Capítulo 13

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Skye salió de aquel plantel y dejó salir un suspiro exhausto, estresada por el reciente suceso. Honestamente no esperaba que Chase se negara de esa forma, pero tampoco iba a detenerse por él. Aún tenía a Tracker y Rubble de todas formas.

«Cierto, Rubble. Debo ir a verlo» pensó, recordando lo que habían hablado el día anterior.

Aún era temprano por lo que estaba segura de que llegaría a tiempo. Le envió un mensaje rápido a dos de sus amigos y comenzó a caminar hacia el instituto del menor.
Daba pasos rápidos mirando la acera, mientras pensaba en el encuentro que tuvo con el pastor alemán. Había sido.. raro.

Ella juraba no guardarle rencor después de tanto e incluso se emocionó con la idea de contactarlo, pero algo al momento de estar frente a él le hizo sentirse como una presa en peligro. Con una urgencia de salir corriendo de ahí que hace años no experimentaba.

Chase era un buen chico, o eso quería creer, pero era inevitable recordar los años que fueron pareja al mencionarlo. Porque le había acostado admitirlo, pero fueron años de abuso.

"Skye, no hagas esto, no hagas lo otro", todo en base a lo que él quería. Aunque intentase buscar una ocasión donde el alemán no haya intentado controlarla - la realidad era que no podía. Eran niños, claro, ¿Qué culpa podría tener un niño de catorce años, al que nunca se le negó nada?

Cerró los ojos con fuerza mientras intentaba sacar aquello de su cabeza. Se sentía asquerosa por haber permitido aquello, y por dejarse controlar tantas veces; su miedo a ser criticada la había llevado a permanecer al lado del alemán por al menos tres años. Tres años donde se forzó a fingir amarlo, cambiando cosas tan simples de ella misma como su forma de actuar, pues todos decían que se vería mejor si fuera más femenina. Forzándose a demostrar un cariño que ella no sentía y acceder a todos los deseos del alemán, así como a fingir que no le molestaba ser tratada como su accesorio. ¿Lo peor? Todo lo había tenido que callar.

Una repulsión repentina la hizo tener que parar unos segundos para tomar aire.

No únicamente por lo horrible que la pasó durante esos años, si no también por el vago recuerdo de una husky; una que había sido la responsable de sacarla de esa situación. El problema era que jamás pudo agradecerle, y la culpa la perseguía hasta ese día.

Simplemente pensar en aquella chica de cabello lila hacía su corazón estremecer, pues ella se había sentido como la luz del sol después de una tormenta. Ella le había dado el valor y consuelo que necesitó tanto tiempo, inclusive la impulsó a amarse a ella misma; pero hace años que no sabía nada de ella.
Aunque tenía su número, jamás tuvo el valor de llamarla.

De forma inconsciente siguió caminando, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas ante el simple recuerdo de Everest y todo lo que pasaron juntas. Sin embargo, pronto una voz ajena la sacó de su mente.

—¡Skye! —Había llegado a la institución, y ahora Rubble se acercaba a ella con una sonrisa.

Estaba por saludarlo cuando sintió los brazos del bulldog alrededor de ella en un cálido abrazo, uno realmente lleno de cariño. Correspondió a éste sin dudarlo mientras las lágrimas comenzaban a caer. Había extrañado demasiado los abrazos de su hermano menor.

—¿Estás bien? ¿Sucede algo? —preguntó con preocupación el bulldog una vez que se separó, sacando un par de pañuelos de su mochila para dárselos después.

—No, no, sólo– te extrañaba mucho —Omitió la parte de la susodicha husky, pero no era mentira. Sintió como si la luz volviese a su vida al ver a aquel chico frente a ella—. Ya estás muy grande, Rub.

Lo que el tiempo se llevó  ──  ;   Paw Patrol.Where stories live. Discover now