Capítulo 16

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Harry se despertó y sin pensarlo estiró el brazo en busca de Louis. Pero solo encontró el colchón vacío. Abrió un ojo y miró el despertador de la mesilla. Estaba tan cansado que se sintió como si llevara dos días sin dormir, pero  aletargado y  saciado por primera vez en muchos días.

Sonrió, sabiendo la razón de aquel estado, recordando el grifo que había dado Louis al alcanzar el clímax y el suave brillo de sus sensuales ojos azules mientras habían hecho el amor. Louis era toda suyo; le había dado su primer orgasmo.

De pronto Harry se incorporó y se sentó en la cama. La cabeza le daba vueltas,  pero ignoró el mareo. Había sido la primera vez para él. Dios, y él no había sido delicado ni comprensivo.

Había sido un cerdo, solo pensando en su propio placer. Se había portado como un salvaje, como un loco, presionándolo y...

Harry se levantó, desnudo, y se sentó en la cama. Había pasado todos esos días planeando debilitar a Louis con el placer mientras controlaba con mano férrea sus propias necesidades.

Se había dicho que lo convencería poco a poco, demostrándole lo precioso que  podía ser el sexo entre ellos. ¡Ja! Mientras recordaba lo que habían hecho, Harry cerró los ojos con fuerza. El encuentro había sido primitivo y descontrolado. Harry cerró los ojos. Solo de pensar en ello se estaba poniendo caliente otra vez.

Decidió hacer una visita al baño antes que nada. Harry se lavó la cara con agua fría. Aunque olía más a sexo que a humo, aún se sentía cubierto de hollín, a pesar de la ducha que se había dado en el parque antes de ir a casa de Louis. No había querido que nada le recordara el incendio siete años  atrás.

La noche pasada Harry había necesitado a Louis como el aire.

Todavía lo necesitaba. Harry se puso los vaqueros y, a pesar del frío, se dirigió sin camisa al cuarto de estar. Nada más entrar, se fijó en Louis.

Estaba sentado a la pequeña mesa de cocina, con el periódico abierto delante de él. Harry se dio cuenta de que estaba asustado,  sobrecogido.

Maldición. Se acercó a Louis y lo levantó de la silla. Le diría que lo amaba y tendría simplemente que aceptarlo.

-Louis... -empezó a decir, pero él lo miró con los ojos vidriosos, y Harry se quedó helado.

Louis miró el periódico, que tenía abierto en un artículo sobre el incendio.

Junto al texto había una foto grande en color de Harry con aquel gato en brazos.

Harry lo soltó y se apretó el puente de la nariz. La cabeza le  latía.

-Cariño...

-Debo decirte algo.

Harry sintió náuseas.

-Yo primero -aspiró hondo-. Te amo.

Louis abrió los ojos como platos. Abrió la boca, pero no le salió  nada.

-¡Maldita sea, te amo! -gritó.

Louis pestañeó y se apartó un poco de él.

-Louis -le avisó, a punto de perder la paciencia-. Será mejor que digas algo, y rápido.

Louis asintió y señaló el periódico sin mirarlo.

-Vi eso y me di cuenta de que tenía que utilizarlo para promocionar el calendario. Eres un héroe notable, y toda la ciudad lo sabe ya. Es... una publicidad  estupenda.

Harry apretó los muslos. ¡No se lo  permitiría!

-Pero me di cuenta de que no podía.

Su rabia se disipó con la misma rapidez con la que había nacido. Louis subió la cabeza y lo miró con ojos soñadores.

Fuego y Pasión  ~Larry Stylinson~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora