Hola, soy tu psicólogo 💙

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Boomer:

Luego de tocar la puerta tres veces, solté un suspiro cansado, acerque mi mano a la perilla y abri.
Susurré "permiso" y entre, apenas puse un pie dentro de la habitación sentí un fuerte olor a comida descompuesta, sentí algo de nervios podría tratarse de bulimia o anorexia, cualquiera de las dos era bastante preocupante.
Como pude busque el interruptor hasta llegar a él, al encenderse la luz vi esta con mas claridad, la habitación estaba bastante desordenada, la ropa estaba tirada en el piso, había papel higiénico cubierto de sangre regado por todos lados me adentre más al cuarto y no veía rastro de Miyako, me asuste. Me acerque a la cama y esta se encontraba tirada en el piso, presionando con fuerza su antebrazo, se veía pálida competía a la par con una hoja de papel.

- Señorita Miyako —hable, esta levanto su mirada confundida, tenia rastros de lagrimas en sus mejillas—
- ¿Quien es?  —pregunto, su voz se escuchaba quebrada, al parecer hace poco había parado de llorar—
- Soy Boomer, Boomer Him. Un gusto saludarla —sonrei—
- Hola —sonaba cansada, se veía perdida—
- Señorita, ¿Usted se encuentra bien? —no era nada normal su reacción, parecía drogada, sus reacciones eran muy lentas—
‐ Si, solo que estoy algo mareada, creo que necesito dormir —sus ojos se cerraban solos, deje mi libreta aun lado y me acerque a ella, logré notar que tenia un paño tapando su antebrazo, caí en cuenta cuando vi que el paño estaba cubierto de sangre—
- Miyako, ¿Cuanto llevas desangrandote? —pregunte algo alterado—
- Creo que cinco, siete minutos, no lo sé —dijo apenas, se veía desorientada—
- ¡Mierda!, llamaré a tu papá —me levante pero esta agarro rápidamente mi mano, negó repetidas veces, su mirada era de suplica—
- ¡Por favor, no! No vayas por él, tengo un botiquín en el baño —lo pensé por unos segundos y termine por aceptar, la tomé en brazos y la llevé hacia su baño, la senté en el inodoro y quite el paño que tenia en su antebrazo, algo se removió dentro de mi, tenía muchos cortes en su brazo, varios ya estaban cicatrizados, estaba nervioso jamás había visto tanta sangre—
- B-Bien, dolerá un poco —dije y comencé a limpiar sus heridas, esta soltó un quejido por el ardor del alcohol en su piel, con algodón limpie cada corte con mucho cuidado, terminando enrolle una venda en su antebrazo— Quedo listo, por favor no te quites esa venda, deja que sanen esas heridas —asintió, la tome con cuidado y la guíe hacia su cama, había perdido mucha sangre—
- Muchas gracias por ayudarme, Señor Him —me agradeció como pudo y sonrió— Ya se puede retirar
- Espera Miyako, vine aquí para comentarte que tu padre me contrato como tu psicólogo —la mencionada movió su cabeza hacia un costado sin entender lo que había dicho—
- ¿Para que necesito un psicólogo? —pregunto confundida, la mire incrédulo, ¿Realmente me estaba haciendo esa pregunta?— No siento que lo necesite
-  ¿Perdón?, casi mueres desangrada aquí y me dices que no sientes que necesites ayuda psicológica —por un momento me sentí molesto, como podía hacerme esa pregunta tan estúpida—
- F-Fue un accidente —dijo nerviosa—
- ¡¿Accidente, es broma?!, y dime Miyako ¿Ese accidente ocurrió diez veces hoy? —pregunte sarcástico— ¿Por qué te haces esto?.
- N-No lo sé —sus ojos se llenaron de lágrimas—
- Mira todo esto, ¿Te gusta vivir así?
- No, no me gusta —bajo su mirada— pero no quiero salir de aquí, tengo miedo.
- ¿A que le tienes miedo, Miyako? —me senté junto a ella, sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas, su respiración era irregular—
- A todo, a la escuela, a los hombres, a salir sola —al decir eso su voz perdió fuerza y comenzo a llorar más fuerte—
- Miyako, hey! Mírame, no me tengas miedo a mi, vine aquí para ayudarte, tu padre está muy preocupado por ti quiere verte —le deje una sonrisa amigable, ya me había calmado un poco, debía evitar subir la voz para no inquietarla—
- ¿Mi padre? —soltó un sollozo— pero ¿Por qué debería confiar en ti?.
- Se que es complejo confiar en un extraño pero haré lo mejor posible para poder ayudarte a mejorar —sonrei— a partir de hoy vendre cada semana para averiguar cómo ayudarte
- Esta bien, entonces ¿Podemos seguir en la próxima?, necesito dormir —dijo soltando un bostezo—
- Claro, como gustes, descansa

Me levante de la cama y camine hacia la puerta de la habitación, cuando recordé.

- Mierda, mi libreta —susurré, fui en busca de ella no había escrito nada, ya estando en mi casa lo haría con más tranquilidad, mire por última vez a la menor, esta ya estaba con sus ojos cerrados con cuidado abri la puerta y salí de ahí—


El rubio al salir de la habitación se encontro con sus hermanos, los tres soltaron un suspiro y bajaron, tenían que hablar con el mayor.

- Diganme que sucedió —pregunto apenas los vio, Utonium estaba muy preocupado por sus hijas, necesitaba saber el estado de sus pequeñas—
- Bueno como usted vio yo entre a la habitación de la mayor, Momoko, como lo espere su hija se encontraba muy desconfiada, estaba triste e inquieta, su habitación estaba toda desordenada, ropa tirada en todos lados, las ventanas completamente tapadas sin rastro de luz, eso será lo primero que vamos a arreglar, su habitación, hay que dejarla como nueva para crearle otro ambiente.
- Kaoru por su lado actúo a la defensiva, fue agresiva y algo grosera, su habitación también está super desordenada aparte de que las paredes están llenas de cortes junto con la madera de su cama incluso tiene un saco de boxeo destrozado en el piso, por lo que note no sabe controlar su ira, al igual que la mayor están todas las ventanas tapadas para evitar que entre luz.
- Miyako ella actúo tranquila, estaba algo desorientada y confundida, sus ojos estaban hinchados, estaba llorando cuando llegue, note que no esta comiendo esta super delgada y también muy pálida, tiene ojeras, lo primero que sentí al entrar fue el olor a comida descompuesta, debemos buscar donde deja la comida que Nana le lleva, aparte tenia ropa regada en el piso y mucho papel higiénico con sangre. Es probable que se esté lastimando

Mientras más hablaban los chicos las lágrimas en el rostro del mayor aumentaban, ¿Como terminaron de esa manera? Se sentía pésimo, un mal padre por no haberlo visto antes.
Desde que sus hijas dejaron de ir a la escuela debió buscar ayuda tal vez, solo tal vez no estarían pasando por eso.

- Jovenes, diganme que mis niñas mejoraran —sollozo— Ellas son mi razón para continuar vivo.
- No sé preocupe Señor, haremos lo posible para que sus hijas mejoren, no lo dejaremos solo —Boomer dijo, coloco su mano en el hombro del mayor en signo de apoyo—
- Se los agradezco mucho, muchachos
- Apenas lleguemos mañana, sacaremos a las chicas de sus habitaciones, sacaremos todo incluyendo sus camas —hablo el mayor de los hermanos, debían hacer un cambio radical—
- Si, si, claro. Llamare a mis trabajadores para tener más ayuda
- Bien, mañana juntaremos a la chicas, luego usted podrá verlas, tenemos que retirarnos, nos vemos mañana Señor —finalizo el joven de ojos verdes—
- Nuevamente les agradezco por la ayuda, muchachos —dijo el mencionado, se levanto junto a ellos y los dejo en la puerta, ya mañana sería un nuevo día—

Trastornos, Psicologos y Amor. ○Mejorado○Where stories live. Discover now