Capítulo 69.

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Hola, chic@s, este capítulo es dedicado a todos (as) las y los lectores fantasma, que aunque no dejen su huellita sé que están ahí apoyándome. Gracias.♥

Voy a aclarar algo, en el capítulo 66, si se fijan, todo el texto está entre comillas. ES UN RECUERDO DE LAUREN DE CUANDO TENÍA 17 AÑOS.
Espero que sigan amando el libro.

¡El libro está en el puesto #8 en Romance!

¡Y tiene 974 000 visitas! Gracias, gracias por todo a tod@s ustedes.

¡En multimedia está un booktrailer!
Lo hizo una hermosa chica que se ofreció a crearlo, no es el oficial pero espero que pronto esté. Me encantó, la verdad, espero que a ustedes también.

La creadora fue Oumaimait.

___•___

Narrador omnisciente.

Habían logrado su cometido, por fin habían logrado lo que tanto anhelaban, destruyeron no solo la vida de la inocente chica sino también la de quienes rodeaban su mundo. Ahora, la vida lucha contra la muerte, contra la triste realidad de la que la dimensión mundana siempre trata de escapar.
El mundo parece haberse detenido, Lauren sigue estando en aquel solitario y desesperante oscuro lugar, gritando sin voz y llorando sin lágrimas, ahora todo era ilógico.
Castiel, quien había comenzado a creer que para todo había solución, ahora se mantenía encerrado en su despacho esperando la desastrosa noticia, si ella se iría era mejor que se lo dijeran ya, la angustia lo acuchillaba todas las noches. Quería escapar, se sentía encerrado, como si no hubiera escapatoria, él es como un ratón en un laberinto, a cada paso solo habían murallas fuertes e indestructibles, podría escalarlas pero, ¿Cómo hacerlo si no tiene una cuerda? ¿Cómo lograrlo si su fuerte cuerda está a punto de romperse? ya nada tenía sentido, se había convertido en el hombre que antes era.

Su padre, oh su pobre padre, la culpa lo atormenta y punza su alma. ¡Es toda su culpa! eso es lo que cree...pero, ¿Qué tan cierto es eso? Frank hizo de todo por mantenerla fuera de su mundo, sin embargo, la vida tenía escrito que a ese mundo ella debía entrar, por algo se dan las cosas ¿no?.
En la vida siempre habrán giros de 180° grados, algunos para bien y otros para mal, no todos siempre serán beneficiosos.
La vida de Lauren no dio un giro, dio miles de giros y, es que así estaba escrito, aún estando rodeada de oscuridad ella sigue luchando, golpeando las paredes con el único objetivo de destruirlas y crear una salida.
De eso trata la vida, de romper paredes y buscar una solución al problema.

El ojiazul, desesperado y al borde de la locura, se levantó de un salto de la silla giratoria de su despacho, debía encontrarlos.
"Fueron ellos, de eso no cabe duda" dijo, pasando sus grandes manos por su cabello, desordenándolo. Levantó el teléfono y presionó con tanta fuerza los botones que por poco y los hunde, cada tono de espera tardaba un milenio y su desesperación aumentaba.

-¿Sucede algo?- Preguntaron del otro lado.

Un suspiro salió de sus labios, su aspecto era deplorable; tenía la barba muy crecida, la corbata desecha y la camisa blanca tenía manchas de vino por doquier.

-Es hora, Jay, debemos infiltrar a los dos hombres en The Hell ahora mismo. Necesito encontrarlos, no descansaré hasta hacerlos pagar por lo de Lauren.- Cada palabra salía con una buena ración de odio y veneno.

Jay se sintió triste al oír a su amigo, ambos compartían el dolor de la ausencia de la chica. Ella se había convertido en alguien importante para Jay, se había ganado un gran pedazo de su corazón y lo mataba verla postrada en una cama de hospital.
Claro que, el dolor de Castiel era más latente y punzante, él la ama, es lo más importante después de su familia.

Su familia, ni siquiera había podido llevar a Lauren al lugar que quería mostrarle, el lugar al que iba en cada cumpleaños de su fallecida hermana, en donde solo lejanos recuerdos había.

-Está bien, mañana mismo estarán dentro de The Hell, los destruiremos, Castiel. De eso no hay duda.- Trató de animarlo, mas sabía que era en vano.

Colgó y se volvió a sentar en la silla, hundiéndose en la soledad y el dolor, de nuevo.

Virginia, quien tan solo conocía muy poco a Lauren, estaba muy triste. Sentía una gran congoja en su pecho, temía que la amada de Castiel dejara de respirar. Había encontrado a una buena candidata para amiga y ahora no sabía si se iría de este mundo.

-Cal, por favor, ayúdalos.- Suplicó la pelinegra, tomando del brazo a su prometido.

Callen suspiró.

-No quiero más problemas, Virginia.

La furia llenó por completo a la pelinegra, ¡Eso era inaceptable! ¡Mil veces inaceptable! ¡Por Dios!. Se cruzó de brazos y lo enfrentó.

-¿Problemas?- Cuestionó con enfado, Callen asintió con confusión ante el cambio de humor de su prometida.-No puedo creer que digas eso, Callen. Dime, ¿Acaso Castiel dijo lo mismo cuando yo estaba a punto de ser masacrada por aquellos malnacidos? responde, Callen. Él hizo miles de cosas por nosotros, no...¡Por ti! y jamás le importó si eso le iba a afectar o no, jamás se quejó, él siempre estuvo para nosotros.
La ama, está sufriendo por ella, ¿Qué no ves lo mucho que sacrificó para que tú y yo pudieramos estar juntos? no merece que le des la espalda, no después de casi dar su vida para ayudarnos.

Callen bajó la mirada, miles de recuerdos pasaron por su mente y reflexionó.
Nada de lo que él hiciera iba a ser suficiente para pagar la ayuda que Castiel les había dado. Decidió que haría lo imposible para acabar con The Hell, su amigo lo merecía, eso y más.

Pero mientras, Lauren seguía sin poder escapar, ¡Ya no podía más!
Siguió golpeando las oscuras paredes con tanta fuerza como podía, golpeó y golpeó y...esperen, ¡Había logrado hacer una ranura! pero, diminuta.
Se dejaría llevar, estaba exhausta de luchar sin resultado, y volvió a gritar sin voz y a llorar sin lágrimas, todo volvió a ser ilógico.

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Voten y comenten si les gustó.

Se despide su sexy autora.

Y...

NarcotraficanteWhere stories live. Discover now