Capítulo 8

590 41 10
                                    

La noche era fría, espesa y lúgubre. Bajo un denso manto de niebla y frigidez caminaba una chica subida a unos altísimos zapatos y embutida en un cortísimo vestido negro. El eco distante de sus tacones era lo único que podía escucharse aquella noche de finales de noviembre junto con la apelmazada respiración de la muchacha.

Cam jamás pensó que pudiera decirle la verdad a los chicos. Se había ido porque ellos eran el recuerdo constante de su propio fracaso, de su hermano y de su antigua vida. Podía cavilar en ello durante horas, días e incluso meses, pero el mero hecho de haber sido capaz de decirlo en alto era tan doloroso como darse con la esquina de una mesa en el dedo meñique. O tal vez en el corazón.

Ni siquiera lo había conseguido decir en las consultas de psicoterapia.

—¡Cam!— gritó Harry tras la chica. El sonido de sus botines le había perseguido durante algunos metros sin ella ser consciente—. ¡Cam, espera!

La chica hizo lo que él le pidió. No por obligación, sino por necesidad. La ronca voz de Harry lograba que la alteración psicológica de Cam desde hace años fuera simplemente una suave marea lenta que la arena apenas podía sentir. Se detuvo en seco pero no se giró. Sin embargo, Harry bajó el ritmo y tomó una suave calada de aire fresco. 

Cam se había parado. No era tan fría como aparentaba ser.

—Cam, por favor— susurró el chico, acercándose lentamente a ella—. Cam, tenemos que hablar. No puedes pretender que ignore lo que has dicho ahí dentro— señaló la casa de Niall con el dedo, a pesar de saber que ella no podía verle—. No vas a volver a huir.

—Me gusta mi vida tal y como es— fue lo único que se le ocurrió decir a la chica.

Harry bufó y dio un paso más.

—No. No te gusta— estaban a escasos metros. El muchacho ya podía aspirar el perfume de Giorgio Armani de la chica—. ¿Sabes por qué lo sé? Porque de la otra manera no estarías aquí escuchándome. 

La chica cerró los ojos contra su voluntad y resopló suavemente. Por supuesto que Harry tenía razón. Odiaba su vida. Odiaba quién era, odiaba a todo el mundo que había a su alrededor  e incluso se odiaba a sí misma. No podía soportar la carga de aquel doloroso recuerdo.

—No soy la misma, Harry. Sabes que no lo soy.

—Sí— el chico se acercó un poco más. Sus cuerpos estaban separados por treinta centímetros escasos—. Eres exactamente la misma. ¿Quieres saber cómo lo sé?— la chica no contestó—. Porque aún llevas el perfume que te compré el año pasado. Ahí dentro— el chico señaló de nuevo la casa de Niall— has vuelto a ser la misma Cam del año pasado. Puedo deducir que sigues escuchando a The Fray, que tu habitación sigue llena de pósters de Simple Plan y Ed Sheeran, y que cuando estás sola en casa te pones la camiseta de los Mets que te compré cuando estuve en Nueva York.

Cam hizo una mueca y comprimió las ganas de llorar. Tal vez estuviera equivocaba y, efectivamente, no hubiera cambiado tanto. Tal vez aún fuera la misma. Tal vez, bajo aquella capa de aparente y falsa fortaleza aún existiera la antigua Cam. Posiblemente Camyl Black no hubiese desaparecido del todo.

Se giró y miró a Harry. El verde esmeralda de sus ojos suplicaba que no se fuera, que volviera, que no se marchara de nuevo.

—¿Has leído Bajo la Misma Estrella?— susurró ella.

Harry torció el gesto. Lo último que se esperaba era que Cam le contestara aquello. Sin embargo, el chico introdujo los dedos en sus rizos para apartárselos del rostro y contestó:

—No— admitió—, pero sí he visto la película.

—Soy como Hazel— la chica se sorprendió cuando sintió el sabor salado de sus propias lágrimas morir en sus labios—. Tengo ataques de ansiedad y depresión. Tengo  que tomar mil y un pastillas que hacen que me pase el día drogada. Soy como una granada, Harry— Cam bajó la cabeza y el chico la obligó a levantar el rostro. Limpió sus lágrimas con la punta de sus dedos—. Explotaré. Sé que algún día explotaré y no quiero hacer daño a nadie. Por eso sé que..., por eso sé que debo estar sola.

False Reality |Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora