Recopilación de one-shots, drabbles, headcanons y escenarios en donde varios iconos del horror del subgénero "slasher" se ven involucrados con la lectora o el lector.
El agua tibia fluyó a traves de los canales de la llave. Con la cabeza ligeramente levantada, enterraste las yemas de tus dedos sobre tu cabello húmedo, realizando movimientos vertiginosos para desvanecer todo rastro de suciedad y polvo. Luego, atrajiste las palmas hacia tus cansados hombros; producto de la ardua jornada académica en la universidad.
Masajeaste los huesos sobresalientes de tus clavículas, bajando a tus senos y posteriormente, a tu abdomen. El peso del estrés mezclándose con la ansiedad abrumaron tu cuerpo entero, sintiéndote deshecha al paso de los días.
Michael aún no llegaba. Supusiste que debía estar ocupado persiguiendo algún pobre diablo que se cruzó en su camino. Como sea, no era de tu interés lo que hiciera o dejara de hacer durante sus turnos de cacería a altas horas de la madrugada.
Habías conocido a Michael hace un aproximado de 2 meses. Varios giros fortuitos de los acontecimientos unieron sus caminos, viéndose forzados a establecer una especie de relación. afectiva en el que ambos podrían salir ganando. Michael prometió brindarte su protección a cambio de ofrecerle un techo dónde vivir, así como otras necesidades para satisfacer sus instintos básicos tales como el alimento y los suministros.
No podías quejarte de su lealtad, pero el miedo de que alguna vez llegara a rebelarse contra ti permanecía latente. Ya lo has visto enfadado antes y no fue una escena digna de admirar. Esa ultima vez te costó una ventana de cristal y 25 dólares en arreglarla.
La vida de Michael no resultó ser nada fácil desde un principio. Criado bajo una familia disfuncional y atormentado por los bullys de su escuela, desencadenó una masacre en la que tres personas murieron.
Frunciste la ceja tras recordar esos hechos lamentables, guiando tu mano a la llave y saliendo de la bañera.
Envolviste la toalla alrededor de tu figura. Dejando que el agua se acumulase bajo tus pies, te desplazas cuidadosamente hasta llegar a tu habitación. Tu pijama yacia tendida de manera ordenada sobre las sabanas, tomando asiento en el borde a la vez que te dedicas a secar tus piernas.
"Sólo a ti se te ocurre estudiar medicina. Excelente, T/N" dices en un tono amargo, deslizando la suavidad de la toalla por en medio de los dedos de tus pies. Las rodillas te arden y tus tobillos duelen en un vórtice de ansiedad y enfado inminente, preguntandote por cuántas horas más debes tolerar la falta de sueño.
