Capítulo 09: Mujer peligrosa

6 2 2
                                    


Ese día Fernando estaba en su departamento con un grupo de amigos de ambos, esperando el inicio del programa; por un momento sintió ganas de reír de lo que estaba sucediendo, porque Márgara se había encargado de decirle a todo el mundo durante la pasada semana que iba a estar en ese programa, pero llegados a ese momento, sentía que él era quien menos sabía de la participación de su novia en el concurso. Ella hablaba todo el tiempo de ese asunto, pero los detalles de la formación y el formato del concurso palidecían ante todo lo que tenía que contarle sobre ella misma; la reunión de esa noche había sido organizada por ella, desde luego, para que su grupo de amistades estuviera reunido, admirándola.

—Por fin va a empezar —comentó una de sus amigas.

Hasta el momento la charla había sido distendida, tocando solo de forma tangencial el programa cuando alguien veía material de ella en las redes sociales; a Fernando le había parecido que su novia estaba demasiado relajada en las fotografías dentro de ese set de televisión, pero pensó que quizás sólo era una idea suya.

Y entonces la vio.

Después de la pantalla negra, la cámara enfocó a todas las chicas, y la vista la encontró de inmediato: lucía un vestido básico negro, con stilettos a juego, y el abundante cabello recogido en un moño. Lucía tan hermosa y feliz que a Fernando se le olvidó el cansancio del trabajo y la sensación de estar en segundo plano durante todo ese tiempo; verla comenzar a cumplir un sueño como ese era su sueño también, y lo hacía muy feliz poder estar con ella en ese momento tan importante, aunque fuera en espíritu.

—Buenas noches, nos vemos de nuevo —exclamó un exultante Aaron Love en el centro mismo del escenario—, espero que hayan estado muy atentos a nuestras redes sociales durante la tarde, porque ahora mismo vamos a comenzar con la carrera para convertirse en la nueva estrella del espectáculo nacional.

La pantalla se fue a negro, y en pocos segundos se delineó en color rosa neón el título del programa, acompañado de la forma de unos zapatos de tacón alto. Después de un silencio de un segundo, la cámara mostró otra vez al conductor del programa, de pie en medio del público, cuyo aplauso llenó los altavoces.

—Esto es emocionante ¿Saben la energía que se siente en este estudio? Todo está listo, y nuestros asistentes están ansiosos por ver a las chicas, que ya están preparadas, concentradas y muy tranquilas para comenzar.

2

— ¡No puedo, no puedo hacerlo!

— ¡Cálmate, estás histérica!

Vicenta había tomado asiento en un costado del área de trabajo, y en ese momento estaba presenciando el primer ataque de pánico escénico entre las chicas; al fin, después de casi tres horas de correr, armar, dar instrucciones y prepararse, las jóvenes se daban cuenta de que presentarse en un escenario, en vivo y sin el sustento de un equipo de producción trabajando por ellas era muy fuerte. Estela sollozaba frente a su espejo, mientras Carla trataba de calmarla.

—Señoritas —anunció Sandra—, quedan dos minutos para que se presenten, ahora es el momento.

Márgara estaba muy tranquila en ese momento, porque todo estaba saliendo según el plan; tenía preparada su presentación, los bailarines habían recibido sus cuidadosas instrucciones y ella estaba lista para la cámara. Se puso de pie, verificó que la sombra de ojos no tuviera defecto alguno y caminó hacia la puerta que conducía al escenario.

—Estoy lista.

Había procurado en todo momento sonar confiada y amable con todos; era muy importante que, si tomaban una foto o captura de video de ella en el proceso de preparación, se viera segura y decidida, pero nunca como una líder negativa.

Las divas no van al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora