» OCHO

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Negro.

Todo lo que veo es ese color. No puedo distinguir las cosas que tengo a mi alrededor, ni siquiera puedo ver mi cuerpo y mucho menos el lugar en donde estoy.

Comienzo a escuchar a personas murmurar, voces que suenan muy lejanas a mí. Agudizo el oído lo más que puedo, pero aun así, no logro descifrar lo que dicen.

Poco a poco, las voces empiezan a sonar más cercanas, creo que dos personas están peleando puesto que se oyen alteradas las voces. Éstas se escuchan cada vez más cerca y comienzo a oír las palabras.

— Es tu culpa muchacho —dijo una, papá—. Estábamos bien hasta que tú...

— Discúlpeme Señor —le interrumpe Scott— pero no es momento para que hablemos de mí, cuando su hija está en aquella cama inconsciente.

Así que estoy en casa, e inconsciente para variar. Al menos para ellos. Quizá mi cuerpo no me responde, pero mi mente es otro asunto.

— El hombre peludo ya dijo que estará bien.

— Sí, lamento interrumpir pero mi nombre es Hank

¿Hank está aquí?

— Lo que sea —respondió papá de mala gana.

En ocasiones el suele ser un testarudo de primera, y un mal educado también. Supongo que de ahí heredé el mal genio que tengo a veces.

Como sea, no debe molestarse con Hank, ni hablarle de aquella manera.

Discúlpate papá.

Hay un silencio.

— Lo siento, Hank —Papá hizo énfasis en el nombre—. El asunto aquí, es que mi hija ya no necesita más de ti.

Mentira.

— Scott deberíamos irnos —sugirió Hank, desde luego papá le dio la razón.

— No me iré hasta que ella despierte —Scott sonó decidido, sonreí—. Mencionaste que la habilidad de sanación que tiene, le haría recomponerse en cualquier momento y aun... ¿Eso fue una sonrisa? Ella está sonriendo.

Oh, oh.

— Natalie —Scott llamó.

Creí que mi cuerpo no respondía.

La mano de Scott se posa sobre la mía, causándome un ligero cosquilleo por todo mi cuerpo. Y con el cosquilleo, imágenes nuevas llegaron, imágenes varias de Scott.

El primer día que le vi cuando me rescató de Mystique, él estando en algún enfrentamiento, pues lanzaba el láser rojo desde sus lentes especiales, pero la imagen que más me llama la atención ha sido la última que se proyectó en mi mente.

El rostro de Scott enfocado, detrás de él se notan árboles, como si él estuviese en algún bosque. Lentamente, abre los ojos y un destello rojizo apareció, pero así como lo hizo, fue desapareciendo poco a poco, dejando ver los ojos azules de Scott. Tan azules, como los llegué a imaginar en muchas veces.

En la secuencia de imágenes, Scott aprieta mis brazos, su rostro se tornó preocupado y pronto, la idea de que quizá su gen mutante hubiese desaparecido, cruzó por mi mente. Asustándome. Siento la energía llenar mi cuerpo, iniciando el recorrido desde mis pies, subiendo a una velocidad acelerada.

Estoy robando su energía.

El miedo me llena por completo cuando un Scott con el rostro demacrado está frente a mí. Toco su pecho, en un intento inútil de regresarle su energía, pero solo logro que ms manos se tornen rojizas y siento un choque eléctrico en mi cerebro...

TOGETHER » SCOTT SUMMERS.Where stories live. Discover now