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Zaphiri no tenía idea de lo que estaba pasando. 

No lo decía por el repentino episodio de sinceridad que había tenido hace un momento o porque el pequeño cubito le había abrazado en forma de consuelo. 

Si no porque, el siempre estoico, frío y calculador Krest se había transformado en una extraña bolita de lágrimas y tristeza que se aferraban con mucha fuerza a su camisa y, sinceramente a este punto de la situación, probablemente estaba lleno de baba y mocos debido a la fuerza con la que lloraba. 

Pronto, se dio cuenta de que necesitaba calmarle o de lo contrario terminarían ambos en el hospital de nueva cuenta así que sobo su cabeza, acariciando su cabello en el proceso y reforzó su agarre al rededor de su cintura atrayendolo más a él y dejando reposar su cabeza en el hueco de su cuello. 

—Tranquilo Krest, todo estará bien. 

El más bajo soltó un pequeño gemido ahogado a causa del llanto y después de veinte largos minutos de oírle llorar, logró calmarse.

—Ten, bébelo.—Zaphiri le acercó la taza de té y con las manos temblorosas le dio varios sorbos que lograron calmar sus nervios. 

—Creo que... será mejor que me vaya... 

El azabache se levantó de su asiento en silencio, recogió su taza y después de haberla lavado se dirigió a tomar su chaqueta en la silla donde previamente estaba sentado. 

—Bueno, nos vemos luego... 

—Espera...— la imagen de Krest realmente le tomó con la guardia baja ya que jamás pensó que le vería de esa manera: tenía las mejillas infladas y rojas de tanto llorar, llenas de rastros de lágrimas que dibujaban líneas ligeramente rojas en su cara; sus ojos estaban brillantes por las mismas que amenazaban por salir de sus ojos además de que expresaban un montón de sentimientos revueltos en aquellos orbes de color esmeralda; sus manos se aferraban con fuerza a la manga de su chaqueta y cuando pareció reaccionar respecto a lo que estaba haciendo le soltó —Ahhh, lo... lo siento. 

Zaphiri sintió una fuerza en su interior que le obligó a abrir la boca. 

—Me quedaré un rato más. 

Se quedaron en silencio un largo rato en el cual ambos se limitaron comer las galletas restantes y terminarse el té.

—No es una historia que me guste recordar...—la voz de Krest le sobre saltó un poco debido a la repentina interrupción del cómodo silencio que les rodeaba. 

—No tienes que contármelo si no... 

—Cállate y déjame hablar—Krest le miró con cierto recelo, algo que le hizo quedarse completamente callado —Cuando era un niño fui abusado sexualmente por un integrante de mi familia, siendo sinceros la verdad no recuerdo quien fue ni el porqué solamente que fue el paso para convertir en mi vida un infierno; mis padres al enterarse me culparon a mi de toda la situación ya que debido a esto la familia de mi madre los había desheredado perdiendo la fortuna de la abuela y aunque de puertas para afuera eramos una familia feliz y completamente amorosa, dentro de mi casa era todo un martirio: mi familia me consideraba un esclavo o un sirviente así que desde niño mi madre me puso a limpiar cada rincón de manera reluciente o no tendría comida por tres días, me mandaba a comprar la despensa, lavaba baños, lavaba ropa en fin de todo esto al parecer mis hermanos aprendieron que no era más que una persona que podrían suprimir de sus vidas por lo que nunca en la vida conocí el amor de familia. 

»Con forme fui creciendo fui siendo mucho más retraído y fácil de ignorar, no hablaba con los niños del colegio, ni tenía amigos... hasta que un día llegó un pequeño chiquillo de cabello rosa y unos ojos extrañamente rojizos que me causaron mucha intriga, al instante, se ganó el aprecio de muchos de mis compañeros pero al parecer tenía curiosidad acerca de mí y el porqué siempre estaba solo así que siempre que tenía la oportunidad, se acercaba a mí y me hablaba así que en cierto punto logró inmiscuirse en mi vida y se convirtió en mi mejor y único amigo en la escuela; íbamos de aquí para allá, hacíamos tareas y los proyectos siempre juntos, lo que más admiré de ese chiquillo era que a pesar de saber mi situación en mi casa, jamás me abandonó y procuraba ayudarme cada que podía: estaba ciego por esa atención y esa preocupación que jamás había tenido que un día sin pensarlo le besé la mejilla... je, aún recuerdo la mueca de asco e impresión plasmada en su rostro, se levantó de su asiento y caminó lejos de mí, sin volver jamás. 

»Corrió rumores horribles sobre mí, que me metía con los profesores a cambio de calificaciones, que golpeaba niños por diversión y por eso siempre tenía moratones en mi cuerpo, un sin fin de patrañas que los otros mocosos creyeron ciegamente por lo que me convertí en el marginado toda la secundaria además de que la situación en mi casa no era favorable ya que mi padre comenzó a llegar alcoholizado casi siempre y me utilizaba de saco de boxeo, mi madre me tiraba del cabello cuando hacía algo mal y mis hermanos simplemente hacían ambas por diversión o aburrimiento y bueno, no fue hasta la preparatoria cuando las cosas mejoraron un poco. 

»Ahí conocí a la mujer del hospital quien al principio era una mujer muy amable y muy linda por lo que rápidamente se convirtió en una amiga además de que me ayudó a independizarme consiguiendome un trabajo de medio tiempo en una de las tiendas de su familia; ganaba muy bien y las ventas eran tan buenas que rápidamente me gané el puesto de gerente...— soltó un suspiro de cansancio y continuó —Todo iba maravillosamente bien hasta que llegó un imbécil más a mi vida: era un chico muy apuesto, con la cara y facciones definidas, unos ojos preciosos que al inicio parecían un par de botones de oro y de un largo cabello blanco, atlético pero tremendamente problemático, se metía en líos por lo menos siete veces a la semana y aunque al inicio trataba de alejarme lo más que podía de aquél imbécil acabé siendo emparejado para uno de nuestros proyectos donde no solamente se acercó a mí, si no que me besó y me propuso una relación con él. 

»Me tuvo en la palma de su mano por mucho tiempo; me besaba, me decía que me quería y me bajaba las estrellas cada que estaba conmigo, sin embargo, al momento ya estaba besuqueándose con otra persona... Realmente creí que podía cambiarlo que si le demostraba que lo quería sin importar lo que hiciera, me pertenecería a mí y solamente a mí; Garnet siempre se molestaba al verme que me desvivía por él, hasta que un día donde habíamos discutido hasta el cansancio, después de hornear una pequeña bandeja de galletas como ofrenda de paz, me dirigí al apartamento donde él vivía pero al abrir la puerta con una de sus llaves de emergencia... vi como mantenía relaciones sexuales con Garnet en la sala de su casa... recuerdo que me sonrió mientras los veía y con una horrible voz me dijo: "Esto jamás se va a comparar a tí, maldito adefesio del demonio." 

»Me aislé de todo mundo y después de terminar la escuela con honoríficos me hundí lentamente en la depresión; no comía, no salía, no hablaba con nadie, incluso estuve a punto de morir por inanición, cuando un buen día llegó una carta: la carta de aceptación a la facultad de arte en la carrera de escritura y redacción, mi más grande sueño estaba volviéndose realidad. Me sacudí la tristeza y yo solo enfrenté al mundo, no había un Krest ingenuo, lindo o amable: era alguien construido a partir de las piezas rotas de mi antiguo yo y de los rastros de mis experiencias pasadas, incluso me auto convencí de mi heterosexualidad y salí con una chica llamada Violate hasta hace poco cuando descubrí que me engañaba con uno de sus amigos. Realmente no me dolió porque me lo esperaba... después conocí a Itia quien me ofreció un puesto en su compañía de publicidad como editor en textos...

Krest paró de hablar y tomó una gran bocanada de aire para controlar las lágrimas que habían salido de sus ojos sin darse cuenta, tragó grueso para tratar de controlar el nudo en su garganta para después dejar salir una débil y cansada sonrisa. 

—Esa es la historia de toda mi patética vida, realmente no me esperaba ver a Garnet otra vez en la vida ya que me aseguré de cortar cualquier lazo de comunicación con ella o con su familia pe...

No pudo seguir hablando ya que los carnosos y dulces labios del azabache se conectaron con los suyos como dos piezas del mismo rompecabezas.




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Holaaaa! ¿Cómo están? Espero que bien :3

Bueno, lo prometido es deuda, aquí tienen el dramático y triste pasado del cubito, espero no haberlos hecho llorar xd, igual se los recompensé con lo último 7u7 

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Triste? ¿Neutral? ¿Me quieren matar? jajaja ya saben que me gusta saber lo que piensan en los comentarios. 

Les mando todo el amor del mundo y espero que sean muy felices. 

Nos leemos luego :3 

Bye! 

Stage (Zaphiri x Krest)Where stories live. Discover now