Capítulo 18: El día después.

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No hubo señales de Duckie en el resto de la tarde, ni en la noche, ni siquiera en la mañana antes de salir a la escuela. Era como si una nave espacial hubiese llegado de la nada y lo hubiera raptado igual que a Peter Quill en Guardians of The Galaxy. Me dolía imaginarme lo peor; que decidiera simplemente lanzar nuestra amistad por la borda.

Incluso las chicas estaban preocupadas, sobre todo luego de contarles lo que Archie mencionó durante nuestro almuerzo, se encontraban más alarmadas que yo, recolectando ideas para armar un plan que pudiera funcionar. Según Tessa, estábamos en alerta roja.

Por otro lado, casi me asesinan cuando les respondí los mensajes después de llegar a casa. Presuntamente, todos nos habían visto y sabían que Ryan y yo habíamos salido juntos del aparcamiento. Y todos tenían sed de jugosas noticias.

Supongo que deseaban saber cómo logré terminar en esa posición siendo... yo.

—Sólo permanece calmada —opinó Tessa, comenzando a entrar al aparcamiento de Sherman—, si cualquiera intenta algún movimiento brusco, nosotras estaremos ahí. Esperemos que el asunto se haya olvidado.

—Mientras Tessa hace de tu guardaespaldas, yo buscaré a Malcolm, quizá pueda ayudarnos con eso de la seguridad virtual de BG —terció Penny Lane, colocándose brillo labial.

Malcolm Fermann está con los chicos en el comité de la página web de la escuela, aparte de escribir La Columna de Fermann, un espacio donde cada semana se habla de las nuevas novedades tecnológicas y sus beneficios para la humanidad, se encarga (igual que Duckie) del área digital.

—Tus súper amigas estamos completamente listas para el ataque —bromeó la de cabello corto, sonriendo—. La cosa es qué harás tú con Ryan.

—No lo sé... —Me encogí de hombros—. No es tan sencillo.

Se suponía que debía sentirme de maravilla al saber que a Ryan le gustaba, pero en realidad hacía que todo fuese peor. Lo que significaba mi felicidad, era desgracia para otros, y el mero pensamiento me carcomía y desinflaba ese pequeño globo de bienestar que comenzaba a llenarse en mi pecho. No podía estar con él así como así. Él tampoco podía estar conmigo así como así. Eso me hacía cuestionar en que si alguna vez íbamos a lograr estar juntos, tranquilos, y vivir para disfrutarlo.

—Y con Archie —añadió la otra, abandonando el auto en cuanto Tessa aparcó en un espacio.

El asunto con él se había convertido en un dilema. No podía simplemente alejarme, sería peligroso y levantaría sospechas, lo primordial era conservar la compostura, no actuar extraño hasta que Malcolm resolviera las cosas. Además, Archibald me agradaba, era dulce, amigable e interesante. No había muchos de esos por aquí en Sherman High.

La gente se volteaba a vernos mientras caminábamos hacia mi casillero. No ocultaban su curiosidad. Me escaneaban de arriba abajo con un intenso gesto de desaprobación, o tal vez lástima, no podía detenerme a detallar, estaba siendo arrastrada por mis amigas para este punto.

Mi rostro se sentía más caliente a cada paso que dábamos.

Odiaba esto. Odiaba su fisgoneo. Odiaba sus miradas en mí.

—No les prestes atención —susurró una de ellas—, la envidia es casi palpable.

Bajé la cabeza, sin poder soportar más fisgoneo.

—Espero que estés a salvo aquí, Athena —dijo Tessa, dejándome paso para así abrir mi casillero—. Hora de que tu guardaespaldas vaya a buscar su libro de Romeo y Julieta como toda una patea traseros.

XOXO, Blogger Girl ©Where stories live. Discover now