Capitulo ocho.

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Habían pasado casi dos días desde que Peter vio mi trasero "accidentalmente", luego de eso llamé a Remolques Peterson y después de varios minutos criticando su servicio conseguí que remolcaran mi coche gratis.

No había visto a Peter desde entonces, pero su ropa seguía conmigo ¿Por qué? Porque recordé que la traía puesta cuando llegué a casa.

Soy brillante, lo sé.

—Jacob y su equipo llegarán dentro de cinco minutos, date prisa ¿Mencioné que Peter nos esperará en la recepción? Deben entrar juntos. McCurtney quiere fotografías de ustedes por todos los periódicos, revistas y programas de televisión del país luego de esta noche. —farfullaba Hector sin pausas para respirar.      

—¿Puedes cerrar tu bocota? No dejas de hablar desde que me metí a la ducha. —le reprendí secando el agua que goteaba de mi cabello.  

—Lo siento, es que realmente temo que la cagues. Recuerda sonreír cada vez que una maldita cámara te enfoque. —indicó por décima vez desde que llegó a casa.

—Descuida, lo tengo todo más que controlado. —informé colocando mi ropa interior por debajo de la toalla. Acto seguido quité mi bata y me puse uno de mis amados pijamas.

—¡¿Piensas ir vestida así?! —vociferó Hector mirando de arriba a bajo mi vestimenta con desaprobación.

—Por supuesto que no, pero el vestido se coloca al final, luego del peinado y el maquillaje. —hablé irritada. — En la alacena hay una caja de té tranquilizante ¿Podrías prepararme uno a mi? Bebe el resto de la caja si quieres, la necesitas más que yo. —ordené y reí luego de que Hector me enseñara su dedo del medio.

El timbre comenzó a emitir una molesta melodía avisando que Jacob esperaba en la entrada. Ambos bajamos a la primera planta. Hector, por su parte, dirigió su paso a la cocina, supongo que había considerado lo del té.

Caminé hacia la puerta para recibir a Jacob, él era mi estilista desde que comencé con mi carrera, además era un muy buen "amigo" de mi representante.

—Hola, cielo. Tenía tiempo sin verte. 

—Es bueno verte. —respondí su saludo y le di un gran abrazo.

—Muy bien, comencemos.

***

Mi cabello se veía más largo de lo normal gracias a las extensiones que le añadió. Había algunas ondas desordenadas en él lo que lograba algo de volumen, era algo sexy y atrevido.

El maquillaje no era muy exagerado. Los colores eran en claros, tonalidades rosa pálido y en color champagne, a excepción del delineado en color negro dibujado perfectamente en mi párpado móvil.

Miraba mi figura atentamente en el espejo de mi habitación. Nunca me había sentido conforme con mi cuerpo, pequeños detalles e imperfecciones que me gustaría cambiar.

Saqué la prenda del perchero y me la coloqué. Era un vestido rosa palo que había comprado en un viaje a Italia, aún no había encontrado un momento para lucirlo, supuse que era la ocasión perfecta. 

El vestido llegaba cinco dedos sobre la rodilla. Era ceñido en el torso y a partir de la cintura caía una falda acampanada. Lucía inocente con él, pero el peinado y maquillaje se complementaban demasiado bien.

—Te ves fabulosa. Vas a romper muchos corazones hoy. —dijo Jacob recostando su cuerpo sobre el umbral de la puerta de mi habitación. 

—Eres muy bueno en lo que haces, ¿Te lo he dicho alguna vez? —reí sabiendo que se lo había repetido en varias ocasiones.

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⏰ Last updated: May 06, 2017 ⏰

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