Capitulo 4

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Cuando al fin acabé de desempacar, me dirigí hacia la cocina y pude divisar a Mattew poniendo todo en su lugar. La cocina era muy bonita y espaciosa.

— ¿Terminaste?—Me preguntó.

—Si, al fin. Moria de hambre— acepte riendo y el hizo lo mismo. Me senté allí y comenzamos a comer.

Durante la comida charlamos y nos conocimos un poco más, luego subimos, porque mañana teníamos instituto, si, instituto. Estaba bastante nerviosa.

El primer día estuvo bien, los profesores y los alumnos me recibieron muy bien, tambien me hice una amiga, Eva. A la salida me despedí de ella y comencé a pensar.
Ahora debía saber cómo volver, y tanto cambio y pensarlo, hizo que me sintiera un poco mareada. No conocía nada, no sabía como volver o hacia donde ir. Debía encontrar a Mattew y afortunadamente lo divisé hablando con unos chicos, que supongo serían sus amigos.

—Mattew— lo llame acercándome donde él se encontraba. El giro y centro su atención en mi— ¿Ya has terminado? — pregunté, ya que noté que ninguno de ellos iba con su bolso, como lo hacía yo.

—Aún no, tengo otra clase en unos minutos— contesto— no somos del mismo grado, nosotros, los más grandes, tenemos clases extra. ¿Quieres esperar?

—Voy a regresar caminado— le dije— Me siento algo mareada.

—Está bien, lo siento, no puedo llevarte en este momento...

—No debes disculparte, tranquilo. Adios — Dije y comencé a caminar para llegar a su casa. Solo me dolía algo la cabeza, no era grave pero quería recostarme.

Caminé lento, debido a que mientras más rápido caminaba, más me dolía, por lo que literalmente iba a paso de tortuga. Luego de un rato largo de caminar, mire la hora, ya que no pensé que la casa fuera tan lejos del instituto. Mattew ya debería estar en su casa, iba retardada al menos media hora.

Seguí caminando hasta que encontré una heladeria. En mi rostro se dibujó una sonrisa enorme, me gustaba mucho el helado. Entre y pedí un helado de Chocolate. Al terminar, salí de la heladería y recibí un texto de Mattew.

Mattew
¿Dónde estas? ¿Quieres que te busque? Ya estoy en casa.

No termine de escribir la respuesta ya que de un momento a otro, me encontraba dentro de una fuente con agua, si, me caí.
Recorde a mi madre, todos los días me decía "Mira el camino" y si estuviera aquí me diría "te lo dije."

—Mierda—Grité. Mi móvil se mojo por completo, también mi ropa y bolso.

¡Que gran día!

—¿Estas bien?—Se acercó un chico para ayudarme, era alto, ojos celestes y castaño. Tome su mano y agradecí que me haya sacado de allí.

—Realmente no, tengo un mal día, pero gracias por ayudarme— Tomé mi móvil y bolso completamente mojados y comencé a caminar. Muy enojada.

— ¿Quieres que te lleve a tu casa? —Dijo el chico amablemente detrás mío.

—No, gracias. — respondí y continué caminado. Después de todo, no lo conocía en absoluto.

¿Cómo que no? Estas mojada. La gente se va a reír de ti. Dile que si.

Paula. ¿Nunca te han dicho que no debes subir a los autos de extraños?

Si. Pero el me ayudo. ¿Por que me ayudaría y luego me secuestraría?

—¿Estás segura? Vas toda mojada... podrías tomar un resfriado, venga, tengo mi auto aquí.

—Está bien, puedes llevarme.—el chico asintió y me subí a su coche. El camino fue silencioso. El único momento que hablé con el fue cuando le di la dirección. Por suerte tan solo faltaban algunas calles para llegar.

—Gracias por traerme...— agradecí cuando estuvimos fuera de la casa.

—¿Esta es tu casa?—Me preguntó algo confundido señalando justamente la casa de Mattew.

Si fuera otra persona, le explicaría que no, que es la casa de mi hermanastro y bla, bla, bla. Pero como no lo conocía, que le importaba de todos modos.

—Si ¿Algún problema?

—¿Vives con Mattew Muhn? ¡¿Eres su novia?!

¿NOVIA?
Loco.

—¡Claro que no!— exclame — Soy su hermanastra.

— Oh, lo siento. Mejor entonces... ¿Puedo saber cual es tu nombre?— preguntó.

—Paula. ¿y el tuyo?— pregunté para ser amable. Realmente no me importaba y lo único que quería era bajarme de ese maldito auto.

—Dylan Stone.

—Gracias Dylan, Adiós— le sonreí y me baje del coche. Este me hizo un gesto con la mano y se marchó.

—¿Se puede saber dónde te metiste? ¡Te he llamado cientos de veces!— comenzó a gritar Mattew cuando escuchó el sonido de la puerta. Cuando me vio quedó boquiabierto. — ¿Que te ocurrió?

—¡No puedes reprocharme nada! — comencé a decirle. No me caracterizaba para nada por gritar, pero ya llevaba un mal día, lo único que faltaba es que me reprochen algo hoy! — Me sentía mal y no tuviste la intención de traerme en tu coche. ¡Aún te faltaban unos minutos para tu próxima clase! Luego me caí en una fuente con agua y gracias a Dylan, llegue bien y las personas no se burlaron de mi, tal vez me podría hacer resfriado... — y mi voz se quebró. Pero no sabia porque... soy una persona muy sensible y cualquier cosa me afecta, las lágrimas salen solas y no podía detenerlas, era algo de mi que odiaba con todo mi ser.

—Lo siento mucho, Paula. Soy un idiota.— se lamentó— no volverá a pasar. Pero quiero que me digas quien es Dylan...

—Dylan Stones, lo conocí luego de caerme en la fuente, el me ayudo allí— Dije temblando, tenia mucho frio.

—¡¿Que?!— exclamó Mattew gritando luego de escuchar Dylan Stones.

¿Que carajos?

Viviendo Con Mi HermanastroWhere stories live. Discover now