La princesa se reía a carcajadas al ver a los bufones hacer sus muecas y sus conversaciones graciosas. Estaba muy feliz, después de todo era su cumpleaños, y lo estaba festejando en el salón del trono, junto a su padre y su madre. Su papa le había regalado un capullo de mariposa dentro de un frasco de vidrio. No le gustaba mucho porque se había quedado horas mirando el capullo y no se movía, pero su padre le dijo que si esperaba lo suficiente un día nacería una bella mariposa de ahí.
La fiesta estaba en pleno apogeo cuando un soldado abrió las puertas del salón:
- Su Majestad
- Que ocurre soldado? ¿No di órdenes de que nadie me molestara el día del cumpleaños de mi hija?
- Sí Señor, disculpe, pero es urgente, el consejo ah solicitado una reunión extraordinaria.
Todo el salón quedo en silencio, hasta los niños estaban mudos, entonces el rey se paro y atravesó el salón serio y a paso firme, seguido del soldado salió del salón.
Entonces la reina se puso de pie y dijo:
- Por favor a nuestros invitados, les pido que disculpen la ausencia de mi esposo, después de todo ¡el trabajo del Rey no se acaba nunca! no interrumpan el jubilo, la princesa Lucy cumple 7 años y no queremos caras serias el día de hoy.
El bufón largo una carcajada y continuo haciendo chistes y malabares, los demás niños de la corte volvieron a corretear y saltar pero la princesa se quedo en silencio y seria, miro a su madre la cual le regalo una sonrisa muy dulce.
- No te preocupes mi amor, tu padre cuando se desocupe volverá, no es nada grave, quédate tranquila
- Está bien mami.
Pero algo dentro de la reina le decía que algo terrible estaba pasando, ahora debía disimular pero dentro sabía que algo oscuro ocurría.
