Por el Mississippi [1]

2.2K 142 54
                                    




Hay 8 reglas para sobrevivir.

1-Corre.

2-No tengas piedad.

3-Dispara

4-No te enamores.

5-Viaja Ligero.

6-No seas un héroe.

7-Sobretodo no confíes en nadie.

Mis manos trazaban las letras que había escrito en el diario, observaba aquellas reglas que mi padre me dijo que eran importantes si quería sobrevivir. Hasta ahora las había cumplido porque desde hace 4 años que el mundo había cambiado y yo no quería convertirme en uno de ellos, pero la mordida en mi abdomen decía lo contrario. Aquella mordida había pasado antes de todo, antes de que mi padre me abandonara a mi suerte. Lo había entendido despues de mucho tiempo, ellos tenían miedo, pero yo también lo tenía. No había síntomas hasta ahora y eso era un alivio, pero yo seguía muy asustada porque no sabía que significaba que todavía estuviera viva. Habían pasado dos meses desde que había visto mi casa ser consumida por las llamas haciendo que mi único propósito fuera sobrevivir y buscar a mi familia.

Cierro mi diario mientras que lo meto en la mochila y observaba a mi alrededor. Las nubes estaban oscuras y el viento fuerte, pero la casaca era lo suficiente abrigadora para no sentirlo. Estaba sentada en el tronco de un árbol mientras bebía de mi botella de agua, cuando escuchó unos gritos haciendo que me pusiera alerta.

—¡Ayuda! ¡Alguien! —Los gritos venían desde lejos.

Salté del árbol y corro, tratando de buscar de dónde venía el sonido de aquellos gritos. Al llegar donde los gritos haciendo eco, me encuentro con un hombre en una canoa siendo rodeado por algunos zombis, parecía una persona de edad que no se encontraba con ningún arma encima y en verdad mi mente había quedado en blanco. Yo sabía que no debía de hacerse la heroína si quería mantenerme viva, pero el señor se encontraba solo y sin armas. Así que estaba tratando de ponerme en el lugar de él porque a mí me gustaría que me ayudaran si me encontraba en esa situación. Mi arco se encontraba en mis manos junto a una flecha y en mi espalda descansaba mi preciado rifle rosado, no iba a perder nada si lo trataba de ayudar, ¿no?. Apunte con mi arco a dos de ellos, pero a mi izquierda venían más. Así que lo único que se me ocurrió fue matar a los que se encontraban cerca de la canoa, corrí hacia ella mientras que tiraba mi mochila adentro y me concentraba en empujarla para que no siga atascada en la orilla, cuando sentí el agua en mis tobillos salto y me meto en ella.

—¡¡Eres genial! Me llamo Doc. —Dice el hombre dentro de la canoa.

—Elara—digo estrechando su mano.

—¿A dónde te diriges? —Pregunta mientras se sienta y agarra los remos.

—No tengo nada fijo todavía la verdad.

—Yo busco a un chico, ¿lo has visto?

Niego con la cabeza y sacó de mi mochila mi botella de agua, le doy un sorbo y se la paso. El la acepta mientras me observa con ojos curiosos y me empieza a hacer preguntas.

—¿Tienes un grupo? -Pregunta mientras bebe del agua que le acabo de dar.

—No, he estado yo sola desde hace meses.

Silent Love [10K/ Nacion Z]Where stories live. Discover now