Capítulo 27.

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Capítulo 27

-No te lo sabes. No lo intentes. ¿No has empezado a estudiar esto verdad?

-No. Pero la culpa es tuya, debería haber empezado ayer y me fui a tu casa por la mañana.

-No me hagas sentir mal, Dani.-Me miró serio y lamió sus labios.

-Vale, de acuerdo. Es culpa mía. ¿Me ayudas?

Sonrió levemente y pasó todas las páginas hasta el principio del tema.

-Yo te lo leo un par de veces y luego tú, me lo explicas.

-Vale.

-Para motivarte voy plantearte una especie de recompensa.

-Ah, y ¿cuál?

-Si me respondes bien, tienes derecho a un beso. Si no, no puedes besarme.

-¿Me vacilas?

-No, te lo digo en serio. Y por lo que recuerdo de la última vez que te ayudé a estudiar, querías besarme todo el tiempo.

-No es cierto.-Me crucé de brazos y le miré con el ceño fruncido. El rio.

-Lo es. No dejabas de mirar mis labios.

Levanté las cejas y mis mejillas comenzaron a calentarse.

-¿Podemos empezar?

Él asintió con la cabeza y comenzó a leerme un párrafo sobre la segunda guerra mundial. ¿A quién le importa eso? A mi desde luego, no. Escuché las fechas que él leía atentamente tratando de recordarlas después.

Cuando acabó de leer el primer párrafo, me hizo algunas preguntas que contesté bien, y me sentí orgullosa de mí misma. Si el resto del tema iba a ser así de fácil, tendría Historia aprendida en unas horas. O al menos lo que me entraba en el examen.

-¿No me besas? Lo has respondido bien.

-¿Puedo almacenar todos los besos para luego? Si te beso ahora pierdo el hilo.

Él sonrió de lado, satisfecho.

-De acuerdo, pero voy a contarlos.

Reí divertida y cuando volvió a empezar a leer, presté atención.

[…]

-Te quiero.

Sus brazos rodearon mi cintura desde atrás y yo reí dejando el vaso en la encimera. Me di la vuelta y rodeé su cuello con mis brazos, acariciando su nuca.

-Y yo a ti.-Posé mis labios en los suyos dejando que él llevase el control del beso. Sonreí satisfecha y me separé de él poco después, en busca de aire.

-No te imaginas las ganas que tengo de este fin de semana.

-Solo quedan tres días. ¡Tú puedes!-Reí divertida. Él sonrió y besó mi mejilla, acariciando mi cintura a la vez.

-Me debes muchos besos. ¿Sabes?-Sentí su respiración en mi cuello y sonreí.

-Lo sé. ¿Los quieres ahora?

-Sí.-Me miró con esa sonrisa que me dedicaba cuando apenas nos conocíamos. Esa sonrisa que te dedica para hacerte perder el aliento, esa que me volvía loca, tanto antes por esos humos, como ahora por lo que significa.

Me acerqué a sus labios y los rocé levemente, no llegué a tocarlos. Cuando él se acercó para besarme me hice hacia atrás y reí.

-Quiero mis besos. No seas mala.

-No soy mala.-Sonreí divertida y él me miro curioso. Bajó sus manos hacia mi trasero y lo apretó, fuerte. Yo reí.

-Cuando te conocí pensé que eras un poco más tímida. No lo eres para nada, pequeña.

Confía en mí.Where stories live. Discover now