Capítulo 14.

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Capítulo 14.

-No me gusta, Alex. Es muy… provocativo. No.

- ¿Desde cuándo es algo provocativo para Daniela Eastwood?

-No lo sé.-Reí.-Me sorprendo yo misma.

-Ese peinado te queda realmente bien. Estás jodidamente buena, Dani. Ahora solo tienes que cambiar tu estilo. Un poco más atrevida.

-Pero no sé, quiero dejar para la imaginación ¿sabes? No ir desnuda por ahí.

-Estos shorts son preciosos, solo se ve un poco de tu precioso culo entre este roto.

-No me gusta.

-De acuerdo.-Alex siguió buscando por la tienda, habíamos entrado a 4 tiendas antes y llevaba en el brazo izquierdo el cual estaba vacío, sin mi muleta, lleno de bolsas.

Hacía 5 días que llegué a casa andando. Mis padres se pusieron realmente felices y mi madre incluso se puso a llorar, estaba andando. Justin se alegró mucho de que no me echasen la bronca por ocultárselo tanto tiempo, y yo le restregué por la cara el asqueroso ‘Te lo dije’

Hacía dos horas que había salido de la peluquería, con mi pelo completamente liso y con el degradado hecho, mi flequillo no era tan obvio, si no que se mezclaba con mi corte de pelo y no hacía falta mantenerlo en un solo lado, así que creo que me encantaba mi nuevo peinado.

Me había comprado de todo, y en mucha cantidad, diría yo.

Seis jeans, jodidamente ajustados a mis piernas.

Cuatro leggins.

Camisas y camisetas, entre ellas creo que me había comprado 14.

Un par de botas, converse, vans, zapatos de tacón, bailarinas, y sandalias.

Dos cazadoras, para la primavera, fría, la cual está acabando.

Cinco vestidos, los cuales no sé para qué quería, si no me ponía de eso.

Dos faldas, innecesarias, pero Alex se empeñó en gastar todo el presupuesto de mis padres y me dijo que no venía nada mal tener faldas en el armario.

Y antes de salir de la última tienda, me hizo cambiarme de ropa en el baño del centro comercial. Estaba comenzando a odiar a mi mejor amiga, estoy exhausta.

Y ahora era el turno de los shorts. Me parecían realmente cortos. Mucho. ¿Hola? Me gusta enseñar mis piernas, no mi culo.

-Estos son preciosos. Con la camisa azul celeste que compraste en la tienda anterior te quedaría genial.

-Sí, bueno. Son decentes.

-¿Te los llevas?-Dijo entusiasmada.

-Me los llevo, pero no voy a comprar nada más. He comprado más que en toda mi vida, Alex.

-Bueno, la ropa pasada de moda que tienes en tu armario la donarás a los pobres. Menos la de hacer deporte. Esa no.

-De acuerdo. ¿Nos podemos ir ya? Me estoy empezando a agobiar. Te mueves muy rápido y yo llevo una jodida muleta en mi mano derecha. Me pesan todas las bolsas en la mano izquierda, Alex.

-Lo siento.

Cogió todas las bolsas y se las repartió entre sus dos manos. De camino a la salida, escuché como Alex empezaba a hablar de una forma jodidamente rápida.

-Alex, para. No te entiendo, ¿qué dices?

-Mira a tu izquierda, dos chicos sentados en una de las sillas del bar. El rubio que está al lado de Justin está buenísimo. Oh, Dios, ¿qué dirá Justin de tu nuevo estilo? ¿Le gustará? La verdad es que estás guapísima. ¡Te ha visto! Oh, Dios te está sonriendo. ¡Se acercan los dos! ¿Cómo pueden estar tan buenos?

Confía en mí.Where stories live. Discover now