Capítulo 3

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El Señor Monroe prestó total atención a sus alumnos de Dirección Financiera levantarse por orden alfabético, enseñar su carnet de universitarios y dejar sus respectivos trabajos sobre el escritorio del profesor. Después de que uno de sus alumnos dejara un trabajo perfectamente encuadernado sobre su escritorio, dejó pasó a la que sería sin ninguna duda la mejor estudiante de la universidad. Entonces el profesor se fijo en Josh Black preparado para levantarse al fondo del aula y se dio cuenta de que el parecido entre ambos —a pesar de la ropa y maquillaje oscuro de la chica— era innegable y absolutamente evidente. Éste agudizó la vista y examinó lentamente a Camyl Black cuando entregó un enorme trabajo de mínimo cien páginas. La echó una mirada sosegada y después de que el resto de la clase entregara sus respectivos trabajos, cogió una tiza y la deslizó por la pizarra, trazando una caligrafía perfectamente dibujada.

—John Forbes Nash— dijo al tiempo que subrayaba el nombre completo y se dirigió a la clase—. Júnior— añadió y paseó la mirada por sus alumnos. Éstos se dieron por aludidos de inmediato y comenzaron a teclear en sus ordenadores. El profesor sonrió con suficiencia y se desanudó ligeramente la corbata—. Es un matemático estadounidense que recibió el Premio Nobel de Economía en 1994 por sus aportes a la teoría de juegos y los procesos de negociación. ¿Podría alguno recordarme en qué consistía la teoría de juegos?

Cam hizo una ímproba mueca. Comenzó a jugar con el Bic azul sobre la mesa, sin siquiera poner el menor atisbo de interés. Cambió de escritorio en el ordenador y entró en Twitter. La teoría de juegos era un área de la matemática aplicada que utilizaba modelos para estudiar interacciones en estructuras formalizadas de incentivos y llevar a cabo procesos de decisión. Todos lo sabían. Incluso el perro del vecino.

Después de unos minutos, clavó la mirada en el atractivo profesor Monroe. Se remangó las mangas y comenzó a explicar en qué consistían los procesos de negociación que J.F. Nash había investigado. Aquel joven que decía ser su profesor era verdaderamente atractivo. El señor Monroe era un hombre joven que no debía alcanzar los treinta años. Treinta y pocos como mucho. Tenía una complexión atlética, fruto de muchas horas de gimnasio; ojos color café oscuros, prácticamente negros y una divertida mata de rizos sobre la cabeza, con un parecido extraordinario a los de Harry Styles. Sus antebrazos dejaban ver un puñado de músculos y una fina capa de vello que resultaba tremendamente atractivo. Cam pudo apreciar una pequeña franja de un tono más claro que el resto de su piel en el dedo anular de la mano derecha, lo que significaba que el profesor Monroe no solo era un profesor guapo y joven, sino que además estaba recién divorciado.

Mientras Cam permanecía inmóvil en su sitio, Louis había desconectado por completo de aquel profesor y de J.F. Nash. No era que el señor Monroe no le gustara, todo lo contrario: era una persona muy inteligente y cercana, dispuesta a dar ayuda personalizada — cosa que en la Universidad se agradecía—. Simplemente no le resultaba un hombre de fiar, por unas razones u otras. El joven desplazó su mirada a la izquierda, en busca de aquella extraña chica que se hacía llamar Cam.

Una cascada de pelo rubio le caía por la espalda de cualquier manera, trazando la línea delicada de unos delgados hombros. Golpeaba la mesa con las yemas de los dedos, dejando ver unas uñas muy cortas, pintadas de un oscuro color granate. Tenía abierto Twitter en su ordenador. Louis pudo apreciar que Cam tenía un extraño tic nervioso: golpeaba el suelo con la punta de la bota, sin apenas levantarla para, acto seguido, deslizar el pie. Aquello, junto con la manera de sujetar el bolígrafo entre los dedos índice y corazón, le llevó a pensar que Cam había dejado de fumar. O al menos lo estaba intentando.

—Está buena— Zayn Malik se recostó en su silla y miró a Louis de reojo—, ¿verdad?

—Está muy buena— le corrigió Niall, que estaba detrás del muchacho de ojos azules y pelo castaño—. ¿Tú qué piensas?

False Reality |Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora