Capítulo 8.

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Me despierto y observo a Niall dormir.  Parece inofensivo, tranquilo, una persona que no hace daño a otra, alguien a quien puedes querer sin miedo. Es extraño, quiero quererle, pero sé que no va a dejarse querer. Quiero separarme de él, pero sé que no voy a poder. También se que va a jugar conmigo, sé que va a conseguir que me crea que me quiere de verdad, y después, me tratará como una mierda. Al fin y al cabo, es lo que está haciendo. Es todo muy confuso, pero lo tengo decidido, le pido que me ayude a estudiar historia, y me separo de él. 

Me siento en la cama y suspiro. No quiero enamorarme de nadie, por favor, no. Pero dicen que el amor es inevitable, ¿séra verdad? No lo sé, pero no quiero comprobarlo. Ni con Luke sentí amor, ni si quiera sé por qué salía con él, ni si quiera sé por qué me deje pegar. 

-Joder, vas bien Cheryl.-escondo la cabeza entre mis rodillas-

-Eh, ¿con quién hablas? -la voz ronca de Niall me vuelve a la realidad. Le miro con cara de pocos amigos, abre los ojos y bosteza- No sabía que estabas loca, -ruedo los ojos- ¿Los psicólogos pueden estarlo? -me levanto de la cama y tapo a Theo-

-Buenos días a ti también.

-Sí, buenos días para mi. No todos los días puedo disfrutar de esas piernas. -noto como me mira de arriba a abajo y estiro la camiseta hasta las rodillas- No te tapes, mujer, no me prohibas de esas vistas. -

-Niall, déjame en paz y buscate a una para echarle un polvo. 

-¿Qué coño dic...

Dejándole con la palabra en la boca, me meto al baño. Me pongo delante del espejo y me apoyo las dos manos en el lavabo. Respiro hondo y me miro al espejo. 

-No llores Cheryl, no llores, no. -me muerdo el labio- Mierda, -noto como las lágrimas se me acumulan en los ojos- ¿por qué lloras? Eres estúpida. 

Bajo el grifo de la ducha me permito llorar un poco. Total, las lágrimas mezcladas con el agua no se notan. Todo me supera, no puedo tener una vida tranquila y normal, no, siempre tienen que haber problemas a mi alrededor. Siempre tiene que haber un pasado doloroso que no te deje ser feliz, que no te deje continuar. Siempre tiene que haber un pasado que te ate a él. ¿Siempre hay dolor rodeando a lo que llaman felicidad? Pues vaya mierda ser feliz. 

Imágenes vienen a mi cabeza. Imágenes de mi yo pasado. Nunca he sido feliz. Joder, era una niña esqueletica, triste, con ojeras bajo los ojos, solitaria, sin un rastro de brillo en mis ojos marrones, sin una pequeña mota de felicidad. ¿Algún día podré decirle adiós a toda la mierda que me rodea? ¿Algún día podré mirarme al espejo y decir ''realmente las cosas están yendo bien, ahora soy feliz''? Porque espero con ansías ese día. Quiero dejar de tener un minímo problema y se haga cada vez más grande porque no sé cómo pararlo, porque se junta con todos los demás y cada vez la bola de problemas es más gorda y oscura.

Salgo del baño y Niall se ha dormido otra vez y Theo no se ha despertado. Me acerco a Niall y le tapo, ya que está hecho bolita en la cama tiritando. Sería bonito conocer su lado tierno entre toda su oscuridad, o saber en qué sueña. Niego con la cabeza ''No,Cheryl, no te encapriches tú de él.'' Busco entre mis pertenencias mis gafas de vista y me las pongo, saco el libro de historia, dos boligrafos, y me siento a los pies de mi cama. Empiezo a leerme los dos temarios y a subrayar lo que creo más importante. 

Niall, PDV. 

Me despierto nuevamente, miro el reloj. Las tres de la tarde, ya no vale la pena comer. Miro a la cama de Theo y Cheryl está vacia y completamente bien hecha. Me incorporo en la mía y me quedo mirando la camiseta de Cheryl, me resulta demasiado familiar. Me levanto y la cojo. Es mi camiseta, la que le dejé el día de la fiesta. ¡Es mi camiseta! ¿Por qué no me la ha devuelto? No, espera, ¿por qué cojones duerme con ella? Me la meto detrás detrás del pantalón y me voy al baño a hacer lo que suelo a hacer diariamente con ayuda de mi amiga la mano izquierda. 

Salgo del baño más relajado y me quedo a mitad del pequeño pasillo observando a Cheryl y a su hermano. Están jugando a una guerra de cosquillas. Parece que el pequeño va ganando, ella no para de reír y de retorcerse en la cama. Se sienta dándome la espalda y él se lanza sobre ella, haciéndola caer hacía atrás. Su mirada y la mía se encuentran. No puede ser, lleva gafas de vista, mierda, está más sexy con ellas. Le sonrío y deja de reírse en seco. 

-Hola, Niall. -me acerco a ellos-

-Buenas chiquitín. -le revuelvo el pelo. Él se quita de encima de su hermana y ella sin decir nada, se levanta y coge el libro de historia. Oh, se me había olvidado que tenía que ayudarla a estudiar-

-Theo, ¿ves la tele mientras Niall y yo estudiamos? -asiente, le da un gran beso en la mejilla y se pone a ver dibujos. Cheryl se acerca a mi cama y se sienta, dejando como un metro de distancia entre ella y yo- Si no es molestía, me gustaría que me ayudases a estudiar. 

Se coloca bien las gafas sobre la nariz. -¿Por qué no me dijiste que llevas gafas?

-No es algo muy importante en mi vida. 

-Pareces una secretaria sexy con ellas, estas de típico libro porno que va provocando y cuando entra en tu despacho le cojes de la cintura y la empotras contra el escri...-se tira sobre mí y me tapa la boca con la mano. Está roja, muy muy roja- 

-Deja de ser tan asqueroso delante de Theo, -asiento y se aparta- y de mi. 

-Delante de Theo dejaré de ser tan...¿cómo dijiste? Ah, sí, ''asqueroso''. Pero delante tuya no, me gusta ver como te pones roja, -gruñe, me mira con cara de odio y resopla apartandose el pelo de la cara- y como te cabreas conmigo. 

-Empezemos. 

Después de dos horas estudiando, se sabe los dos temarios enteros. Me hace gracia porque cada vez que me acercaba más a ella, se ponía nerviosa y tartamudeaba. Cuando mi mano tocaba la suya o su rodilla, se apartaba, se ponía roja y se tocaba las gafas disimulando que se las colocaba bien. Me gusta causarle ese nerviosismo. En las dos horas, sólo le miraba a la boca, esa boca inocente a la que yo podría enseñarle a hacer muchas cosas sucicas. Esa boca, que no sé por qué, deseaba besar. Pero era imposible, ¿o no? 

Miro al pequeño, que duerme plácidamente. Creo que en su casa, no puede dormir tranquilo, por lo que veo. Sonrío ante mi idea y me echo flores a mi mismo. Le quito el boli que sujeta el cabello de Cheryl, le pego un manotazo al libro tirándolo al suelo y me acerco a ella. 

-¿Qu-qué haces? -vuelve a tartamudear. Se aleja de mi y se muerde el labio. Mierda, su dulce inocencia me la pone dura- 

-¿Qué que hago? -me rió irónicamente- Voy a besarte. Llevo horas conteniendo las ganas. 

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She.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora