gana de andar aguantando a esta ridícula gente, saque mis cuadernos de la mochila y puse mi celular dentro de uno de ellos, pretendiendo leer la lección mientras revisaba las fotos de mi crush, quien lamentablemente no vivía ni cerca de mi ciudad. Realmente era un martirio tener que aguantar la voz de aquel viejo parado al frente, dictando algo como si de un robot se tratase. Seguí durante un buen momento jugando en mi celular hasta que decidí colocarme los audífonos y poner algo de buena música, cerré los ojos sólo por unos segundos y antes de caer en cuenta ya me encontraba dormida, de no ser por la voz rasposa del viejo.

-Entregeme ese artefacto- Dijo, parandose a mi costado, estirando una mano hacia mi y el brazo libre cruzado bajo esta

- ¿Estás loco? Este "artefacto" -Dije haciendo comillas con los dedos. -Vale mas que todo lo que gastó en viagra.- Se pudo escuchar algunas risillas en el aula mientras el semblante del profesor palidecía, incluso yo reí

-¡Que falta de respeto! Entregueme eso ahora y luego vaya a la dirección. -Dijo con la poca paciencia que le quedaba, recordando que aquí también habían más alumnos, unos mas puros que otros.

Estaba a punto de soltar el insulto de mi vida cuando una voz me interrumpió

-No se preocupe profesor Will, yo me encargo de esta- ¡¿A quien llama esta, este estúpido perro callejero!? Y antes de que siquiera yo pudiera reaccionar, tomó el celular del cuaderno y lo metió a su bolsillo. -Yo lo cuidaré de maravilla

-¡Hey! ¡Dámelo! -Dije parandome bruscamente, haciendo que el profesor diera unos pasos para atrás. intenté dar algunos golpes, sin embargo él los esquivaba todos. Ni siquiera me había dado el trabajo de ver su rostro hasta el momento en que levanté la mirada. El cabello negro peinado hacia atras hacía que sus ojos celeste resaltaran junto a su nívea piel y labios rosados, sin duda un rostro nada digno para la persona.

- Tsk, que chica tan terca- Dijo quitando mi celular de su bolsillo-Si tanto lo quieres, entonces ven a tomarlo por tu cuenta.- Acto seguido, levantó un poco su pantalón y lo alejó de su piel, metiendo mi celular por debajo de su ropa interior

- ¡YA BASTA!gritó el profesor mientras veía como yo mantenía los puños cerrado -¡AMBOS A LA DIRECCION! ¡AHORA!

***

-TODO ES TU CULPA- Le grité al chico en los pasillos de la escuela, la oficina del director no esperaba al final de éste. Él simplemente se encontraba tranquilo, como si estar por aquí fuera lo mas normal del mundo

- ¿La verdad? Yo sólo salvé a tu celular- Se quedó mirando una de las cámaras de seguridad durante unos segundo, justo antes de tomarme de la mano y salir corriendo.
¿Que todos aquí eran maleantes?

-¿Y acaso yo te pedi ayuda?- Hablé mientras corriamos por la escuela como si él conociese cada esquina de esta.

-Deja de reclamar un segundo.-Gruñó mirandome de reojo antes de rodar la mirada.