Capítulo 3

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Tras soportar a Axel más de 3 horas, que era lo que el trayecto tardo el finalizar, llegamos por fin a la estación.

Con maleta y libro en mano nos bajamos del tren buscando a un señor con un cartel donde estaban nuestros apellidos escritos, pero no fuimos capaces de verlo, así que tuvimos que esperar a que el pelotón de gente que se creó en la estación se disipase para finalmente ver a un hombre vestido elegantemente esperándonos.

El trayecto que separaba a la estación del instituto eran de menos de media hora, pero incluso así se me hizo el trayecto más largo, ya que no cruce ninguna palabra ni con mi mejor amigo ni con el hombre, ya que temíamos alguna respuesta en contra de eso por parte del hombre.

Cuando llegamos al centro, nos ayudó a bajar nuestro equipaje y nos llevó a la oficina del director, que estaba justo al lado de la recepción.

-Buenas tardes – dijimos Axel y yo al unísono.

-Buenas tardes, Zimmermann y Weber. Espero el viaje no se les haya hecho muy largo.

-No, señor, disfrutamos mucho de las vistas. – el director miro a Axel sorprendido por su educación.

-Como ya saben a partir de mañana comenzaran las clases a las 9, a las 8 es el desayuno en el comedor común al igual que la cena, el almuerzo es a la una y media, de todas formas para que no se les olvide les hemos dejado un recordatorio en su habitación.

-Muchas gracias.

-Espero su estancia en este centro sea agradable y cualquier problema que tengan con cualquier estudiante, profesor o personal pueden preguntarme. Ahora me encantaría poder acompañarlos y mostrarle nuestras instalaciones pero creo que me será imposible – dijo saliendo de detrás de la mesa y por primera vez pudimos ver que estaba en una silla de ruedas – por este motivo Hannes les guiara por el centro y después los conducirá a su habitación. – Dijo señalando al chico rubio que nos observaba callado desde la esquina.

-Muchas gracias por todo – dijimos al unísono de nuevo y salimos seguidos de Hannes.

-Hola mmm... - dijo tratando de adivinar nuestros nombres.

-Axel

-Ian

-Un placer Axel e Ian, yo soy Hannes.

-Igualmente – dije estrechando su mano.

-Actualmente las instalaciones del centro están un poco anticuadas pero eso no nos impide seguir con el buen rendimiento de las clases – dijo comenzando a andar por el primer pasillo – la única informática buena que encontraran será en esta sala, la sala de informática, en el resto de aulas solo disponemos de pizarras de tizas y rotuladores de estos que huelen muy fuerte y nos dejan medio drogados cuando salimos a resolver cualquier ejercicio – Axel y yo no pudimos evitar reírnos a la veracidad de eso ultimo – el gimnasio es amplio, de hecho tenemos unas grandes gradas para que todos los alumnos y profesores puedan disfrutar de los torneos o conciertos que el club de música nos da el placer de asistir. A parte de esto solo nos queda el patio – dijo señalándolo por la ventana, vimos a un grupo de 7 personas dese este.

-¿Podemos bajar para verlo más de cerca? – dijo Axel medio babeando al ver que había 3 chicas en ese grupo.

-Pues claro que sí, es un patio sencillo una cancha de baloncesto con canastas sin redes, pero nos basta para tomar el aire durante nuestros descansos. – bajamos al patio y salimos un poco y entonces me di cuenta, el sol se estaba poniendo.

-¿Quiénes son esos? – preguntó Axel señalando al grupo de chicos que habíamos divisado desde la ventana.

-Os recomendaría no acercaros a ellos son el '' grupo oscuro'' son un grupo un poco problemático, la verdad es que la mayoría de ellos son buenos estudiante si no dan muchos problemas, pero principalmente, no os acerquéis a esa – dijo señalando a una chica que estaba de pie mirando el atardecer. Cuando se giró para observarnos pude fijarme más en su fino rostro. Era una chica de metro sesenta, pálida y muy delgada, vestía unas medias por las rodillas con unas deportivas blancas, unos pantalones cortos y un top... ¿O era un sujetador? Tenía un piercing en la mitad de la nariz, el color de sus ojos no pude adivinarlo a tanta distancia, pero lo que si pude ver es que su pelo largo y levemente rizado, era azul.

Al ver que la estábamos mirando nos sonrió simpáticamente y nos guiño un ojo, lo que hizo que a Axel se le derritiera el corazón.

-¿Cuál es su nombre? – dijo Axel ensimismado.

-Vanessa, Vanessa Schwarz – respondió Hannes rápidamente.

Vanessa... ¿Por qué tenía la sensación de que sin si quiera conocerla iba a destrozarme la vida si o si?

VaNeSsAWhere stories live. Discover now