Me acerqué a él lentamente. La luna, blanca y redonda, brillaba con intensidad sobre su mortecina piel. Mi mano avanzó hacia su rostro, insegura. Sus ojos, traslúcidos y puros, me observaron con temor. Los latidos de mi corazón empezaron a martillear en mi pecho de forma desenfrenada, rozando casi lo indebido. Memoricé una vez más con estudiado detenimiento aquel rostro que yo tanto amaba, con el que tantas noches había soñado. Mi mirada se deslizó como agua sobre sus hermosos ojos cristalinos, atravesando sus marcados pómulos, bordeando su angulosa nariz y desembocando en sus labios, puertas secretas de mis deseos. Y entonces, lo supe. Nada ni nadie podría cambiar jamás este sentimiento, por muchas trabas que impusiesen, por muchos mundos que nos separasen. Había tomado mi decisión, y ni siquiera el poder de la vida y la muerte conseguirían arrebatarnos lo que era nuestro. Nunca jamás.
ESTÁS LEYENDO
Secretos
RomanceCon un padre que no sabe estar más de un año en el mismo sitio, huérfana de madre y sin apenas amigos en los que poder confiar a causa de sus múltiples traslados, Henna Sharp ha sabido defenderse bastante bien en la vida. Un pequeño pueblo se conver...