Capítulo III - El enigma del silencio

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Capítulo III

El enigma del silencio  

Una puerta,

Oscura es la llave que la abre,

Cálido el cerrojo que la guarda,

Si encontrarla quieres a la primera hija del tiempo

 En su séptimo sueño despertar debes “

 

Existe más allá de las tierras conocidas una isla a la que ningún barco puede llegar, aquel lugar fue creado por una de las  doce almas primeras  hermanas de la reina Sielu , la Isla del silencio como la conocen los hombres, una isla que se encuentra inaccesible para los mortales, salvo para la descendencia de Leid, cualquiera que lleve su sangre podrá llegar a ella, claro está si encuentra la puerta y resuelve el enigma del silencio, esta es la historia de Jared de Leid nieto de la princesa Anne, cuentan los peregrinos que desde joven Jared sentía curiosidad por conocer más sobre su ascendencia,  la historia de su abuela le fascinaba pero sentía una peculiar atracción por la historia de la reina Sielu, pues poco se sabía de ella, había muerto cuando la invasión del rey de zellend se dio, Jared investigaba arduamente para encontrar la forma de conocer más sobre la reina Sielu, viajo por las tierras conocidas y lo único que encontraba era el mismo relato que él conocía, pasaron años y en Jared crecía la necesidad de conocer más sobre las hermanas de la reina Sielu, las almas primeras.

En uno de sus viajes llego a las costas de la tierra de Zellend era de noche cuando había arribado y la luna resplandecía con pálido fulgor y a la vez de una manera tan intensa como nunca había visto en los valles de Leid, pero la luna no era lo único que brillaba, debajo de ella podía verse resplandecer de igual forma una isla, el contraste de aquella tierra con las oscuras aguas daba la sensación de estar flotando entre la costa y la luna, nunca había escuchado en su tierra sobre aquella isla que estaba más allá de las tierras de Zellend, un pescador de la región estaba arribando a la costa en ese momento, Jared sin dudarlo dos veces se acercó al lugareño y con su característica cortesía lo abordo

—Buena noche gentil hombre, soy forastero y me preguntaba si tendría usted la bondad de decirme el nombre de aquella isla que se ve en la lejanía y también quien podría llevarme mañana a conocerla

El pescador empezó a reírse estruendosamente, hasta que retomo su compostura —Se nota que es usted joven y que no conoce mundo, esa isla en la lejanía es la isla del silencio y ningún hombre ha podido llegar a ella, ha habido algunos marineros locos pero siempre regresan con la misma historia de que la isla desaparece cuando se acercan

—Le agradezco la información buen hombre, pero me gustaría saber más sobre esa isla, debe existir alguien que pueda ilustrarme un poco más

—Si lo que quiere es oír las historias debería ir al bar de pamy llegando al final de la playa y preguntar por Gyzem un viejo borracho que siempre se la pasa hablando solo y sobre la isla, seguramente por un buen trago le contara lo que quiere oír, ahora si me disculpa debo dejarlo.

Jared siguió las instrucciones del pescador y dio con el lugar, un acogedor bar, la barra estaba afuera y varias mesas se encontraban alrededor cada una cobijada por pequeñas palmeras, el aroma a tabaco y ron perfumaban el ambiente junto con el sonido de las olas en la bahía, el joven Jared llego a la barra donde encontró a una mujer robusta, su brazos se veían tan fuertes como los de cualquier marinero presente, tenía los dientes amarillos seguramente por el exceso de tabaco y la piel morena y arcillosa, el cabello lo llevaba recogido por una pañoleta blanca, su presencia era imponente, debía ser así para tener en cintura a una clientela de modales casi nulos.

De la Luna y otras historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora