Filosofia de la vida

¿Podemos ser felices en un mundo injusto?

Nuestra primera reacción seria negarlo, ¿cómo vamos a ser felices en un mundo en el que otros sufren?, pero ¿no es así como vivimos? ¿no es un mundo injusto el que nos rodea?

Día a día estamos viviendo injusticias, las escuchamos en la radio, las vemos en la televisión y las leemos en el periódico. Todas nos afectan ya sea en mayor o menor grado, pero las tenemos presentes.
Tendemos a pensar que si unos sufren no podemos ser felices y en parte es verdad, no podemos ser felices si la gente que nos rodea lo esta pasando mal, pero ¿que pasa con los otros millones de personas?, esos que estas sufriendo y que desconocemos que sufren, incluso que desconocemos que existen. ¿Se reduce solo a eso?. ¿Solo somo felices si las injusticias no nos pasa a nosotros ni a nuestra gente más cercana?

Damos de lado las injusticias porque pensamos que no podemos ayudar a mejorar la situación ya que desconocemos lo que pasa en otros lugares, estamos lejos o simplemente nos sobrepasa. Pero esto no es siempre así, hay personas que saben que vivimos en un mundo injusto y por eso mismo hace todo lo posible para reducir dicha injusticia, ayuda, hace todo lo que esta en su mano para mejorar el mundo y de esta forma se siente feliz porque a hecho algo bueno, porque se siente realizado.

Por el contrario hay otras personas que simplemente prefieren no saber lo que pasa en el mundo, desconocer lo que ocurre a su alrededor para que no le afecte en su vida diaria, para que nada de lo que suceda interfiera si la persona así lo quiere.
Se suele decir que el ignorante vive feliz, pero ¿es realmente así?. No se puede ser feliz si desconoces lo que pasa a tu alrededor, sin saber realmente lo que ocurre. Todo en algún momento de nuestra vida hemos vivido en ella, pero no se puede estar ahí toda una vida, al final siempre hay algo que nos devuelve a la realidad.

Podemos ser felices si desconocemos lo que sucede, pero más vale ser consciente de lo que pasa e intervenir en las injusticias que ignorar lo que pasa en nuestras propias narices