Hola hermanas

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Jueves 28 de marzo.

Hoy iniciarían con la primera sesión, los Him estaba ya fuera del hogar de las tres muchachas, su idea principal era juntarla, llevaban mucho tiempo sin verse y por lo que explicó el mayor éstas eran super cercanas.

La manera de trabajar de los hermanos era muy distinta a otros psicólogos ya que se familiarizaban con sus pacientes, lo cual no siempre es bueno ya qué siempre se les exige no mezclar lo personal con lo laboral pero a ellos varias veces les había funcionado esa manera de trabajar, incluso aun mantenían contacto con sus ex pacientes.
Los tres soltaron un suspiro, tenían que curar a esas muchachas.

El pelirrojo toco la puerta la cual fue abierta casi de inmediato por la amable señora.

- Buenos días Nana, ¿Como amaneció? —pregunto el rubio—
- Buen día chicos, aquí andamos algo nerviosos pero tengo fe que todo saldrá bien hoy, pasen bienvenidos —sonrió amable la castaña—
- Muchas gracias —dijeron al unísono, los tres pasaron a la ya conocida sala y esperaron al mayor sentados en el sofá—
- Buen día muchachos, ¿Que tal su mañana, ya tomaron desayuno?.
- Buen día señor —saludo el pelinegro, estrechando su mano— si ya comimos no se preocupe, ¿Sus trabajadores?.
- Vienen en camino, hace poco recibí su llamada diciendo que estaban a 5 minutos de llegar
- Bien, entonces esto es lo que haremos —hablo nuevamente Butch— Junto a mis hermanos entraremos a los cuartos de las chicas para sacarlas de ahí, las juntaremos acá en la sala, luego iremos por usted para que pueda ver nuevamente a sus hijas —miro al mayor, se veia medio nervioso— saldrá todo bien, confíe en nosotros.
- Esta bien muchachos, hagamos esto.

Los muchachos copiaron la acción del día anterior y cada uno fue a la habitación de su paciente, un toque, dos toques y no hubo respuesta, ya para el tercer toque abrieron las puertas y entramos a las habitaciones.


Brick:

Antes de entrar a la habitación logre ver la bandeja de desayuno que Nana le entregaba todas las mañanas, entre y como supuse estaba totalmente oscuro, prendí el interruptor y Momoko se encontraba tirada en su cama, estaba durmiendo, con mucho cuidado me acerque, toque su hombro y no recibí respuesta.

- Momoko —susurre— Despierta —recibí un quejido, comencé a mover su hombro de un lado a otro para lograr despertar, lo que logre— Buenos días!
- ¿Mm? —me miro con los ojos entrecerrados, comenzo a rascar estos y al abrirlos completamente se altero— ¡T-Tú ¿Q-Qué, qué haces aquí?!
- Te comente ayer que comenzaría a venir más seguido —dije tranquilo, esta se sento en su cama y bostezo—
- Dios, creí que me estabas mintiendo, ¿Que necesitas? —pregunto ya con sus cinco sentidos activos—
- Bueno, necesito que te levantes y que te duches, hoy saldras de tu habitación
‐ ¡¿Qué?! —grito, tape uno de mis oídos por que si que me había dolido el sonido tan agudo— No, definitivamente no. Puedes largarte, gracias por tu visita —dijo y se lanzó nuevamente a la cama tapándose completa—
- Tendrás que hacerlo, hoy vendrá mucha gente a tu habitación para arreglarla.
- Dios no, recibiré más burlas —dijo desanimada—
- ¿Porqué lo dices?
- Mira este cochinero, se largaran a reir de mi, me juzgarán por no ser la chica perfecta y limpia. M-Me trataran mal y... y-
- Hey Calmate! —la interrumpi— nadie te juzgará o insultara, confía en mi pero realmente necesito que te levantes.
- ¿Es taaaan necesario? —dijo destapando su rostro—
- Si, si lo es —dije serio, la pelirroja dudo unos segundos y termino por asentir—
- Esta bien, me iré a duchar y saldré —quito las sabanas de su cuerpo—
- Eso si, no se te ocurra salir sin ropa —dije con una sonrisa, tenía que aligerar el ambiente—
- ¡¿Qué?, C-Claro que no idiota! —grito con su rostro sonrojado— ¡Sal fuera! —dijo y se encerró en el baño. Solté una leve carcajada e hice lo que me pidió—



Trastornos, Psicologos y Amor. ○Mejorado○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora