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HEIST

No puedo dejar de sonreír al ver a Leigh limpiarle las heridas a Rhett, con cuidado como si él fuera lo más preciado para ella. Al parecer todo lo que necesitaba hacer para que ella demostrara su debilidad era golpear a Rhett hasta este punto.

Mis maneras de conseguir las cosas podían ser sangrientas pero eso no les quitaba su efectividad.

Ahí frente a mi tenía a una Leigh preocupada, sus ojos derrochando sentimientos que una líder perfecta como ella no debería tener, no por alguien como Rhett. Suspiré porque podía leerla claramente en ese momento: su pose, su cautela al presionar el algodón contra las heridas en el rostro de Rhett, sus susurros preocupados. Bufé, molesto, si solo un poco, me molestaba esa ridícula adoración en sus ojos por él. Me molestaba el hecho de que su debilidad fuera un chico, que predecible, Leigh.

Sin embargo, había algo más que había llamado mi atención de todo esto: la reacción de Leigh ante la violencia. Eso me confirmaba muchas cosas. Como siempre, yo tenía razón.

Bravo, Heist, has ganado de nuevo, entonces, ¿por qué sigues molesto?

Torcí mis labios ligeramente antes de aclarar mi garganta para recordarles que no estaban solos. No me gustaba pasar desapercibido en ningún escenario, la atención tenía que estar sobre mi. Rhett me dio una mirada cansada, Leigh giró su rostro y sus ojos negros se encontraron con los míos.

Por unos segundos, solo nos quedamos mirándonos el uno al otro, esa chispa, esa corriente entre nosotros tan obvia que Rhett apretó su mandíbula al notarlo. Los celos y la inseguridad irradiando de él me parecían tan patéticos.

¿Qué puedo decir, hermanito? Es normal que un par de falsos como ella y yo nos sintamos atraídos entre nosotros, la atracción física suele ser muy simple y carece de explicación.

Aunque Leigh lo negara, luchara y me insultara, ella también se sentía atraída hacia mi. Pero al verla con Rhett de esa forma, ya podía sentir el desinterés asentándose en mi porque me aburrían las personas predecibles, ¿qué objetivo tenía jugar con alguien de la que pudiera predecir todo lo que haría?

Estuve a punto de darme la vuelta e irme cuando ella hizo algo que no hubiera imaginado en miles de años, apagando cualquier señal de aburrimiento en mi: Ella sostuvo el rostro ensangrentado de Rhett y lo besó.

Alcé una ceja, cruzando los brazos sobre mi pecho, poniéndome cómodo porque el beso no fue corto ni dulce, era rudo, apasionado, sus labios moviéndose expertamente sobre los de él. Rhett no dudó en envolver sus brazos alrededor de ella y apretarla contra si, por supuesto que estaba marcando su territorio como un animal prehistórico.

Vaya, vaya, Leigh, ¿así es como quieres jugar?

Leigh movió a Rhett con gentileza para que su espalda quedara en mi dirección y ella ladeó su rostro a un lado profundizando el beso y aprovechó para abrir sus ojos. Ese negro infinito me tentó, me retó, casi podía escucharla en mi cabeza.

Heist [Darks #1] [En librerías] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora