Capítulo 3: ¿Entonces sí existe?

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Ella corrió a su habitación, no podía creer lo que sucedía. ¿En verdad no había sido un sueño?, pues no. Ésta era ahora su realidad, no existía tal ángel de la guarda, era él, el señor que cuida de la noche, el que se hace uno sólo con la oscuridad de la noche. Era algo increíble, no podía negar que le causaba temor, aquél señor, realmente no mentía, algo sucedió realmente en el pasado, y sólo ese señor podía responderle. Se cambió rápidamente, usaba una remera color beige y un leggin negro, se puso unos tenis blancos, se alzó el cabello en una coleta y salió, en busca de respuestas.

- Que torpe soy... -se dijo a sí misma y suspiró- ni siquiera sé dónde debería empezar a buscar... no sé nada de ese señor, ni quién es, ni dónde encontrarlo. -se odió a sí misma, por salir sin un punto de partida. En verdad, había mucho que preguntar y hacer, pero no sabía de dónde empezar, entonces fué a lo más lógico, preguntarle a sus vecinos. Así se acercó a la casa del frente, donde vivía una pareja de ancianos con su nieta.

Caminó lentamente y decidida hacia el patio, y aplaudió, hasta ver a la señora de cabellos largos y blancos, salir por la puerta a recibirla.

- Hola che memby, vamos, pasa, pasa, acabo de hacer un rico terere(bebida fría muy común en el día a día paraguayo) -dijo la anciana mientras se acercaba a dar un fuerte abrazo a Aramí y dos besos en sus mejillas.

Aramí ingresó a la casa siguiendo a la anciana, quién la invitó a tomar asiento en el sofá, cosa a la cuál accedió Aramí.

- ¡Eulogio!, ¡Eulogio querido!, eju pue(traducido "Vení ya"), vino la hija de Ña Reyna a visitarnos -gritaba amablemente a su esposo la anciana con una sonrisa.

- Ahama che amor(traducción "Ya voy mi amor") -contestó una voz masculina, enseguida se le vió venir a Don Eulogio con su bastón en mano. Aramí se levantó y lo saludó, de la misma manera con la que habían recibido a ella, después volvió a tomar asiento.

- ¿Qué te trae por acá mi niña? -le dijo entre sonrisas la amable anciana, mientras le servía el terere a Aramí.

- Bueno, es que, tengo un trabajo escolar que hacer, y mamá no sabe mucho sobre ése tema, así que pensé que usted Ña Maria y Don Eulo, podrían ayudarme, son las personas más sabias que yo conozco -le sonrió Aramí y bebió un sorbo del terere antes de devolver la guampa a la señora.

-Eh, mira un poco, y en qué te ayudamos mi hija -le dijo amablemente la señora.

- Este...bueno, la investigación es sobre el pombero -dijo ella algo nerviosa.

- Oh mitología paraguaya mi hija, yo de él no sé mucho, pero Eulogio sabe demasiado de él -dijo la anciana mirando a su esposo.

- Karai Pyhare es un ente muy malvado si quiere, y muy bueno si así lo quiere también mi hija. El es el señor de la noche, cuida de los bosques, prados y chakras (campo de cultivo). Pero guaaaike(expresión de alerta) le haces enojar, muerte segura es hina mi hija. Si por acaso conseguis burlar tu muerte, te quedas loco, o te quedas temblando el resto de tu vida. Antiguamente nadie salía cuando anochecía, aquellos que salían tranquilamente es porque eran amigos del señor Pombero, y el señor Pombero, cuando sos su amigo, podés cruzar el más oscuro de los bosques y nunca nada te va a pasar. Tener al karai pyhare de amigo tiene muchas ventajas, tu cultivo aumenta, tus animales se reproducen rápidamente y son todos gordos y grandes, en tu casa no hay ladrón que te entre, y nunca nada se te pierde, el te cuida hasta el último día de tus vidas de todo mal y peligro, y aveces, afecta a tus descendientes también su protección, dependiendo del pacto que tenés con él, pero todo esto, es bajo una condición, todos los días de tu vida, caña, tabaco y miel en el tatakua o frente a la puerta de tu casa tenés que dejar, si un sólo día te olvidas de dejarle el regalo, empieza a traerte la mala suerte y a atormentarte por las noches, si te olvidas otra vez su regalo, puede llegar a buscar venganza dejándote loco, temblando o inclusive matandote. -dijo el señor y tomó un sorbo de su terere, luego con el dedo índice apuntó a Aramí- pero cuidadito si no sos su amigo y en las noches le invocas sin respeto alguno a su nombre, o si le escuchas silbar por las noches y le imitas, hule ya (ésta expresión significa que "metiste la pata"), te atormentará todos los días de tu vida. Y lo que más le enfada es que le imiten silbar, nunca silbes en la noche -finalizó el señor quién entregó la guampa a su esposa.

- Y...¿Qué pasa con los hijos del Pombero? -preguntó insegura de querer saber la respuesta.

- Y ese mi hija, es delicado hina, al señor de la noche le encantan las embarazadas, les persigue luego desde el primer día en que ellas están embarazadas pensando que el bebé es su hijo, y le cuidan de todo mal a la embarazada y al bebé. Pero cuando el bebé nace, las visitas de éste señor son constantes, no te deja luego en paz, hasta que bautices a tu hijo, ahí, se larga de tu casa. Si encuentra niños en la noche, y éstos no están bautizados, se los lleva para siempre. -dijo seriamente la señora.

- Ah ya Ña Maria, pero...yo me refería a sus auténticos hijos... -preguntó nuevamente Aramí.

- De eso no hay muchas pruebas, pero, se dice que las mujeres que jugaron a ser adivinas o las brujas salían en las noches a encontrarse con este señor y venían preñadas. También, aquellas muchachas cuyos parientes nunca le vieron a su novio, y la chica llega embarazada, la acusaban inmediato de ser amante del señor de la noche y las expulsaban de casa. Otros, esperaban que nazca el bebé para arrojarlo en las penumbras de la noche entregándole lo suyo al señor de la noche -dijo ella mirando el suelo algo nostálgica.

- Y Ña Maria... ¿Conociste a alguien que tuvo un bebé de éste señor? -preguntó nuevamente Aramí.

- Cuando yo era más joven, ayudaba a las mujeres de antes en su parto, como sabrás, antes no todos iban a un doctor, parian ahí mismo en sus camas. Mi mamá era médica ñana(traducido significa "yuyal" pero en este caso usando la palabra ñana al lado de la palabra médica, significa que la mujer era una médica sin estudios que se basaba solo en lo que conocía), y yo desde pequeña siempre le ayudé. Esa mujer, su esposo había muerto, se suicidó, nunca supimos el porqué. Ella estaba sola entonces, desde sus 3 meses de embarazo, sólo nos tenía a nosotros, mucho batallamos para que el bebé nazca sano, y así fue. Pero cuando el niño cumplió 1 año, el señor de la noche vino para llevárselo, esa noche, ella llegó desesperada en casa nuestra, con su niño no bautizado en brazos, nos dijo "El busca a mi bebé", y cuando dijo eso, esa sombra estaba ahí, detrás de ella, tomé al bebé como pude, mi mamá trajo sus crucifijos y rosario en mano y empezó a hacerle frente a ese ente, pero no fue suficiente, el señor se abalanzó hacia mí, me quito al niño, yo no ví nada, solo vi el bebé flotar, pues el karai pyhare, se hace invisible cuando quiere, la mujer gritaba que se lo devuelva, que ese era su bebé no de él, y sólo vi como ella empezó a ser arrastrada en el bosque, por varios días no la vimos, con los vecinos empezamos a buscarla por todo el bosque, y 5 días después la encontramos crucificada en lo más alto de un árbol -suspiró.

Aramí empezó a temer, si éso había ocurrido sólo por un bebé que ni siquiera era suyo, ¿Qué haría si fuera realmente su hijo?. Ella ahora estaba cada vez menos segura de que tenía un padre policia, y cada vez era más segura de que ella, pertenecía a la noche. Después de todo, desde pequeña nunca le sucedió nada en las noches, y por extrañas razones nunca le faltó nada a su madre soltera, es más, todo encajaba, su madre se salía en las noches, y volvía en las mañanas. Pero algo no le encajaba, ¿Por qué en 18 años el Pombero no vino por ella?, ella tenía que saber el porqué, y seguirá buscando su respuesta.

Hija de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora