Capitulo 2

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Capitulo 2

Hice una lista mental :

                                         -Traer algunos frutos silvestres - en lo posible que no sean venenosos.

                                         -Algún que otro venado 

                                         -Borrar las huellas que voy dejando por el camino

En cuanto a los frutos, comer unos venenosos no nos hacen nada, al menos a mi, pero su sabor no es tan bueno como las moras silvestres y cerezas.

En cuanto al venado, no podía estar todo el día fuera de la casa sin una excusa creíble.

Es decir, cualquiera tardaría varias horas en juntar un kilo de frutos comestibles, pero me he criado aquí en su totalidad, no debería llevarme mas de media hora. 

El venado me daria dos horas mas, podria utilizar la excusa de que estaba muy alterado y me costo bastante atraparlo.

Cuando la verdad es que podía hacer todo esto en media hora, y así tendría tiempo para entrenar.

Aunque debería borrar las huellas, no se que Aglot este mas lucido que de costumbre y se diera cuenta de que no estaba en casa.

En casa, esa expresion ya no encajaba mas.

No es un hogar, si no hay ningún ser querido.

Me dirigí a unos arbustos y comencé a juntar algunas moras, y hacer crecer otras, hasta que se lleno la cesta.

Mi madre hace dos semanas que partió de aquí, y no he vuelto a recibir noticias.

Deje la cesta a un lado, y comencé a buscar, hasta que encontré un venado.

En cuanto a los otros puros, están a miles de kilómetros, y ni si quiera se sus nombres.

Una necesidad enorme de conocerlos me invadió.

Me concentre en su corazón, latente, e hice que sus latidos se hicieran cada vez mas débiles.

Sentí como el corazón del animal se transformaba en otra parte de mi, y lo obligue a dejar de latir, presionando con mi mano al aire.

Una sensación rara, debo decir. Es extraña la forma en que se puede querer a alguien sin si quiera conocerlo.

Deje al venado en una pequeña cueva que había descubierto hace unos meses, y cree una capa de hielo para que se conservara.

Continué caminando por el bosque, levantando pequeñas ráfagas de viento para borrar las huellas que iba dejando en la húmeda tierra.

Cuando llegue a mi claro, contemple al rededor.

Sentí como alguien se acercaba a mi por mi espalda, pero decidí darle una sorpresa.

Me concentre en las ramas del árbol que estaba a mi costado.

Unas ramas que obedecieron mi voluntad, y las estire silenciosamente, obligándolas a crecer, y las acerque a los pies del chico detrás mio.

Cuando estuvo a un metro de mi, y se dispuso a asustarme, hice que las ramas se enroscaran en sus piernas y lo voltearon.

- Hey! Es trampa!- comenzó a gritar Dylan, colgando de cabeza y agitando las manos. - ¿No podías decir, Ja te pille, no me asustes mas, como una niña común?- pregunto en un intento de imitar mi vos, chillando como una alimaña

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