Carta XIV

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Hoy me voy, iré de nuevo al país que tiene mi carrera profesional construida, te dejare a ti y a nuestro pequeño hijo.

Ese niño rubio tiene tus bellos ojos azules, tiene tu pequeña nariz, y mío solo posee ese lunar que está a un costado derecho de mi labio inferior, los voy a extrañar.

No los abandonare, tenlo por seguro, me llevo como recuerdo tu risa entre mis pensamientos.

Hoy mientras alistaba mi maleta te he recordado, he recordado la primera vez que salí de viaje, estabas aterrada a que algo me fuera a pasar durante el vuelo, fue un gesto muy bello de tu parte, pero en ese entonces no me agrado, perdóname por ello mi amor, por no saberte comprender.

Esa vez quisiste despedirte de mí haciendo el amor, yo te rechace, te humille al decirte que solo pensabas en sexo que te satisficieras por otros medios, te dije cosas horribles, y te deje así, herida y denigrada, no me importó hacerte eso.

Tus ojos tormentosos y llenos de tristeza se fueron en mi mente ese día, desdé la primera vez que te engañe ya no habíamos tenido intimidad, y empezabas a sospechar, querías que pensara en ti durante mi viaje, pero yo no quería que fuera así.

Sin embargo lo fue, te tuve presente porque te había lastimado y no quería que te sintieras mal.

A mi regreso tú estabas trabajando, llegue con un ramo de rosas blancas y te hice la cena. Cuándo entraste sonreíste al verme, pero tus ojos estaban tristes, y estabas demacrada, me enfade contigo por ser tan dramática, por dejar que te dañara tanto mis palabras.

Y volvimos a discutir, yo te reñí por no cuidar de ti. No quería que vieran que vivía con una mujer demacrada, tú eres guapa y siempre me gusto que los demás me envidiaran.

Así en ese estado que me iban a envidiar.

Perdón por ser tan orgulloso y machista, por ser tan idiota y dañarte tanto.

Por eso en esta partida te he envidiado rosas blancas y nuestro hijo un peluche.

Te llevaré en mi pensamiento, Daniel.

Después del Adiós. (#2)Where stories live. Discover now