Periodo II: Soy Warrior

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Periodo II: Soy Warrior (I)

Finalmente y tras recolectar el número suficiente de espadas volví a Gludio para entregárselas a Simplon, esperando ver si tenía las suficientes para que me diera la Sword of Trial.

 El antiguo guerrero descubrió al ver las armas que efectivamente las había logrado en las ruinas porque tenían grabadas el emblema de Gracía. Yo no lo sabía, de echo ni tan siquiera conocía la existencia de dicho continente, pero los soldados fallecidos que pululaban por las ruinas de la agonía y las ruinas de la desesperación murieron en la guerra entre la antigua nación de Elmoreden y Gracia. Una contienda que duró siglos y de la que en algún momento durante mi historia intentaré hablaros.

 Resultó que las espadas oxidadas eran precisamente Swords of Trials. La espada que me tenía que entregar Simplon y que me encargó Auron en Gludin. El número que le traje de ellas fueron más que suficientes así que me dejó una y pude partir de vuelta para completar la misión.

 Una vez más el camino fue ameno, sin muchos contratiempos y antes de darme cuenta ya me encontraba en la gran plaza de la ciudad ante la puerta de la Warrior Guild local, dirigiéndome a su interior a toda prisa.

—Entra muchacho —me invitó Auron nada más verme aparecer por el local—, veo que tienes lo que te pedí.

—Si maestro, Simplon me dio una de las que arrebaté a soldados caídos en Agony.

—Muy bien, te diré que debes hacer a continuación; será la verdadera prueba en la que demostrarás tu valía como guerrero para ganarte el medallón y así obtener el título e ingreso en el gremio.

—Cumpliré cualquier objetivo que me mande señor -aseveré con rotundidad arrastrado por la emoción de tan gran momento.

 —No me cabe duda muchacho —continuó—, verás. Saliendo por la puerta sur de la ciudad llegarás hasta Windmill Hill, una zona boscosa llena de enormes arañas —«“y tan enormes” pensé para mi “nada más llegar de Talking una casi me arrebata la vida”»—, son grandes como carretas, violentas y muy peligrosas de combatir. Tendrás que cazarlas, y solo podrás hacerlo con la Sword of Trial que me has traído. Hacerlo con un arma diferente restaría dificultad a la prueba a la que te estoy exponiendo. Este punto es fundamental, me enteraré si no lo haces así, ¿lo entiendes?.

 —Si señor.

 —Bien. Tendrás que derrotar a veinte de estas enormes arañas y traerme dentro de este saco sus glándulas venenosas. Las de todas ellas. Eso será suficiente.

 —Así lo aré Auron, parto de inmediato hacia Windmill Hill —y di media vuelta para marcharme.

 —¡Por cierto! —oí que decía a mis espaldas cuando ya salía por la puerta—. No es necesario ese tono épico cuando hablas con migo, ¡está pasado de moda!.

 Esa última frase me perturbó y me sentí como un pueblerino cualquiera que se cree protagonista de la típica historia de un juglar en una taberna llena de borrachos. De echo mientras salía de Gludin la vergüenza comenzó a rivalizar con el pavor que sentía de volver a enfrentarme a una de aquellas fieras de ocho patas con las que tan mala experiencia había tenido.

 Sin embargo había mejorado más de lo que imaginaba, la antaño fiera de mis pesadillas empequeñecía a cada uno de mis barridos con la espada, a cada uno de sus golpes bloqueados con mi escudo, a cada uno de sus picotazos resistidos por mi armadura. Es cierto que su veneno aún conseguía dañarme, pero me había preparado llevando unos cuantos antídotos.

 Es más, cuando hube matado a varías, y tras descansar un momento para reponer fuerzas, decidí que podría demostrarme a mi mismo, para así motivarme de cara al futuro, que podría con dos a la vez, y así hice. Fue una gran prueba para mi estar pendiente de dos enemigos a mi altura. Mientras golpeaba a la que tenía a mi derecha tenía que proteger mi flanco izquierdo del ataque venenoso de su compañera. A veces tenía que recular cuando veía que sus golpes venían sincronizados y me causaban el doble de daño. Otras veces que las veía cansadas las atacaba con mayor potencia, siempre tratando de centrarme en una sola, acabar rápido con ella para estar el menor tiempo posible ante un rival doble.

Crónicas de Aden (Paralizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora