32. Las vacaciones vuelan

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Después del espectáculo los meses se fueron más rápido de lo esperado, entre días de ocio, trabajo, excursiones y muchas cosas más, se consumió el primer mes de vacaciones.

Acababa de amanecer cuando se escuchó el llamado a la puerta. Cuando abrieron, admiraron dos paquetes que traían un sello con el escudo del Coralli y una carta sobre ellos.

Nereida, Kimiosea y Esmeralda se reunieron para abrir las cartas y los paquetes juntas. La rizada chica comenzó a abrir su carta, casi igual a la de admisión, y empezó a leer.

Estimada estudiante, Esmeralda Daar:

Me complace haber recibido la confirmación de su estadía en este curso que comienza. Le adjunto un par de instrumentos que serán de necesidad este segundo año.

El transporte que tomaron desde el Coralli pasará a recogerlas a primera hora unos días antes del comienzo de clases.

Les recuerdo que ya deben estar portando su uniforme cuando lleguen a la escuela, ya que si no lo hacen, se les otorgará una sanción.

Las habitaciones, en los dormitorios, serán exactamente las mismas. Cuando arriben a la escuela deberán mostrar rápidamente esta carta a la señora Nerzo y pasar directo a su habitación.

Le deseo lo mejor para este nuevo curso y aprovecho para felicitarle por haber concluido su primer año.

Atte. Derié Donur, directora del Coralli.

Cuando concluyeron comenzaron a abrir sus paquetes con emoción, venía un horario nuevo y un paquete de cuadernos y plumas. Revisaron hasta encontrar algo que llamó su atención, un traje que estaba conformado por un pantalón blanco ajustado, unas botas negras hasta la rodilla, una blusa blanca de manga larga y suelta que terminaba ajustada en las muñecas, un chaleco gris que estaba ajustado de la cintura con el escudo de la escuela bordado, unos guantes blancos y un casco negro. Nereida les dijo que era obviamente un traje para montar a caballo. Miraron el horario perplejas, los chicos tenían razón, ahora tenían "Equitación" como una materia más, entre otras nuevas.

El horario era enorme, se componía de cuatro horas de clases, seguidas de dos horas para comer y descansar, después otras cuatro de clases, seguido de cuatro horas más para las asesorías y tutorías de los alumnos con A4 y A3. Posteriormente el día se cerraba con horas extras para recuperar las clases en las que debían ausentarse los alumnos con A5 en otra materia. Un poco complicado, pero una manera efectiva de obtener alumnos de excelencia finalizando el Coralli.

Las muchachas se miraron con resignación, faltaba sólo un mes para regresar a clases. Después comenzaron a faltar semanas y poco a poco se fue acercando ese día en el que las amigas tuvieron que hacer sus maletas pues pronto llegaría el carruaje por ellas.

Esmeralda, Kimiosea, Nereida y Mim se encontraban desayunando tranquilamente, cuando de pronto, se escuchó el paso de caballos. Esmeralda se asomó por la ventana y admiró lo que una parte de ellas esperaba y la otra temía: el carruaje del Coralli.

Cuando la chica se giró y miró a sus amigas, todas entendieron lo que significaba aquella mirada; así que se levantaron y se dirigieron a la habitación para tomar sus respectivas maletas, mientras tanto se escuchó que llamaban a la puerta.

—Buenas tardes, he venido por las señoritas Esmeralda Daar, Kimiosea Bénel y Nereida Ditón —dijo el cochero cuando Mim le abrió la puerta.

—Por supuesto, un momento, por favor —contestó la mujer, el cochero sonrió amablemente y se fue a esperar al carruaje.

—Mamá —expresó Esmeralda que ya venía con la maleta, la cual soltó para romper en llanto abrazando a su madre.

—No te preocupes, mi vida, te escribiré muy pronto y nos veremos en cuanto termine el segundo curso —consoló Mim a su hija—. Te quiero muchísimo, mi niña.

—Yo mucho más, mamá —dijo Esmeralda y se separó de la mujer cuando vio llegar a sus amigas.

—Muchas gracias por todo —expresó Kimiosea dándole un pequeño abrazo a Mim.

—No tienes que agradecerme por nada, Kimiosea. Ven acá Nereida, también quiero un abrazo tuyo. —La muchacha rió y abrazó a la señora.

Entre un revoltijo de emociones el carruaje partió. Mim se quedó de nuevo en una casa solitaria, vacía y sin el ruido que su Esmeralda y el resto de sus amigas solían producir con sus risas, juegos y bromas.

 Mim se quedó de nuevo en una casa solitaria, vacía y sin el ruido que su Esmeralda y el resto de sus amigas solían producir con sus risas, juegos y bromas

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-Sweethazelnut.

Imperia: Corazón de Esmeralda  | Primer libro ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora