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No habían pasado ni tres meses cuando Justin me anunció que se casaba, y con más ni menos que con Natasha, mi supuesta “amiga”, resulto ser una de las más grande zorras del mundo, quien en más de una oportunidad se aprovechó de mi idiotez.

Realmente no quería ser amiga mía, solo quería acercarse a Justin. Y le funcionó a la perfección.

Ahora la veo aquí al frente mío. Porque a la edad de veinte años, Justin estaba cometiendo el error de su vida.

Saque el papel que tenía guardado, había ensayado lo que iba a decir. Una gota de sudor se deslizó por mi sien y entonces mágicamente las palabras desaparecieron.

—No soy el tipo de chica que debe irrumpir bruscamente en bodas de blanco, pero… tú no eres el tipo de chico que debe estar casándose con la chica equivocada —tartamudeo.

Veo a sus amigos que me miran sorprendidos, y lo sé, sé que no les agrado. También veo a su pequeña y presumida familia, todos vestidos de color pastel, y ella le está gritando a la dama de honor en algún lado dentro de la habitación llevando un vestido en forma de pastel.

Esto es sin duda lo que no pensé que sería, me perdí a mí misma en un día de ensueño. Esa debería ser yo.

Los invitados me miran más que mal y al parecer están sincronizados porque todos al mismo tiempo hablan.

—¡Habla ahora! —exclaman más que irritados, y por alguna razón me hacen tener un poco de valor y hablo.

—No digas sí, escapa ahora, te veré cuando estés fuera de la iglesia, en la puerta trasera. No esperes, o digas un sólo voto, necesitas escucharme —hable atropellando las palabras y evitando mirarlo a los ojos.

Gestos divertidos se intercambian, y el órgano empieza a tocar una canción que suena como una marcha de muerte.

Speak now » Justin Bieber ➳historia cortaWhere stories live. Discover now