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Narrador omnisciente:

Jardín de Hogwarts, 02 de octubre 1995..

— Bueno, chicos eso fue todo por hoy – dijo Draco – recuerden que las crónicas de narnia tiene un orden especial. Los que quieran alguno de los libros pueden pasar con Hermione.

Hannah Abott y Romilda Vane pasaron donde Hermione, mientras los demás se iban. Una niña de primer año se acercó al rubío.

— ¿Draco Malfoy? – preguntó tímida, era de Ravenclaw, Draco asintió – alguien le envió esto.

Era una nota, Draco la tomó y ésta se fue.

— ¿Quién la envía, Dray? – le preguntó Hermione con curiosidad.

— No sé, ahora veré – contestó.

Y desdoblando la nota y leyó:

Draco:

"Me gustaría que nos encontráramos en el bosque prohibido a las cinco de la tarde, si no es mucha molestia; claro. Pero es importante."

Harry.

— ¿Qué creés que te dirá? – Draco alzó los hombros y ambos se fueron corriendo hacía la torre de Gryffindor.

— ¡No corran por los pasillos, señorita Granger, señor Malfoy! – exclamó Mcgonagall.

Malfoy acababa de llegar al bosque prohibido, y a lo lejos, justo en el prado al que Hagrid los llevó, observó a Potter

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Malfoy acababa de llegar al bosque prohibido, y a lo lejos, justo en el prado al que Hagrid los llevó, observó a Potter.

Potter lo esperaba con una sonrisa de oreja a oreja, tras él había una cesta encima de una pequeña manta y en algunos ramos de los árboles habían luces.

— Ha... Harry, e..esto es lindísimo – dijo el rubio sorprendido, pero lo que más le sorprendió fue ver el ramo de flores que Potter le tendió.

Eran unos hermosos tulipanes amarillos, Draco simplemente dejó escapar sus lágrimas, y se lanzó contra Harry.

— ¿Y te gustó la sorpresa, Draco? – la única respuesta que el castaño recibió, fueron los labios dulces y suaves de Draco.

— Harry, ¿todo esto es para mí? – preguntó apenas se separaron, y tomó el ramo de tulipanes.

— Ven sentémonos – dijo Potter, y destapó dos botellas de cerveza de mantequilla – te cité aquí, para…para decirte algo muy.. especial para mí.

— ¿Y de qué se trata? – cuestionó mientras olía los tulipanes, con una pequeña sonrisita.

Harry se lo pensó mucho en decirlo, pero, decidió que era el momento indicado, que era su momento y nada ni nadie; se lo impediría.

— Me gustas, Draco – confesó – yo te amo desde que estamos en segundo año; si lo haces desde el verano, cuando estabas muy juntito con Digorry. Y desde ese momento y desde que te veo, mi corazón late como loco, mierda, Draco..para mí eres mi razón de vivir y nunca quisiera perderte. Yo de verdad quisiera intentar algo contigo. ¿Tu lo deseas?

Malfoy estaba sonrojado, no encontraba las palabras correctas para decirle a Harry.

Pero dijo:

— Si, quiero ser tú novio – aceptó con una sonrisa – quiero intentar ser feliz, quiero estar contigo hasta el fin del mundo, Harry. Quiero que borres cada humillación, cada marca o dolor que Cedric haya dejado en mi. Quiero que seamos sólo tú y yo, Harry James Potter. Qué se acabe el mundo pero que sólo existamos nosotros dos. Eso deseo y deseo con mi vida ser tú novio.

Esta vez, fue el turno de Harry, fue su turno de besar esos labios que tanto amaba que tanto le gustaban y que se habían convertido en su obsesión.

— Te amo – dijeron al unísono.

Ambos chicos fueron agarrados de la mano hasta el gran comedor, cuando entraron todos los miraron curiosos

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Ambos chicos fueron agarrados de la mano hasta el gran comedor, cuando entraron todos los miraron curiosos.

Pero hubo una persona en particular que los miró con dolor; Ginny Weasley.

— ¡Yo y Draco queremos anunciar algo! – exclamó Harry y todos los que aún no les prestaban atención, lo hicieron – ¡Draco Malfoy y yo, somos novios!

Los aplausos en la mesa de Gryffindor no sé hicieron esperar, y Hermione fue corriendo hasta el rubio, tras ella iban los gemelos, Lee Jordan y Blaise.

— Felicidades, Dray – le dijo sonriendo y le dió un abrazo – oye, Potter, más te vale no romperle el corazón o te la verás conmigo. Recuerda lo que le hice a cierta cucaracha.

— Eh...no te preocupes, Granger – contestó Harry asustado.

Ginny se acercó a ellos, y lo único que Draco recibió de su parte fue una cachetada.

— ¡Eres un hipócrita! – le gritó colérica – te odio, acabas de robarte lo que más deseaba, Draco Malfoy.

Dicho esto; se fue.

Draco miró confuso y triste a Hermione, pero ella negó restándole importancia.

— Se le pasará, no te preocupes....

Los Elegidos  || Harco Where stories live. Discover now