IKRÄTHA: Cuentos De Soledad I -La Espada Rota-

Desde Allí, Ora Por Mí

[Dicen algunos que debemos rezar por los que se marcharon ya,
más yo pido que ellos oren por los que nos quedamos acá...]

Pienso en un momento en el que fui feliz,
cuando la noche se vistió de luces para ti y para mí.
Recuerdo un tiempo donde pude sonreír,
cuando sólo me importaba que te quedases junto a mí.

La Luna fue testigo del amor que vertí,
cuando las luciérnagas volaban alrededor de ti.
La brisa escuchó todo lo que te prometí
mientras suplicaba que la noche no tuviera fin.

El hombre más dichoso entonces fui,
porque comprobé que había alguien para mí,
un ser mágico que siempre estaría ahí
cuando necesitase algo más para poder seguir.

Pero hoy... te has marchado,
y me he quedado herido y abandonado.
No sabes cuánto te necesito aquí, a mi lado,
cuanto te extraño cuando llega otro solitario ocaso...

Las noches son tan frías y vacías para mí
mientras los días se han vuelto otra rutina sin fin.
A veces no sé cómo puedo continuar sin ti,
sabes, quizá sea tu recuerdo lo que me mantiene aquí.

Lo he intentado pero no puedo sonreír,
lentamente me voy derrumbando, lo puedo sentir.
Ya no soy el mismo hombre que ayer fui,
mi armadura y mi espada bajo la lluvia las perdí.

Por eso amor mío, si hoy me puedes oír,
reza desde allí, para que consiga con honor vivir,
y así, si los cielos un día me perdonan a mí,
abriré mis alas negras para conseguir llegar hasta ti.

Pues yo nunca me olvidaré de ti...

"Mi amor, mi lucero, en las noches te veo a ti.
Como la Luna que brilla siempre estás ahí,
mirándome desde allí, tan cerca y lejos de mí..."

"Algún día estaré junto a ti,
mientras ayúdame a vivir
y desde ese distante cielo ora por mí..."

"Ora por mí pues debo seguir
tal como tú lo querrías así..."