Navidad

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Robin sonrió pacientemente, disfrutando de la risa y la alegría de sus nakamas que llenaban la habitación, a pesar de que sus nervios se sentían desgastados. Notó la ausencia de música tan pronto como Brook terminó de tocar, pero Luffy y Usopp-kun estaban hablando demasiado alto para que los demás lo notaran. Lo harían, en cuestión de tiempo. Por ahora, su mente salió por la puerta, donde había visto salir a su músico por última vez.

Fuera, el aire estaba helado.
Cuando salió de la brillante y anaranjada calidez del comedor, sus pies dejaron un rastro fresco en el pasto cubierto de nieve, Robin lo vio sentado en los escalones que conducían a la rueda de la nave. Una mano huesuda agarraba el cuello de su violín descansando sobre su regazo, y su mirada parecía estar atrapada en el cielo. Una capa muy fina de nieve se había acumulado en su afro, pero el parecía que no lo notaba.

Brook no se había dado cuenta, ni se dio cuenta de que Robin estaba fuera con él hasta que el suave crujido de sus pasos llamó su atención.
Él la miró con los ojos muy abiertos (¡ah, aunque no tenía ojos!), Repentinamente temeroso de la revelación de que él, Brook, era el responsable de que Robin-chan se enfermara por este tiempo!

No le preguntó si estaba bien, o por qué estaba fuera. Robin se acercó a el y se hecho su abrigo de piel alrededor de sus hombros, y preguntó intentando comenzar una conversación:

-¿Es demasiado abrumador para ti?

Brook sabía que lo educado sería responder de inmediato, pero no podía decidirse y continuó mirándola mientras se sentaba a su lado. ¿Pero no hacia demasiado frio?

"Dejé de celebrar la Navidad una vez que me convertí en una criminal buscada", explicó Robin.
A Brook le sorprendió mucho, que ella compartiera esto con él. "¿Y tu?

No fue fácil, pero no quiso ocultar nada a su nakama Sombrero de Paja.
- "La célebre" - admitió con sinceridad-. "Durante una década, mas o menos, Yohoho, incluso decoraba la nave y cantaba villancicos para llenarla del espíritu navideño ...
Finalmente, ya no podía soportarlo, me daban ganas de vomitar ¡aunque no tengo estómago, por supuesto!"
Él se rió, y su espíritu subió cuando Robin-san sonrió ligeramente.

"Sin embargo, parecías estar disfrutando". - dijo Robin un momento después

¿Cómo no? Quiso decir, pero sabia que estaría mintiendo, en parte.
Para él, la Navidad no era sólo la alegría y el color, y la celebración.
Eran esas cosas, sí, pero también era un tiempo tranquilo y pacífico.

-Creo que tal vez fue la razón por la que tomé un descanso -dijo jovialmente-.

- A ti te gusta la navidad ? ... no lo creo, ¿verdad, Robin-san?
Ella rió entre dientes, música para los oidos del músico

"Admito, que un antiguo camarada mío la arruinó un poco, pero me gusta que haga a mi nakama tan feliz."

"Entonces te gusta", supuso Brook. -¿Quieres escuchar una canción?

"Si por supuesto." - Respondió Robin aun con una sonrisa

Por eso Brook, levantó su violín y lo colocó cuidadosamente debajo de su barbilla. Entonces empezó a tocar una canción que se había enseñado de generacion en generacion en su casa, una canción del reino por el cual ya no soñaba, una canción que no se había atrevido a tocar durante muchas décadas.

Una vez que completó la introducción, su voz se unió a la melodía dulce con nostalgia. 

El Sunny crujió y gimió en el frío, las olas a los lados de la nave eran su orquesta. Esta noche, el agua estaba tan tranquila que su voz resonó por todo el mar.

Casi se detuvo varios minutos después, cuando sintió peso en sus costillas. Hizo una pausa por un momento sorprendido, cuando se dio cuenta de que el peso era Robin-san, que había caído completamente dormida. Brook no sabía qué hacer; sus dedos seguían tocando, pero su voz se habia cortado mientras miraba hacia abajo.

No podía haberlo hecho a proposito. Robin-san no querría avergonzarse, así que debió de estar agotada. ¿Debería detenerse y despertarla? ¿Estaría ella molesta con él por hacer algo así?

"¿Por qué dejaste de cantar ?, continúa, estaba empezando a gustarme realmente", dijo una voz desde el otro lado de la cubierta.

Era Nami-san, vestida de la cabeza a los pies con ropa de invierno, y que además llevaba una gruesa manta.
Detrás de ella, se oía la risa de Zoro, Sanji, Usopp, Chopper y, por supuesto, su capitán que salía a través de la débil luz de la puerta.

-¿Puedo sentarme también ?, si vuelvo a entrar, se me romperan los oidos -dijo ella con un suspiro derrotado, y sin esperar respuesta, cruzó el césped. Una vez que la manta cubrió los hombros de Robin, se sentó en el otro lado de Brook.

"¿Brook?" - dijo Nami suavemente un momento después

-¿Si?

-"Gracias, Robin ha tenido problemas para dormir, ya que los idiotas empezaron a planear todo el asunto de la celebración navideña, esta época del año es dura para ella -suspiró Nami, una gran niebla ondulante formándose alrededor de su rostro ante el calor. Prometí no decir nada, pero ... gracias.

-Yo estoy muy feliz de complacerla, Nami-san -le dijo Brook con una risa breve y alegre-.
"Ellos no notaran que nos hemos ido y hemos venido a buscar un poco de silencio, sigamos cantando, quiero disfrutar de la paz mientras dure".

Y así reanudó su canción, continuando con el verso siguiente con toda su alma.
¿Qué mejor compañía podría pedir? Nami-san y Robin-san, cálidos y reconfortantes recordatorios de que ya no estaba cantando a su tripulación muerta.

Ahora cantaba para animar sus espíritus, para calmar los dolores provocados por las festividades cuando la soledad y el anhelo por el pasado se establecieron.

Quizás más adelante, él pediría ver sus bragas.
Después de todo, era la temporada de la generosidad. Más tarde, sin embargo. Mucho, mucho más tarde. Por ahora, cantaba.

Encantado.

Y sobre todo

Amado

One Piece (Historias de Brook)Where stories live. Discover now