Beside You - Luke Hemmings ♡

64 - "Viviendo Juntos"

- Por favor ¡apágalo! 

Luke se queja del estruendoso sonido de mi despertador, siempre coloco la alarma más irritante para poder levantarme de un salto, de no ser así, seguiría en las sábanas blancas de mi cama por un buen rato más. 

Exactamente 6:00am. Presiono el botón de "apagar" en mi teléfono, y el sonido de sirenas de bomberos se desactivan. 

- Buenos días -digo. 

Pero él no se mueve, ni responde. Esta acostado boca abajo, cuando dormía logro sacar la funda de la cama y tirar al suelo dos de sus almohadas. Ah, y su brazo izquierdo cuelga del colchón. Ese peinado estilizado hacia arriba que siempre hace con su cabello de oro, desapareció por completo. 

Nunca antes lo había visto así. Una vez escuche que para conocer realmente a alguien tenías que vivir con él, pues de esa forma podrás darte cuenta de todas sus manías y costumbres... ahora veo que eso es cierto. Algunas mujeres estarían asustadas de conocer estos aspectos de sus acompañantes, desde el punto de vista en que lo veo, estoy ansiosa por conocer esos aspectos de Luke. 

Como por ejemplo, lo difícil que se le hace levantarse en las mañanas, y lo desordenado que es al dormir. 

- Luke, debemos ir al colegio. 

Hace un sonido, otra queja. Se da vuelta dándome la espalda. 

Jamás he durado horas vistiéndome para asistir al colegio, y hoy no será la excepción, sé que puedo estar lista en menos de 20 minutos. Pero el tramo de distancia entre este apartamento y el colegio es de al menos 30 minutos, y necesitamos desayunar antes de irnos, es por eso que he puesto la alama antes. 

Voy a la cocina y lo primero que viene a mi mente es, Café. Que esta casa este amueblada es grandioso, y más cuando me doy cuenta de que la cocina dispone ollas, platos, vasos, cubiertos, y una estufa. 

Aleluya.

Coloco agua a hervir y busco entre las bolsas de compras que hicimos anoche el café. No soy la mejor cocinera, pero puedo hacer una buena taza café. 

El segundo paso en las mañanas es darme una ducha, por eso entro a la habitación y saco de mi maleta una toalla y mi bolsa de aseo personal. 

Luke sigue tendido en la cama. Miro el reloj de mi teléfono, 6:15.

- Seis con quince -digo en voz alta, pensando que eso funcionaria. 

- Aun es de madrugada, apaga la luz -dice. Su voz nunca había sido tan ronca. Su voz de mañanera. 

- El viaje al colegio es de treinta minutos, tienes que darte prisa. 

- No iré hoy. 

- ¿es en serio?

No responde. 

Pienso que él es un chico y estará listo muy rápido, por eso entro a la ducha y lo dejo dormir unos minutos más. 

Oh si, la ducha también es maravillosa. Hace unos 9 años que papá instalo en casa un calentador, y yo me volví adicta al agua tibia en la ducha. Cuando llegue a este apartamento, creí que no podría disfrutar de una ducha caliente por un tiempo; me equivoque, justo ahora mis músculos se relajan con el agua cayendo en mi espalda.

Yo podría durar horas viendo como el vapor empaña la cerámica, pero hoy no es un buen día para hacerlo. 

Cuando el servicio humano está listo, salgo. Al parecer, esa ducha me hizo perder la memoria, pues no recordé que no estoy sola en la habitación.