Handle This-. Jerrie & Camren

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Prólogo

─Esto no está pasando..─ Su voz apenas sale audible, ya de por si amortiguada con la manga de su sudadera, la qué además cubre los sollozos. Se ve cómo una criatura indefensa en aquella orilla de la habitación, recargada con la pared, brazos delgados a su alrededor para intentar calmarla, sin embargo, no funciona.

Realmente no lo hiciste─ Murmura la mayor de las chicas entre dientes, su mirada dura viajando hasta la rubia del otro lado de la habitación, un cadáver separándolas. La rubia esquiva su mirada, apartándola antes de qué se de cuenta de cuán asustada realmente estaba.

─Yo...

─¡No tenías que hacerlo!─ Finalmente grita, su voz entrecortada mientras lo hace. Todas las miradas van hacia la ojiverde, notando que tiene lágrimas en los ojos. Lágrimas de miedo, lágrimas de desconcierto mientras trata de hacerse la dura y calmar la situación.

Ella ni siquiera puede calmarse, el cuerpo de Chris Sullivan está a sus pies, inmóvil, un charco de sangre en la alfombra dónde su cabeza está. ¿Cómo se supone que se calmaría?

─¡Joder, Perrie!─ Un grito más viene, un sollozo le sigue, y el ruido de la música a todo volumen, lo amortigua.

La rubia se tensa al escucharlo, aquello no ayuda en definitiva. No ayuda ni una mierda.

─¿¡Qué se supone qué hiciera?!─ Responde a cambio, su voz igual de alta y potente que la de la ojiverde, sólo para recordarle con quién demonios se supone que estaba hablando.

La ojiverde no hace nada más que bufar, su vista yendo hasta las otras dos chicas en la esquina de la habitación, una sollozando mientras qué la otra sólo trata de calmarla, con el mismo temor y desconcierto vivo en sus ojos.

─¡La estaba tocando!─ La voz de la rubia llega a sus oídos nuevamente, ella se gira, encontrándose con otro par de ojos, el azul cielo apenas se alcanza a notar, aquellos hermosos ojos están inyectados en lágrimas, el miedo por tener a un chico aún derramando sangre a sus pies culpa de ello. Ella se pregunta si en sus ojos se puede ver el mismo miedo.

─¡Maldición!─ Ella grita una vez más─ ¡No puedes matar a personas porqué tocan a tu chica!

No escogió bien sus palabras, ni siquiera lo pensó por el terror que sentía en ese momento. La rubia no contesta, a cambio, ella aparta su mirada nuevamente, avergonzada. Enojo viaja por su organismo, ella no podía estar envuelta en una mierda cómo esta por los simples celos de su mejor amiga. Su vista viaja de nuevo a la esquina de la habitación, y por primera vez, pone toda su atención en la chica sollozando en los brazos de su novia. Su brassier está a la vista, el lindo e inocente vestido que tenía se vió roto por los tirantes, dejando a la vista el pecho de la morena. Su labio temblando tiene sangre en el lado izquierdo, el recorrido de ella sólo llegando al principio de su barbilla dónde ya estaba seca. Ni hablar de lo asustada e indefensa que se veía, entonces, la razón la golpea, y un escalofrío recorre lo largo de su espalda a pensar en ello.

Se gira para mirar de nuevo a la rubia, quién ahora tiene sus manos en su rostro, los sollozos filtrándose por ellas. Ella suspira, el dolor qué siente por la morena y el terror qué siente por la situación completa no se comparan con lo qué probablemente su mejor amiga esté sintiendo, con lo que la morena está sintiendo.

─Nosotras no hemos visto nada..─ Finalmente dice, toda la atención puesta ella, causando gran confusión.

─Te recuerdo que esta es su jodida habitación, Lauren─ Responde a cambio la rubia, su mirada severa conforme se encuentra con la de la ojiverde.

─Estamos abajo..─ Ella empieza susurrando─ Estamos disfrutando esta fiesta y el alcohol ya no cabe en nuestro organismo..─ Continúa, mirando de nuevo a la esquina, encontrándose con la mirada de su novia, quién simplemente se ha mantenido al margen en todo esto─ Ni siquiera sabemos nuestros nombres y caeremos rendidas en el jardín.

─Lauren...─ La voz de su novia finalmente se hace presente, preocupada y con miedo al igual que la de todas.

La ojiverde decidió ignorar aquella pista de desconcierto, tal vez advertencia y se dedica a mirar al chico a sus pies. Sus normalmente labios rosas ahora están pálidos, tan jodidamente pálidos que puedes confundirlos con alguna clase de maniquí. Su cuerpo está inmóvil, ni siquiera debes acercarte para saber que ya no está respirando. La sangre finalmente ha parado su camino, pero un gigante charco de ella está por toda la región de su cabeza y hombros. Sus ojos son los más escalofriantes, aquella mirada que de por si daba miedo, ahora lo supera. Es como si aquellas cuencas te estuvieran mirando. Cómo si un jodido muerto te estuviera mirando.

Aparta la mirada antes de que tenga un nuevo ataque y comience a gritar.

Ellas deberían estar abajo ahora mismo.

─Nosotras no hemos visto nada...─ Repite antes de que todas asientan.

Handle This-. Camren & JerrieWhere stories live. Discover now