Capitulo 30

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- ¡Jasmine!

Podía escuchar a lo lejos como me gritaba, yo por lo pronto había explotado en llanto y corría sin ninguna intención de detenerme, todavía no podía creer lo que habían visto mis ojos, él estaba ahí con ella sin importarle las promesas de amor que ahora dudaba que fueran verdaderas ¿como podía? decirme que me amaba locamente una hora antes de verse con ella, las lagrimas no lograban abandonar mi rostro, mis pies inconscientemente fueron hasta la banca en la que había estado antes, no lograba encontrar respuestas.

- Sabia que ibas a  estar aquí - ¿esa voz?, me puse en alerta era la voz de ese maldito canalla

- ¿No puedes dejarme en paz? ¿O crees que soy de piedra?

- Jas te prometo que lo que viste no es nada más...

- Ahora me vas a decir que estoy loca

- ¿Me puedes dejar explicarte?

- ¡No! - dije con todo mi pena convertida en ira sentía ganas de matarlo con mis propias manos por hacerme sufrir de esa manera - no quiero tus estúpidas explicaciones se lo que vi - me limpie mi cara mojada - y créeme que eso dice más que mis explicaciones que tu me puedas dar

- ¿Puedes hacer un mínimo esfuerzo en escucharme?

- ¡No! ¿Por qué lo hiciste?

- ¿Hice qué? no me dejas ni siquiera explicarte que paso

- Lo siento pero puedes pensar un poquito en mi y en lo mal que me estoy sintiendo ahora

- Jamás haría algo que te haga daño - dijo tratando de abrazarme

- Y adivina que hiciste - dije esquivando su abrazo y empujándolo a otro lado

- Te juro que no estuve con Débora de la manera que tú piensas

- ¿Y que estoy pensando?

- Nada bueno para mi eso es seguro

- En la piscina me dijiste que no importara lo que hicieras siempre terminábamos peleados y yo te respondí que hacías puras estupideces, creo que no puedo perdonar esta no puedo ni quiero Adam, no estoy dispuesta a perdonarte toda una vida

- Pero esta "estupidez" no la hice yo

- Oí a la Srta. Decir que la dejaras en paz - apareció de la oscuridad ¿Christofer?

- Se que no puedo demostrarlo pero yo no la bese y menos la invitaría a mi habitación - me susurro Adam - tranquilo ya me voy - se dirigió a él - cuídala - choco su hombro fuertemente con el de Christofer

- ¿Estas bien? - dijo acercándose a mi

- No - me lance a sus brazos y las lagrimas volvieron a mis ojos

- ¿Que te hizo ese idiota ahora?

- Nada - me separe bruscamente de él

- ¿Estas llorando por nada?

- Tengo que irme

Me dirigí hasta la escalera que llevaba a la azotea, me senté en una de las esquinas, empezó a sonar en mi cabeza en medio del frío una canción que si le venia a lo que sentía en estos momentos.

Abriste una ventana despertando una ilusión
Cegando por completo mi razón
Mantuve la esperanza conociendo tu interior
Sintiendo tan ajeno tu calor
Probé de la manzana por amor

De a poco se iba nublando mi vista, mis parpados se caían solos tenia mucho sueño y el frío iba en aumento, solo a mi se me ocurría ir a una área al aire libre en un día tan frío como el que presenciaba, al parecer estaba decidido que moriría de hipotermia allá arriba, mis piernas y manos comenzaron a adormecerse, mis labios se tornaron color morado, sentí que alguien me tomaba entre sus brazos y midiendo la fuerza me pareció que era de un hombre yo solo cerré los ojos y cinco minutos más tarde me encontraba en mi cama recuperando el calor y rendida por el sueño.

- ¿A que hora llegaste a noche? no logre escucharte

- Creo que tarde - dije algo adormilada aún

- A la directora no le importara lo tarde que llegaste

- ¿A la directora?

- Nos llamo a todos para que siguiéramos con la decoración hace como una hora

- ¿Que? ¿Que hora es?

- son las 10.00

Me levante de la cama y me vestí con el uniforme en tiempo record, no tenia idea de cuanto había dormido y es más no tenia idea de como o a que hora había llegado al dormitorio, según mis vagos recuerdos un hombre y no estaba segura de que edad me había llevado hasta ahí, me había salvado de morir de hipotermia con ese sueño que tenia, no podía ni siquiera pararme, además se me durmieron los pies y los brazos los cuales habían hecho del ponerme en pie una misión completamente imposible ¿Quien habrá sido? me preguntaba mientras salía del dormitorio dirigiéndome al salón para que la directora no tuviera más razones de echarme como muchas madres le habían pedido.

- Llega tarde Srta. Hamilton ¿donde estaba?

- Eh...
- Le pedí que fuera a buscar unas cajas en el sótano - intervino Laura

- ¿Y las cajas?

- No estaban ahí - seguí la mentira que había hecho mi amiga para protegerme

- Búsquelas mejor a la próxima - dijo marchándose con su paso elegante en el que se distinguía

- Gracias - articule para Laura sin emitir sonido para que no me escuchara la directora

- ¿Que pretendías a noche? - escuche la voz que no quería oír en mucho tiempo

- ¿A que te refieres?

- No sabes

- De verdad no, Adam

- ¿Por qué estabas en la azotea? precisamente a noche que podrías haber muerto de frío

- No era mi intención - dije molesta, en el fondo había deseado con todas mis fuerzas que quien me había salvado no fuera él

- ¿Sigues sin querer escucharme?

Me aleje, no quería escucharlo, cada vez que se me acercaba se me venia a la mente ya casi por automático la imagen de esos dos besándose y en su cama, cada vez que me hablaba luchaba para que las lagrimas no se asomaran a mis ojos, me dolía mucho esa imagen en mi mente esa escena tan repulsiva para mi era como si me dieran con una estaca directo en mi pecho pero no quería darle esa satisfacción de sufrir por él o al menos no frente a sus ojos.

- ¿Estas bien? - dijo Christofer con la intención de hacerme sentir mejor

- Si

- ¿Segura?

- Mejor no preguntes ¿Y tu?

- Es tonto porque mientras la chica que a mi me gusta sufre por otro yo sufro por ella

- Christofer yo...

- Tranquila no lo dije para que te sintieras culpable ni nada parecido, lo siento si te hice sentir mal

- Eres muy tierno ¿te lo han dicho?

- Unas cuantas personas - dijo en tono burlón y yo esboce una sonrisa

Christofer era un caballero de aquellos que no se encuentran en estos días, era prácticamente el chico perfecto todo un príncipe azul salido de los cuentos y entre más lo miraba o conversaba con él, más deseaba que el me gustara pero no lograba mirarlo con esos ojos, no podía mirarlo aunque quisiera con aquellos ojos que miraba a Adam, supongo que la vida era así se quiere lo que te hace sufrir y las personas que están a tu lado y dispuestas a todo por ti, no puedes ni dirigirles aquellas miradas de afecto que se ganan los otros susodichos. Christofer por su parte se había unido a los cazadores para salvar a otras personas que no podrían defenderse en un ataque de vampiro, no le importaba sacrificar su vida en post de las de otros.

Después de terminar con el ultimo día en que ayudábamos con la decoración me fui al comedor, era hora de la comida y todos la esperaban con ansias, todos menos yo no había comido nada durante todo el día y sin embargo no tenia hambre podía ver como mis amigos me miraban extrañados ni siquiera había tocado mi alimento y me dedicaba a moverlo solo un poco con el tenedor pero no lograba echarlo a mi boca me daba una sensación de que había comido mucho y que ya no podía comer más.

- ¿Te sientes bien? - dijo Seth acercándose a mi

- Si, es solo que no tengo hambre

- ¿A caso desayunaste? según lo que tengo entendido fuiste directamente al salón para decorarlo

- Comí algo mientras iba para allá - mentí

- No eres buena mintiendo ¿no me digas que es por ese idiota? ¿No comes por su culpa?

- Solo no tengo hambre ¿de acuerdo?

- No te creo
- Entonces no me preguntes - me puse de pie

- Tranquila - me tomo del brazo - siéntate por favor ¿Por qué estas de tan mal humor?

- Lo siento creo que me excedí pero es que no estoy para muchas preguntas ahora ¿Me entiendes?

- Te entiendo - dijo poniendo su brazo en mis hombros - pero no te enojes conmigo por tener un mal día

- Voy a dar una vuelta

- ¿Te acompaño?

- Creo que necesito pensar un poco a solas ¿no te molestas?

- Solo da señales de vida - dijo dándome ánimos que me hacían falta no tenia idea de cuanto me había afectado de lo ocurrido, cerraba un momento los ojos y veía un cien número de recuerdos de nosotros Adam y yo juntos y de repente pasa esto quizás estábamos destinados a no estar juntos no importa lo que hiciéramos

Llame a mi amigo Thomas en el que siempre confiaba pues el podía ser un poco inmaduro pero a la hora de dar consejos eso no se le notaba era todo un experto en eso y eso necesitaba yo, no digo que Seth o alguno de mis amigos de la escuela no fueran buenos en eso, pero necesitaba a alguien alejado del ambiente que ahora me rodeaba y aprovechaba para ver a Tommy ya que no lo había visto en mucho tiempo.

- ¿Quien habla? - me contestaba de la otra línea

- Soy yo ¿Me recuerdas?

- Como olvidarte princesa ¿Que se te ofrece?

- Necesito un chofer para salir de aquí ¿no estas ocupado?

- ¿Para ti? eso nunca... llego en cinco minutos

Tome mi bolso y fui a mi habitación a paso de tortuga que era el común pero que desde el collar para mí, era lento después de unos segundos mi celular vibro en señal de que tenia un nuevo mensaje, saque el aparato y pude ver que era de Tommy, le presione "Ver" y pude ver que decía "Estoy afuera, te espero", tome nuevamente mi bolso con mi celular a dentro de este, fui hasta la puerta principal y ahí estaba el lindo auto deportivo naranja de mi amigo que en lo personal me encantaba, y él se encontraba sentado en el capo con su celular en mano.

- ¿Esperas a alguien?

- A una niña muy linda y mirándote bien, se parece mucho a ti

- Que casualidad de la vida - dije riéndome y abrazándolo muy fuerte - ¿Como estas? - dije alegre

- Hermoso como siempre

- No cambias - dije moviendo mi cabeza de un lado a otro pero sin apartar la sonrisa de mi rostro

- ¿A donde vamos hoy?

- Sorpréndeme

- Súbete - me abrió la puerta

Manejo durante una media hora a una velocidad de 180Km/h, me gustaba la velocidad y eso Thomas lo tenia presente, me hacia sentir que era intocable aunque fuera por esos minutos u horas en que estaba sometida a ella.

- ¡Llegamos!

- ¿Donde me trajiste? - dije mientras el daba la vuelta para abrirme la puerta

- ¡Shh!

Me tomo la mano y me vendó los ojos de un solo movimiento, el no necesitaba la magia tanto como yo, cada uno de mis tres amigos de los cuales me había apoyado durante la etapa de mi "aislamiento" que había empeorado cuando llego Edith y Camila a casa, tenían cualidades distintas pero ninguna desmerecía la otra, por ejemplo Marcus era más parecido a un padre o un hermano mayor, muy parecido por cierto al carácter de Seth con respecto a mi, sin embargo Thomas era tremendamente inmaduro y un amigo muy comprensivo y que tenia una habilidad sorprendente para alejarme de mis problemas y tristezas mientras estaba con él, con Tommy no habían penas solo alegría y sonrisas pero Nat era esa amiga fiel que se hacia la ruda pero en el fondo tenia un corazón de oro y siempre estaba dispuesta a ayudarme en todo y ha prestarme su oído cuando lo necesitaba.

- Detente aquí - me saco la venda de los ojos
- Es hermoso

Ante mis ojos estaba una playa realmente hermosa, era un verdadero paraíso, podía escuchar las olas y eso era algo que adoraba, la arena no era completamente blanca pero no me importaba yo era de la idea de que cualquier playa que tuviera ante mis ojos era preciosa a su manera, como las personas, entre la abundante vegetación que había se podía ver una que otra casa. Inspire profundo ¿como sabia que era lo que necesitaba?

- ¿Te gusto la sorpresa?

- Bromeas, me da miedo a veces como es que me conocen tanto ¿o es que soy muy obvia?

- Rara diría yo eso de que te encanten las playas y el sonido que hacen las olas al chocar con las rocas pero nunca hayas aprendido a nadar

- No te burles de mí

- Jamás me burlaría de ti preciosa ¿te sientes mejor?

- ¿Como sabias que me sentía mal?

- No me preguntes como lo supe solo lo sé y si quieres hablar de eso estoy aquí pero si no te entiendo y no te reprochare nada

- ¿Es que por qué las cosas tienen que ser así?

- Las cosas son como son y ahí que aprender a levantarse

- Creo que te debo muchas ayudas que me haces en el camino

- Para eso están los amigos sino ¿para que servirían?

- Te quiero mucho Tom enserio gracias

- Mi casa esta por allá - dijo señalándome a una casa con techo café que estaba un poco más de donde estábamos - ¿Te animas a comer algo?

- De acuerdo

- ¿Me presta su mano su alteza? - Tom siempre me decía que yo era una princesa y me trataba muchas veces como una, era un juego interno entre los dos

- Claro mi fiel caballero

Reímos toda la caminata hasta la casa y lo más fantástico de todo era que nos reíamos de cosas sin importancia, de repente nos burlábamos de la gente que pasaba por el lado de nosotros, sabia que estaba mal pero unas risitas locas de unos segundos no creo que le arruinaran la vida ¿o si?. Llegamos hasta la que resulto una enorme casa muy hermosamente decorada, en el comedor una mesa servida con todo tipo de mis comidas preferidas.

- ¿Esto lo haz hecho tú?

- ¿Quien más?

- Te había dicho que te adoro

- Unas cuantas veces últimamente, pero corre que allá arriba ahí un vestido que creo que Serra mejor que ese uniforme

- ¿No te gusta?

- No creo que sea la mejor elección para un día en la playa

- Tienes razón

- Ve y luego vienes a comer un poco

- Ya regreso - deje mi bolso tirado para subir corriendo al segundo piso

En la cama extendido estaba un vestido color rojo con decoraciones blancas, y a los pies estaban unos zapatos sin taco para no enterrarlo en la arena, podía ver que mi amigo había pensado en todo, me saque rápidamente el uniforme que aun llevaba puesto y me puse el vestido junto con los zapatos que había elegido y baje.

- ¿Que te pareció el vestido?

- ¿De verdad no me lees el pensamiento?

- ¿Vamos a comer o que?

- Bien, comamos - había vuelto mi apetito y eso era bueno

Comí de todo un poco, no era casualidad que todo lo que estuviera en la mesa me encantara, no se ¿como? pero mi amigo sin saberlo me estaba ayudando más de lo que podía esperar o pedir.

- ¿Quieres ver el atardecer?

- ¿Que? - no podía creer como había pasado el tiempo

- Vamos - me agarro del brazo y me llevo hasta un lugar privilegiada de la playa - ¿Vas a pasar la noche aquí?

- Seria ya abusar demasiado

- No lo haces, yo te puedo llevar temprano en la mañana a tu escuela y asunto arreglado pero tendrás que levantarte más temprano de lo acostumbras

- Está bien - dije afirmándome en su hombro - pero es solo porque tú me lo pides - esbozo una sonrisa

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Espero que les guste .... voten y comenten por favor ♥ Besiitos a todos los queremos mucho y mil gracias por leer. En la foto se muestra el vetido los zapatos y la playa en donde fue con Tommy

¿Mi novio Vampiro? (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora