A su alrededor, todo era oscuridad, solamente una pequeña lámpara de aceite permitía ver un cobertizo y la silueta de un hombre excavando. La mujer que la sostenía parecía inquieta, mirando a todos lados.
- Date prisa, no tenemos mucho tiempo. Sabes que lo están buscando y que pueden aparecer en cualquier momento.Aurius continuó con su labor, mientras que Margot, con los ojos cerrados, entonaba una antigua canción fulgur para sus adentros.
"Al final del camino...
la luz... siempre está...
fulgur unidos..."
Una voz la distrajo de su ensimismamiento. Su marido la miraba fijamente, con el pánico desdibujando su rostro.
- Lo estoy sintiendo... ¡Ya vienen!¡No hay tiempo, guárdalo tú! ¡El secreto estará a salvo contigo!- su nerviosismo aumentaba por segundos.
- ¡Aurius! No puedes abandonarme. ¡No! Juramos que siempre estaríamos juntos. ¡Siempre! ¿Me oyes? ¡Siempre!- Margot no pudo aguantar la compostura y se asió fuertemente del brazo de su marido, mientras este intentaba deshacerse de ella con delicadeza.
Este acarició con el pulgar la mejilla de su esposa, mientras que con la otra mano hacía lo mismo con su incipiente tripa. - Protégela. Ella es nuestra única esperanza. Para ellos soy una pieza importante en este juego, pero solo soy un peón. Sabes que es nuestra hija la verdaderamente importante.- Y depositó en la palma de su mano una pequeña piedra- Corre. Corre y escóndete entre nuestra gente. Pasará mucho tiempo antes de que se den cuenta del engaño. Y cuando llegue ese día, el poder de los dioses estará de nuestra parte.
Con reticencia, Margot dio un paso atrás. Sabía que, aunque le doliera, no podía fallar ahora. No después de todo lo que les había costado llegar a ese punto. Así que le dio la espalda. Sabía que no lo volvería a ver, pero echó a correr. Y corrió, tanto como le permitió su estado, hasta que no pudo más.
Aurius cayó de rodillas, y estas se hundieron en la húmeda arena del cobertizo. Enterró la cara entre sus manos, mientras que una silenciosa lágrima recorría su cara.
Se oyó el relinchar de unos caballos en la lejanía.
Su destino estaba escrito desde hace mucho tiempo, solo tenía que abandonarse a él.
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Fulgur. El poder de la luz
FantasyUna mente trabajando sola puede ser poderosa, pero, ¿qué pasa cuando no es solo una, sino muchas? ¿Y que todas se unan?Nace algo extraordinario. Cada una pone un poquito de sí misma, una parte de ella. Y así nace una gran historia. Nuestra historia...