Ojos negros.

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-Está bien princesa... -Suspiró entrecortadamente -Pásala bien con tus tíos. 

Luego de sentir que la llamada fue terminada al otro lado de la linea, soltó un gran gemido mientras apagaba su celular. La risa de Forth vibró contra la piel de su cuello de una manera pausada, ronca y tan sexy que hizo que sus pies se desprendieran del planeta tierra y viajaran a Marte. 

-Dios, no puedes esperarte ni un segundo -Le reprochó el menor mientras que desabotonaba su camisa azul. 

-Cuando se trata de ti no prometo nada -Hizo sus manos a un lado en un movimiento ágil y el mismo la desabotonó con vehemencia, sin pausa alguna. 

Beam sintió que su cuerpo ardía al verlo tan emocionado y necesitado, porque para ser sinceros él también estaba en ese estado de desesperación. Tener una hija en plena pubertad no es nada fácil e intentar no hacer ruidos en momentos de pura pasión tampoco lo era, por eso, cuando Pha llamó para avisar que pasaría por Venus a la preparatoria, ellos no esperaron ni un segundo para desfogarse.

La imponente mano del más alto viajó a su cuello y lo besó de una manera imponente y lasciva. Beam tuvo que sostenerse en sus hombros porque sus piernas temblaban y como si Forth fuese consiente de ello, lo tomó por los muslos desnudos e hizo que abrazaran su cadera para subir por las escaleras y finalizar desnudos sobre la cama matrimonial. 

El mayor de la pareja de esposos se quedó de pie al lado de la cama para apreciar al otro en su estado más vulnerable, desnudo, frágil y sonrojado hasta la médula; Y se sorprendió porque solo allí se dio cuenta de que nada entre ellos había muerto. La pasión seguía pegada a sus pieles y el amor era conjugado de muchas maneras entre ellos. 

Beam se mordió el labio y llevó uno de sus dedos hasta su propia entrada para moverlo de manera circular, sabía que eso provocaba a Forth en cantidades y la verdad era que él estaba tan deseoso de entrelazarse con su esposo, que no quería juegos previos por ahora. Sonrió ante el destello de lujuria que apareció en medio de los ojos negros de la persona que lo observaba. 

Gimió lastimeramente y ser mordió el labio. 

-Ven aquí -Susurró con voz sensual. 

Forth carraspeó sintiendo como su pene se crispaba dentro de sus boxer e hizo lo pedido con una velocidad casi sobrenatural y cuando por fin quitó la última prenda de su caliente cuerpo, tomó el tobillo de Beam entre sus manos y lo atrajo hacía su cuerpo deleitándose con la sonora risa del amor de su vida. 

Su chico abeja terminó muy cerca de él y ni siquiera tuvo que darle indicaciones para que esté se pusiera boca abajo, con su cabeza tan pegada al colchón y su trasero alzado justamente para él. Acarició los muslos tersos y pálidos que yacían delante de sus ojos y sin previo aviso metió dos dedos en la entrada rosácea de su esposo, quién gimió rudiosamente en respuesta y se movió contra sus falanges para crear más fricción en su punto dulce.

Forth quitó sus dedos luego de un rato y llevó su erecto pene hacía arriba. Estaba tan empalmado que era sorprendente, así que movió su mano en sube y baja alrededor de su erección para lubricarla con su pre-seminal, tomándose su tiempo para llevarlo hacía la dilatada entrada de Beam, quien estaba tan ansioso por el tacto, que él mismo se empujó hacía atrás para penetrarse y luego de eso, soltar un gran gemido. 

El fogueo intenso empezó, Forth aumentó sus embestidas mientras que el otro parecía un gatito moribundo bajo él. Estaban siendo tan bruscos e intensos, que Beam sabía de antemano que probablemente en la mañana su cadera estaría llena de moretones debido a los duros apretones que el padre de su hija le proporcionaba a los lados de la pelvis, pero no le importaba. Lo extrañaba tanto, lo quería tanto; Extrañaba tanto ese sexo sucio y  divertido del cual ellos eran presos, que muchas veces él temió de que Forth buscase esas sensaciones en otra persona. 

Beam Beam.Where stories live. Discover now