17: Pelea, celos y algo que solucionar.

747 47 3
                                    

—Oh, vamos... ¿La niña mimada no tiene vida propia que tiene que molestar en la de las demás? —Dejé ir el abrazo que Cameron me estaba dando para enfrentarme a la perra— ¿Qué buscas, niñita? ¿Qué te enseñe a no meterte donde no te llamen? Porque tengo una muy buena idea de cómo lograrlo.

—No te atreverías, no tienes idea de con quién te metes, huerfanita. —La sonrisa maliciosa en los labios de Ashley era un intento por intimidarme. Nada más lejos del verdadero efecto que causó en mí.

— ¿En serio, huerfanita? ¿No tienes un insulto más original? Porque no voy a morir porque digas la verdad —Puse los ojos en blanco, realmente era una idiota para pensar que me estaba insultando con su palabra. Había aprendido hace mucho a que esa condición no me afectara— Además, prefiero ser huérfana que no tener cerebro... ah, no, espera... Tú no sabes lo que es un cerebro.

—Val... —Cameron tomó mi brazo para frenar mi avance, en un intento de terminar con todo ese teatro.

—Oh, que ternurita... La perra con rabia necesita que su hombre la detenga antes de que la descubran —Ashley tomó el gesto de Cameron a su favor, en un intento por hacerme enojar aún más. Y poco a poco lo estaba logrando—. ¿No te alcanza con lo que tienes que ahora estás detrás del idiota de mi primo?

Y, de repente, como si la estúpida lo tuviese todo planeado, salió con la pregunta que logró desestabilizarme. ¿Cómo demonios se había enterado de lo que había ocurrido? ¿A caso era demasiado obvia cuando de él se trataba? Una presión se instaló en mi pecho y la necesidad de arañar su perfecto rostro comenzaba a ser mi prioridad. Maldito en día en que Simón Hilton se cruzó en mí camino.

—Te quedaste sin palabras, ahora no pareces tan amenazante, huerfanita —Ashley arqueó una ceja y su maligna sonrisa estaba instalada en sus labios una vez más—. Parece que he descubierto tu sucio secreto, eh...

—No tienes idea de lo que estás hablando, idiota —La frustración comenzaban a invadirme. La estaba fulminando con la mirada, en un intento por tener súper-poderes y freírla como una papa—. No sabes nada de mí.

—Sólo sé que estás buscando cazar a algún idiota con dinero para poder dejar de ser una don nadie —Su mirada se tornó más amenazante de lo que venía siendo, y me apuntó con su maldita uña esculpida—. Pero no lo lograras, no cuando se trate de meterte con alguien de mi familia.

Sin darme el lugar a replica, Ashley se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección a la casa. Sus tacones altos resonaban sobre el piso y su falda corta dejaba poco a la imaginación de cualquier tipo que estuviese cerca. Oh, eso es. La tengo donde quería. Miré a Cameron, observando el trasero de Ashley mientras se iba, y recordé perfectamente su promesa de venganza muda que me había dado después de que había robado la atención que mi amigo le había estado dando.

— ¡Hilton! —Ashley no volteó— ¡Hueca! —Mi sonrisa creció cuando la idiota volteó ante mi insulto— ¡Si tu problema es que por una vez en tu vida quité la atención que te estaban dando, SUPERALO!

Su mandíbula terminó en el piso, haciéndome sonreír aún más. Había metido el dedo en la herida y me estaba dando una gran satisfacción. Estaba siendo superior, ganándole nuevamente, porque la chica no terminaba de recuperarse de mis palabras. O eso fue lo que sucedió hasta que una Harley entró en escena.

No podía elegir un momento más oportuno para aparecer. Simón bajó de la motocicleta, luciendo como un ángel oscuro, con su remera negra ajustada, sus jeans rasgados y la inconfundible chaqueta con la que comenzaba a asociarlo. Su rostro estaba oculto detrás del casco, pero podía imaginar su intensa mirada sobre el otro chico detrás de mí, presenciando todo este estúpido enfrentamiento.

Lonely Soul.Where stories live. Discover now