CAPITULO IV.- EL REGRESO

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A veces me gustaria que compartieran mi inquietud y mis angustias.... otras... no se lo deseo ni a mi peor enemigo. 

 "hola, como estas?" , decía una ventana con su nombre en la pantalla de mi ordenador, casi caigo de la silla al leerlo y darme cuenta que de verdad era ella quien me saludaba. Conteste inmediatamente e ignore al resto del mundo por cerca de dos horas, en ese tiempo no había persona, tarea o cosa mas importante que saber que ella estaba al otro lado de la pantalla dedicándome su tiempo, la sola idea de tomar agua o levantarme de mi asiento era inaceptable. Ella solía decir adiós en el ultimo segundo antes de marcharse y con anterioridad me había dejado al borde de decirle tantas cosas sin darme la oportunidad, por lo que había aprendido a no dejarla ni un instante. 

"voy a volver... cerca de dos semanas, por las vacaciones, y quería saber si tal vez... pudiéramos tomarnos un café... para vernos.." Lo admito, en este punto tuve que tomar un segundo para encender un cigarrillo y ordenar mis palabras, sabia que a la más mínima muestra de mi desesperado amor hacia ella, huiría. "¡¿tomar una café?!", podríamos tomar el mundo entero si ella me lo pidiera << claro, no veo porque no hacerlo >> le respondí con aparente calma. 

Era la última noche antes de su llegada, faltaban escasas horas y de pronto me vi de nuevo con los mismos nervios de la primera vez que salí con ella. Y recordé su hermosa risa, esa caminata por la playa y sus manos jugando con la arena justo antes de robarme un beso ... El aroma a durazno.... Oh Elizabeth....

Y ahi estaba yo de nuevo, con las ansias a mil por hora, verificando la hora en mi teléfono una y otra vez, queriendo aparentar una calma que en realidad no existía, cuando de pronto mi nombre es gritado al otro lado de la calle por una hermosa pelirroja enfundada en jeans y una coqueto top negro con un moño del mismo color al borde del escote, con el cabello recogido en una coleta   alta, suave y natural, que hacía que su hermoso cuello se viera mas largo, perfecto; con sus infalibles tenis Converse y sus lentes enmarcando la mirada mas dulce que yo haya visto en este mundo. 

Tengo que admitirlo, fue un reencuentro tan romántico, fue el mejor abrazo que había recibido en mucho tiempo, fue de nuevo su dulce aroma inundando mi cerebro, fueron nuestros brazos uniendo nuestros cuerpos una vez mas, y moría por besarla, pero decidi esperar un poco mas, seria innecesario que huyera en medio de nuestro primer "hola". Despues de casi un año sin verla. 

Me conto su vida, sus aventuras en su nueva escuela, en esa otra ciudad, era sin duda, una Elizabeth aún mas madura de lo que la había conocido. 

-Tenia muchas ganas de verte, yo sé que no lo parece pero de verdad te extrañé... - Me dijo.

Sonreí, y sentí como subitamente mi rostro comenzaba a hervir. 

- Te sonrojas?.- Me preguntó. 

- No, para nada.... es solo que... aqui hace mucho frío y mi cuerpo presenta principios de hipotermia y comienza a mandar mas sangre a mis organos vitales, obviamente mi cerebro es primordial y yo... así... no me sonrojo: sobrevivo.

Lo admito, fue lo mas ridiculo y absurdo que pudo cruzar por mi cabeza en ese instante, pero funcionó, ella no paraba de reir, y yo admiraba su belleza un poco mas. Salimos del congelado lugar y vimos el atardecer mientras caminabamos por aquella misma playa, les mentiria si niego que la lleve ahi con la esperanza de un dulce deja vú 

-¡Yo recuerdo este lugar!. Dijo emocionada. 

- Si, suelo venir aquí de vez en cuando. Me trae hermosos recuerdos. 

- ¿De verdad? 

- Claro, una vez vine con una linda chica, que reía sin parar y hacia que la gente la mirara como si estuviera loca, caminaba descalza en la arena y todo, me creerías? 

-¿ Ah si? ¿Y que pasó?.- Me pregunto siguiendome el juego con ingenuidad. 

- Me enamoré... 

Su sonrisa se borró un poco, su mirada se pausó, eso me  decía que estaba pensando sus palabras y lentamente habló:

- ¿Tu crees...  que ...Que valió la pena? 

- Cada segundo. 

De pronto se entristeció ante mi respuesta, sus ojos se volvieron cristalinos y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas; esa no era mi intención, en que momento yo...? 

-Lo siento, yo quería quedarme contigo, quería... quería intentarlo.- Me decía entre sollozos al tiempo que se abrazaba a mi.  

-Pero ya tenia todo arreglado, esa escuela es lo mejor para mi futuro, es muy difícil que acepten a los estudiantes, y yo.. yo me he esforzado tanto para entrar y no podía... yo tenía que... 

-Hacer tu vida, lo sé. Te diría que yo dejaría todo por irme a tu lado si me lo pidieras pero se que no es tan fácil. Lo único que te puedo asegurar es que si tu quieres, estas dos semanas mi tiempo será todo para ti, y que también para mi, tu carrera, tu vida y tu futuro son algo muy importante.

ELIZABETH.....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora