•Correr•

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Mis ojos se abren a paso lento.

Me siento en la cama y me quedo unos segundos allí.

Luego me levanto y voy al baño.

Quedo completamente horrorizada al verme en el espejo...

Tengo demasiadas ojeras...

Mis ojos se encuentran hinchados por culpa del llanto...

Mis labios están cortados debido a que estuve mordiéndolos para calmar mis nervios...

Estoy... Destrozada...

Miro mis palmas para ver el estado de estas y las veo un poco mejor que ayer.

La mayoría de las medialunas han desaparecido y solo han quedado las que en un momento sangraron...

Agradezco mentalmente el hecho de que no se noten a simple vista.

Supongo que en algún momento se irán por completo.

Lavo mi cara con agua fría y busco maquillaje.

Estoy por ponerme corrector sobre mis ojeras, pero al notar mis ojos demasiado hinchados opto por ponerme hielo primero.

Salgo rápida y silenciosamente de mi habitación, con la intención de no despertar a Brigitte y llego a la cocina.

Abro el refrigerador y saco dos bolsitas de hielo.

Tomo un pañuelo, envuelvo el hielo, cierro mis ojos y lo coloco durante 20 segundos en cada ojo.

Me lo saco, espero 15 segundos y vuelvo a repetir lo mismo.

Voy al baño y me miro de nuevo en el espejo.

Siento un enorme alivio al ver que mis ojos ya no se encuentran tan hinchados como antes...

Me coloco corrector debajo de mis ojeras y lo difumino con una esponja. Luego me coloco un labial hidratante sobre mis labios, los cuales se encuentran partidos...

Salgo del baño y me encamino de nuevo hacia mi habitación para buscar la gasa, ya que la he llevado hacia allí.

Abro mi armario, saco el rollo de gasa y busco ropa.

Vuelvo al baño, y suelto un quejido al sentir mi pierna doler.

¿Qué mierda...?

Me he chocado con un banquito de madera que se encuentra aquí...

¡No!

Me saco mi pijama rápidamente y luego saco mi venda.

—Mierda... —susurro para mi misma al ver que hay un pequeño rastro de sangre fresca allí...

Abro el grifo y con una esponja pequeña lavo al rededor de los puntos...

De a toquecitos saco la sangre que me ha salido y rodeo mi pierna con la gasa.

Una vez termino, comienzo a colocarme un jean negro. Cuando llego a la parte de mi muslo trato de subir la prenda, pero siento demasiado dolor al sentir la tela tocar mi herida...

Si hubiera sido más cuidadosa...

Maldigo mentalmente al no saber que hacer...

Estoy entre...

Colocarme el jean y aguantarme el dolor, o vestir un short corto para que mi venda no roce ninguna tela y se encuentre al aire libre...

Pero...

Si salgo...

Verían...

Mi venda...

—¡Iris! ¿Estás bien? He escuchado un quejido... —se preocupa mi amiga al otro lado de la puerta.

Alas de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora