1. Primera Sangre

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Por si no la leíste, hay una parte anterior a esta

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Por si no la leíste, hay una parte anterior a esta

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El funeral se llevó a cabo discretamente, pero fue imposible mantenerlo en secreto. Las sombras de la sospecha se extendían por la ciudad, aunque nadie se atrevía a hablar abiertamente sobre lo que había sucedido. Por un momento, algunos pensaron que el Credo estaba involucrado, pero la falta de planificación en el ataque contra Stefan descartaba esa posibilidad. Desafiando cualquier lógica, el asesino había dejado en claro que un miembro de los Basett había caído. Sin embargo, el Credo no se arriesgaría a cometer un error tan evidente, ya que eso expondría sus propias actividades clandestinas y desencadenaría una tormenta de problemas para ambas organizaciones ante la ley.

Después del funeral, el padre de Arek lo convocó a su oficina. Al entrar, lo encontró sentado en su silla, una figura imponente y taciturna detrás de su escritorio, con la ciudad a su merced, a través del gran ventanal que se extendía por la pared. Él era el dueño de todo el caos allá afuera, responsable de innumerables muertes y secuestro de niños, quienes ahora eran sus subordinados. Cada vez que lo veía en ese lugar, no podía evitar sentir el peso de la responsabilidad que recaía sobre él.

—¿Me necesitabas, padre? —la voz de Arek sonó fría, reflejando la indiferencia que lo caracterizaba. No trataba de esconder su dolor por la pérdida, pero estaba acostumbrado, y en un mundo como aquel, uno siempre debía prepararse para esas cosas.

Los párpados del hombre se alzaron con pesadez, dejando de observar al exterior, sus pestañas rubias se agitaron y los nudillos blancos cobraron color nuevamente. Su cabello, rubio, ya oscurecido por los años, se iluminó de tonos dorados a causa de la apantallante luz.

—Tu hermano... —la voz del hombre resonó con solemnidad, demasiado tranquila para alguien que acababa de perder a su hijo. Arek había aprendido muy bien de él a mantener esa calma, pero iba más allá de ello, era como si...apagaran sus emociones—. Era el siguiente en la línea, pero ya no está. ¿Comprendes lo que eso significa?

Arek levantó la mirada, sorprendido de su aparente falta de afecto ante la muerte de su hermano. Esperaba al menos un signo de afectación de su parte, considerando el notable favoritismo que siempre había mostrado por Stefan. Sin embargo, comprendió que esa era la actitud que se esperaba de un líder.

—Pero yo...

—Sabemos que no estás preparado —levantó una mano, girándose en la silla—. Por eso te enviaré a un lugar donde puedas ser educado adecuadamente. Un colegio que forma asesinos. Eso te ayudará a cumplir con tu destino.

Los ojos del joven líder se movieron con extrañeza, incrédulos ante la idea, pero sin revelar demasiado.

—Padre, puedo hacerlo solo. Déjame demostrártelo...

—¡No! —cruzó su mirada de fiera con la de su hijo, que era igual de afilada. Arek no lo desafiaba, pero tampoco le temía, y mucho menos cedería, así que la sostuvo. Aunque una discusión necesitaba de dos personas, así que al ver a su hijo sin intenciones de hablar más, suavizó su tono—. Ellos te ayudarán —susurró—. La pérdida de tu hermano no solo nos afecta a nosotros. La gente necesita un líder en quien confiar, alguien que los proteja. Ese será tu deber a partir de ahora. Debes conocer a tu gente para guiarla.

Sangre de NadieWhere stories live. Discover now