Cuando llegué a la casa de Mer, me quedé alucinado. Su casa era muy bonita, rodeada de jardines hermosos. Toqué la puerta, y Mer me recibió con una sonrisa nerviosa. Me invitó a pasar, y lo hice con algo de nervios. Normalmente ella no me decía más de una frase por día, pero al parecer empezaba a confiar más en mí.
Mer se marchó a buscar no se qué cosa, y aproveché para vagar por la sala. Observé los objetos a mi alrededor. Habían fotos de Mer y Anna sonrientes, y me tomé mi tiempo para apreciarlas.
Me pregunté que le sucedió a Mer para que se convirtiera en la persona que es ahora. Entonces mi vista se fijó en un cajón entreabierto, con un pedazo de marco salido. Miré a los lados por precaución, y me acerqué. Tomé el marco, y lo saqué para observarlo.
El aire se me estancó en el pecho.
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La frase del día
Short StoryÉl solo quería saber más acerca de esa chica que solo le decía una frase por día.