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Era verano y hacia mucho calor en la ciudad, Carla pasaba por una plaza y vió una antigua casa colonial que estaba siendo remodelada, se sintió feliz y la invadió la nostalgia, se imagino recorriendo la casa vestida de dama y siendo cortejada por un caballero, su fascinación por el pasado era inexplicable.

-—Desde niña siempre supe que era una alma vieja, estaba obsesionada con el siglo XIX o más bien con todas esas novelas que hacían referencia al al amor a los caballeros que si bien eran muy idealizados, a mi me parecían reales-—elevando la mirada.

-—Carla, otra vez, soñando despierta  seguro te trasnochaste leyendo novelas o mirando películas de caballeros-—suspiró e hizo una mueca -—la verdad no entiendo porque te gusta todo de "época" , en lugar de mirar una comedia romántica o una historia de amor contemporánea.

-—Allí estaba mi mejor amiga, Lucía que no era precisamente el romance personificado, era una antítesis, pero era ella... La persona que más me comprendía.

-—Apura, es tu primer día de clases y por no ir sola, me trajiste-—exclamó

-—Pues, que te digo, soy cobarde hasta la médula y me dan miedo los chicos-— sonrojándose, no era la primera vez que Carla hacía eso.

-—Ajá, y bien que tenías un montón de pretendientes en el colegio-— replicó Lucía cruzando los brazos.

Carla hizo una mueca y se adelantó, finalmente la que estudiaría en esa Universidad era ella y no Lucía.

-—Bueno...bueno aquí está mi aula, entremos-— saltando de una pata

Antes de entrar observaron al hombre más espectacular del mundo, tenía que ser extranjero, porque para Carla y Lucía no había ningún hombre simpático a ese nivel en la ciudad.

-—Definitivamente estás pensando lo mismo que yo....tiene que ser extranjero!-—mencionó Carla

-—Pero de ¿dónde?—Levantando los hombros, contestó Lucía.

-—Es europeo, no hay la remota posibilidad de que sea de aquí- Suspiró Carla -—En qué carrera estudiara?-—se preguntó.

-— Ay no, por favor no lo sigas—-. Lucía la miró arqueando la ceja y moviendo la cabeza de un lado al otro sabía de lo que era capaz su amiga

-—Jaja, claro que no!-—respondió.

Pero Carla, era demasiado curiosa para quedarse con la duda. Así que luego investigaría al susodicho. La clase comenzó y el primer tema fue Usos y costumbres en América y Europa del siglo XIX.

-— Tu tema-—replicó Lucía -—parece que el Universo te manda señales.

-—Mi favorito, adoraré esta clase-— respondió Carla.

-—Misión cumplida, ahora mañana vienes sola y haces amigos, ¿bueno?

-—Si si lo haré.... y también seguir al muchacho-—pensó Carla.
Se despidió de Lucía y en el trayecto se puso a pensar que novela le tocaba leer hasta que llegó a su casa, abrió la puerta, saludo a sus perros quienes siempre le hacían piruetas los dejo atrás y se dirigió al pasillo dónde vio a su papá como siempre lo hacía sentado  en el escritorio leyendo un libro.

-—Carla, ven quiero mostrarte algo.

-—Muéstrame papá ¿qué es eso?

-—Mira este libro " Personajes históricos del siglo XIX"

-—Se ve interesante-— sin darle mayor  importancia hasta que se percató de un retrato que estaba en la tapa

—-¿Quién es éste? -—Abriendo los ojos como platos

Buscando en el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora