Las cartas que no te envié. - Cartas de corazones rotos.

CARTA 3 - S

CARTA 3.

Ojalá lo hubieras entendido.

Era el día en el que cumplí 18 y mi amiga me obligó a tener a alguien con quien hablar para olvidar a ese capullo que me rompió el corazón.

Lo siento, no merecías recoger los restos que dejó el otro pero a ti te tocó y no supiste hacerlo bien.

No te culpo, nunca juraste nada y sabía perfectamente que mi complejo no me permitiría acercarme mas de la cuenta a ti.

Lo intentaste hasta cansarte, mas de una vez. Me llamabas por teléfono por que no quería verte y las fotos se te hicieron poco, no quise seguirte el juego y te traté como ese amigo que la chica del corazón roto necesita.

Tal vez la culpa fue de las prisas, por que una chica en su cumpleaños debe estar haciendo una fiesta, no llorando y buscando una segunda opción por una aplicación de las que siempre me rio pero te ha tocado a ti y te tocará mas veces, por que así es la vida y así eres tu.

Lo siento, sé que aún le das like a muchas fotos mías pero no voy a volver a intentarlo de nuevo. No eres el indicado.

Al final te cansaste, te cansaste de la situación, de mi y de lo que teníamos y yo también me cansé de aguantarte por que no estamos hechos el uno para el otro.

Me cansé de tus palabras, de tu insistencia y de tu incompresión. Tus amigas lo sabían todo de mi, les pasaste tantas capturas de nuestras conversaciones que al final se sabían de memoria nuestros dialogos pero yo hice lo mismo con las mías, supongo que ese fue uno de nuestros errores.

Tu amiga dijo que yo era una loca y tu la creíste, te dijo que intentaba buscar excusas para que lo dejáramos y eso tal vez era cierto por que yo seguía pensando en otro chico y tu buscabas la princesa que ninguna chica tiene en su interior, no somos princesas S. Ninguna.

Ojalá algún día entiendas que el mundo no es como tu lo quieres, que las chicas nos ofendemos con comentarios feos y que no eres el centro del mundo.

Ojalá la encuentres S, ojalá encuentre yo a alguien mejor que tú.

Y sino, ojalá nos encontremos de nuevo cuando lo necesitemos, pero sin amigos o comentarios de por medio.